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Ni Miguel Ángel Blanco ni Marruecos: todos los 'olvidos' de Sánchez en el Debate de la Nación

El presidente del Gobierno centra su discurso parlamentario en Rusia, la Unión Europea y la inflación, pero esconde el giro diplomático con Marruecos y Argelia

Ni Miguel Ángel Blanco ni Marruecos: todos los ‘olvidos’ de Sánchez en el Debate de la Nación

Ni Miguel Ángel Blanco ni Marruecos. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mantuvo este pasado martes un discurso de más de una hora para defender su gestión en la actual legislatura. Pero en su alegato obvió todo tipo de referencia al exconcejal del PP caído exactamente hace 25 años en el País Vasco por manos de la organización terrorista ETA. Al olvido de Sánchez sobre Ángel Blanco se le sumó otra omisión: la del giro diplomático emprendido con Marruecos hace unos pocos meses. Ni Blanco, ni Marruecos… ni Argelia. Tampoco hizo mención alguna a las fuerzas de seguridad.

90 páginas y noventa minutos de discurso sirvieron al jefe del Ejecutivo para defender su gestión, asumir la dificultad económica de una inflación «desbocada», y también tirar de promesas para afrontar un otoño que se prevé más frío que nunca. Sánchez entró en el hemiciclo sobre las 12 horas, y salió de él a las 13.30. En una hora y media de discurso, eligió no mencionar el aniversario del asesinato de Miguel Ángel Blanco, algo que desató las críticas de la oposición. «Señor Sánchez, el problema es usted», lanzó la portavoz del PP Cuca Gamarra.

Sólo ante este reproche el presidente del Gobierno fue capaz de referirse por primera vez al concejal de Ermua víctima del terrorismo nacionalista vasco, pero para lamentar genéricamente la muerte de todas las víctimas. También las del franquismo. «Hacemos nuestra su figura como la de todas las personas asesinadas por ETA… y por todo tipo de terrorismo. La memoria democrática tiene que recordar a las víctimas del terrorismo, pero también a la dictadura franquista», reprochó Sánchez a Gamarra desviando el foco de atención.

Ley de Memoria Democrática

Y es que el foco de atención, desde el pasado domingo, ha estado en Miguel Ángel Blanco, figura emblemática de la lucha contra el terrorismo de ETA, y el uso que Sánchez hizo de su homenaje de Estado. Ante el Rey Felipe VI y la propia hermana del interfecto, muy crítica con los pactos del PSOE con EH Bildu, Sánchez se congratuló de que ahora «Euskadi y España son países libres y en paz». Unas declaraciones muy criticadas por las asociaciones de víctimas del terrorismo, que excusaron su presencia a modo de protesta por la Ley de Memoria Democrática lanzada por el Ejecutivo, y que, según ellos, adhiere algunas tesis de la extrema izquierda abertzale.

Cuca Gamarra reprochó estas palabras -equiparando una región con la nación- a Pedro Sánchez, que entró en colera contra la bancada popular, que llevó en todo momento un lazo azul abrochado en el pecho en recuerdo a su excompañero. El presidente del Gobierno acusó a los diputados del PP de «utilizar a las víctimas del terrorismo con fines espurios»: «El Partido Popular se parapeta detrás de ETA para negar el deber moral que la derecha aún tiene con las víctimas de la dictadura franquista, y para no condenar el golpe de Estado de 1936».

Giro con Marruecos

Pero Sánchez también se olvidó de hacer referencia a su giro diplomático con Marruecos. Así es que habló durante más de media hora de política internacional, para vincular el problema de la inflación de la guerra de Ucrania. La acción de Putin ha sido, según Sánchez, la causa principal de la actual crisis. Pero también reivindicó su postura europeísta, y con ella el compromiso de España con la resistencia de Kiev («defender a Europa es la mejor estrategia para defender a España», mantuvo).

«La inflación está afectando a todo el planeta», añadió para calificar a las propuestas del PP de recetas de «curanderos», opuestas a planteamientos «racionales». No hubo palabras de la oposición que provocaran que Sánchez hablase en el Congreso de los Diputados de un giro diplomático que despierta el rechazo unánime de todos los grupos parlamentarios, también el de sus socios. Pero Unidas Podemos sí logró sonsacar al jefe del Ejecutivo palabras sobre la inmigración, un tema que también obvió.

Los podemitas reprocharon a Sánchez sus palabras culpabilizando a «las mafias internacionales que organizan los ataques violentos» del salto en la valla de Melilla que se produjo el pasado mes de junio, en el que fallecieron al menos 23 inmigrantes. «Este Gobierno ha recuperado la universalidad de la Sanidad Pública para los inmigrantes, hemos puesto en marcha la modificación del reglamento para mejorar la incorporación laboral de los menores extranjeros no acompañados [menas] y hemos rescatado a 128.000 personas de las costas atlánticas y mediterráneas», sacó pecho el presidente ante sus socios.

Pero no hubo referencia por parte de Pedro Sánchez, en definitiva, al histórico viraje de su Gobierno en política internacional con respecto al Sáhara Occidental en el primer Debate de la Nación celebrado en siete años, así como el primero con él como presidente. «Probablemente el último», según sentenciaron fuentes del Partido Popular a este medio.

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