Petro acusa al PSOE de frenar investigaciones sobre el «genocidio» en Colombia
El nuevo presidente colombiano señala en un libro a parlamentarios socialistas por ayudar al Gobierno de su país «a frenar los debates sobre derechos humanos»
Gustavo Petro señala al PSOE por frenar investigaciones sobre el «genocidio» en Colombia. La acusación aparece en un libro publicado el año pasado, pero ha trascendido poco antes de tomar posesión como el primer presidente de izquierdas en la historia de su país. En su juventud, Petro militó en el Movimiento 19 de abril (M-19), una guerrilla urbana que participó en el conflicto interno que azota al país sudamericano desde los años sesenta y en el que confluyen intereses del Estado, de narcotraficantes y de grupos paramilitares. El dirigente afirma en sus memorias que parlamentarios socialistas en Europa ayudaron al Gobierno colombiano «a frenar los debates sobre derechos humanos».
La denuncia de Petro aparece en la página 219 de Una vida, muchas vidas, publicado en octubre por Planeta. La polémica revelación se relata con todo tipo de detalles en el capítulo Congreso, uno de los 24 que conforman el libro. Un documento vital para conocer las ideas, los intereses y la participación pública del nuevo presidente de Colombia. Una vasta dedicación de la que apenas se tenía constancia en su país a pesar de ser candidato presidencial en tres ocasiones. Ahora ha suscitado el interés de toda la comunidad internacional, especialmente en España, donde apenas había trascendido su experiencia con el PSOE.
Sánchez se reúne con Petro
La relación que mantiene con los socialistas españoles es buena. Como ejemplo, la recepción que le concedió en enero el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Faltaban varios meses para que se celebrase la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Colombia y esas imágenes catapultaron a Petro. Pasó a segunda ronda y lo demás es ya historia (no solo venció los comicios el 19 de junio, también se convirtió en el candidato más votado de la historia). Además de reunirse con Sánchez, aprovechó para verse con Felipe González, ex secretario general del PSOE, a quien describió en Twitter como «un gran arquitecto de la transición hacia la democracia en España».
No era la primera vez que Petro y González se encontraban. Lo hicieron, al menos, una vez más. Fue 1 de mayo de 2013. Ese día, el nuevo presidente de Colombia escribió un tuit en la red social del pajarito afirmando que se había encontrado «con un amigo» para dialogar sobre la paz. Un tema que siempre le preocupó y por el que hace un duro reproche al PSOE en su libro. No a cualquier PSOE, sino al partido de Felipe, «del que tenía una idea mítica por la lucha en la clandestinidad, por la lucha contra el franquismo, por la época de la República».
La historia comienza en 1994, cuando aspiró sin éxito a ser reelegido en la Cámara de Representantes. Su pasado en M-19 le ocasionó diversos problemas e incluso fue amenazado de muerte. Decidió abandonar su país. El presidente colombiano, César Gaviria, le ofreció marcharse a Bélgica como agregado diplomático, oferta que Petro aceptó. «Consideré ir a Madrid, por el idioma. La idea de ir a Bruselas era menos atractiva, pero me llamaba la atención estar en la capital de la UE», escribe en sus memorias. Llegó a su nuevo destino en octubre, pero los inicios no fueron fáciles. Tampoco ayudó que el embajador fuese Carlos Arturo Marulanda, «un terrateniente riquísimo con nexos paramiliares».
«Sus fincas eran las mismas que había pisado como oficial del M-19; era yo el que había organizado algunos de los campesinos que reclamaban sus tierras. Cuando nos conocimos, su desprecio hacia mí fue evidente», cuenta del que fuese su jefe. El nuevo presidente de Colombia sostiene en el libro que Marulanda quiso vengarse de él: no le asignó tareas y le recluyó a un sótano oscuro y frío. Cuando llegaron los nuevos ordenadores en 1995, Petro se convirtió en un avezado usuario. «Pocos funcionarios lo sabían manejar tan bien como yo y, gracias a eso, logré meterme en los archivos de los demás empleados». Entre ellos, en los del embajador.
Violencia en Colombia
Petro revela que durante sus pesquisas descubrió muchas cosas. Entre ellas, la forma en la que la embajada y el Gobierno colombiano manejaban los debates sobre derechos humanos en el exterior. Según el informe ¡Basta ya! Colombia: memorias de guerra y dignidad, entre 1985 y 2012 se registraron 1.982 casos que dejaron 11.751 víctimas. El estudio indica que la mayoría de los abusos fueron perpetrados por grupos paramilitares (58,8%), pero que también participó el Estado (8% de las actuaciones violentas). Gracias a su habilidad con la informática, el nuevo presidente de Colombia pudo comprobar cómo actuaba el PSOE.
«En mi nueva actividad me enteré de que los miembros del PSOE, parlamentarios en la UE, habían ayudado al Gobierno colombiano a frenar los debates sobre derechos humanos», manifiesta Petro en las páginas de su obra. No obstante, no aporta nombres. Afirma que el descubrimiento le sorprendió porque no entendía cómo un partido que padeció la represión durante el franquismo «se había aliado con lo peor de la sociedad colombiana y defendía las peores injusticias». E insiste: «Ellos no habían permitido que el mundo conociera el genocidio del pueblo colombiano y, además, sus altos directivos confabulaban con la oligarquía colombiana».
El nuevo presidente del país sudamericano señala que tanto los socialistas como el embajador en Bélgica «habían sido clave» para detener el informe Zeta, un documento que un grupo de ingleses e irlandeses iban a presentar en la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo. El texto, según Petro, revelaba el cobro de comisiones a la empresa alemana Siemens por la construcción del Metro de Medellín. «Al conocer el contenido del informe, entendí parte fundamental de la política exterior de España respecto a América Latina. Independientemente de si el partido era de derecha o de izquierda, los negocios eran los negocios».
Las elecciones al Parlamento Europeo se celebraron en junio de 1994, unos meses antes de la llegada de Petro a Bruselas. El PSOE fue la segunda fuerza más votada. De los 64 asientos que le correspondían a España, los socialistas se hicieron con 22. La candidatura estaba encabezada por Fernando Morán, primer ministro de Exteriores de Felipe González. En la lista también aparecían Francisca Sahuquillo, Enrique Barón, Josep Verde o José María Mendiluce.
La Hacienda Bellacruz
«En el computador de Marulanda también me enteré de que su única función real como embajador era defender los intereses de las bananeras y del empresariado bananero colombo-ecuatoriano, que estaba ligado al paramilitarismo», subraya Petro. Por esas fechas estalló el caso de la Hacienda Bellacruz, propiedad del embajador colombiano en Bélgica. Un grupo de campesinos tomó parte de la finca y, días después, «los terratenientes aliados con los paramilitares arremetieron con sangre y fuego contra los campesinos».
El nuevo presidente colombiano asegura que Salvatore Mancuso y sus hombres quemaron 250 ranchos y torturaron, desaparecieron y asesinaron a más de 200 civiles. Petro tomó la decisión de difundir la noticia en Bruselas, pero el embajador se enteró del plan y le prohibió acceder a los equipos. Era 1997 y para entonces, ya tenía decidido volver a su país. Marulanda cayó un tiempo después. No por la masacre de Bellacruz, sino por un tapiz de hilo de seda que compró para su casa con dinero público.