Las escisiones de Vox se organizan para medir la fuerza de Abascal en las municipales
Los desencantados con la formación verde creen que se encuentra en sus horas más bajas tras el golpe de realidad en Andalucía y las luchas internas
Comienza la contrarreloj para las elecciones municipales. Los partidos escindidos de Vox tienen marcado en rojo el 28 de mayo. Su intención es presentar el mayor número posible de candidaturas en toda España, aunque en algunos casos lo tendrán complicado por la escasa implantación territorial. Están convencidos de que es un buen momento para medir la fuerza de los de Santiago Abascal. Afirman que la formación verde se encuentra en un momento de debilidad que achacan a tres motivos: el golpe de realidad en Andalucía, las luchas internas y la decisión de prescindir de las bases.
TúPatria es la escisión de Vox que más apoyo suscita. Cuenta con implantación en casi todas las provincias y supera el millar de afiliados. El 80% procede de la formación verde, aunque últimamente llegan desde Ciudadanos o personas que nunca tuvieron adscripción política. Los de Abascal obtuvieron 530 concejales en las últimas municipales. Tres años después han abandonado casi la mitad. Entre ellos, 10 ediles enrolados ahora en TúPatria. Uno de los más relevantes es Fernando Martínez Albor, secretario general de la organización y edil en Valdemoro (Madrid).
Fugas en Vox
El mismo camino que emprendieron los toledanos María del Carmen Jiménez (Méntrida), Ángeles Rincón (Las Ventas de Retamosa), Mariano Martín (Santo Domingo-Caudilla), José Carlos Gento (Magán) y Pilar Barajas (Numancia de la Sagra). O el onubense Antonio Roche en Aljaraque. Más controvertidos fueron los casos de los burgaleses Javier Pedrero (Cañizar de Amaya) e Ignacio Rubio (Campolara), dos de los cinco alcaldes con los que contaba Vox. Muchos de ellos volverán a enfrentarse a las urnas, aunque esta vez en la papeleta de TúPatria.
La formación creada en 2020 celebró en marzo su primer cónclave nacional. La pandemia impidió hacerlo antes. Tras una cascada de dimisiones, ya trabaja con la vista puesta en las municipales. «Las estamos preparando de forma minuciosa, evitando que se infiltren arribistas», reconoce Carmen Gomis, presidenta de la organización. Critica de manera velada a su antiguo partido, Vox, cuyas políticas «están basadas en el marketing del culto al líder». Quieren llegar al mayor número de municipios posibles pero «primando la calidad a la cantidad».
Un propósito parecido mueve a José Manuel Martínez Ayala. El candidato de Vox a la alcaldía de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) en las últimas municipales abandonó la formación verde en septiembre de 2020, aunque mantiene el acta de concejal. Este Guardia Civil jubilado fue ratificado como presidente nacional de España Suma en julio. Su intención es presentar candidaturas en todo el país, aunque reconoce que aún cuenta con poca implantación en Canarias, Baleares, Galicia y País Vasco, la región en la que estuvo destinado en los años de plomo.
España Suma cuenta con casi 700 afiliados. Tendrán la posibilidad de concurrir a unas primarias en noviembre para decidir los cabezas de lista. Las candidaturas se conformarán según el resultado que haya obtenido cada aspirante. Ayala defiende el sistema porque rompe con favoritismos y supone «una regeneración democrática», a la que aspira su organización. «Hay que predicar con el ejemplo», manifiesta a THE OBJECTIVE. Adelanta que él no se presentará: «Mi labor será dirigir el partido a nivel nacional». Eso sí, no descarta acudir a las próximas elecciones generales.
A las urnas por separado
Otras escisiones de Vox, como Libres y Juntos por España, también trabajan ya en las candidaturas municipales. Sus responsables mantienen reuniones constantes en diferentes ciudades y no paran ni en verano. No obstante, aseguran que les resultará complicado articular candidaturas en todo el territorio nacional porque carecen de implantación territorial. «Necesitamos un par de años para despegar», reconoce Andrés Santo, presidente de Juntos por España y antiguo afiliado de Vox.
Las organizaciones consultadas no prevén por el momento unirse. «Apostamos desde el inicio por la marca. ¿Cómo explicaríamos a nuestros equipos locales y afiliados que trabajan día a día que de golpe y porrazo ya no vale su trabajo para poner a otras personas?», explica Gomis, de TúPatria. Santo, de Juntos por España, también prefiere ir por separado. «Confío en nuestra estrategia propia. Además, ideológicamente no somos iguales. Ellos son partidos liberal-conservadores y nosotros somos social-patriotas, en línea con los movimientos nacionales europeos y en especial con Marine Le Pen».
Martínez Ayala, de España Suma, no cierra ninguna puerta. Afirma que se encuentra en negociaciones con «muchas formaciones», aunque no revela el nombre por respeto. Reconoce que aún no ha dialogado con Libres ni con TúPatria, pero subraya que su partido es una organización abierta. La mayoría de los que llegaban procedían de Vox. Ahora lo hacen desde otras posiciones, especialmente desde Ciudadanos. Entre ellos, el vicepresidente nacional, Domingo Lorenzo, que fue diputado de la formación naranja durante dos legislaturas. Y recalca: «Los del PP que iban a venir se hacen ahora los remolones».
«Vox tiene fecha de caducidad»
Todos coinciden en que Vox vive horas bajas. Gomis afirma que los de Abascal abandonaron a los vecinos que les votaron en 2019. «Los votantes son inteligentes y saben quienes les engañan». Martínez Ayala avanza que la formación verde no va a obtener buenos resultados en las próximas municipales porque «se ha cargado a las bases y eso traerá repercusiones». Además, sostiene que muchos concejales actuales quieren abandonar el partido. «No repetirán, así que tendrán complicado confeccionar las listas».
Una posición que no comparte Santo. El presidente de Juntos por España afirma que los de Abascal superarán los 530 concejales de las pasadas municipales. Argumenta que en esta ocasión presentarán candidaturas en más localidades de las que lo hicieron en 2019. Cree que eso puede dar una impresión de fuerza, pero nada más lejos de la realidad: «Vox tiene fecha de caducidad». Él la establece en las próximas generales, cuando descenderá el número de diputados (ahora tiene 52) porque «nunca tendrán el voto obrero». La razón: «Defienden los intereses de los ricos y de los poderosos».