Sánchez se pone de perfil ante las peticiones en la UE para retirar los visados a turistas rusos
El Gobierno mantiene su posición de limitar esta sanción a una serie de colectivos y no a la población rusa en general
El Gobierno español se pone de perfil, por el momento, sobre la petición de varios países de la Unión Europea -caso de Finlandia, Polonia y los estados bálticos- a la hora de retirar los visados Schengen a turistas rusos. En este sentido, mantiene su posición desde el inicio de la invasión de Ucrania de limitar esta sanción a una serie de colectivos y no a la población rusa en general, según fuentes diplomáticas consultadas por THE OBJECTIVE.
El 25 de febrero, al día siguiente del inicio de las hostilidades por parte de Rusia, los países de la UE adoptaron la decisión de suspender de manera parcial la aplicación del acuerdo entre la UE y este país sobre la expedición de visados a ciudadanos rusos. La decisión entró en vigor de forma inmediata y afectó a una serie de colectivos.
En primer lugar, a funcionarios del Gobierno de Vladimir Putin que, como consecuencia de una invitación oficial dirigida a Rusia, tuviesen previsto participar en reuniones, consultas, negociaciones o programas de intercambio oficiales. La medida se extendía igualmente a eventos convocados por ONGs dentro de la UE a la que fueran a asistir invitados rusos.
También se extendió el veto a personas con pasaporte diplomático, empresarios, miembros de los gobiernos y parlamentos rusos -tanto nacionales como regionales- así como a los jueces del Tribunal Constitucional y del Tribunal Supremo. A raíz de estas medidas, se suspendieron las exenciones o reducciones de la tasa por la tramitación de visado y los países de la UE decidieron aplicar criterios más restrictivos a los rusos para justificar el objeto de un viaje.
Retirada de los ‘visados de oro’
Asimismo, el Gobierno español acordó a principios de marzo la suspensión de los llamados ‘golden visa’ o ‘visados de oro’ para residir en España a los nacionales rusos. Por lo tanto, la ley 14/2013 de apoyo a los emprendedores y su internacionalización ya no se aplica a los provenientes de Rusia.
Las peticiones de varios países del Este no han tenido buena acogida en el Oeste. Alemania, Francia o Países Bajos se han mostrado en contra de ir tan lejos contra la población rusa. En algunos medios se da por hecho que en la próxima reunión informal de ministros de Exteriores de la UE el próximo 31 de agosto se abordará este asunto, pero desde el departamento de José Manuel Albares no se tiene constancia de ello por el momento.
Así las cosas, varias capitales europeas han empezado a aprobar limitaciones a la exención de visados para turistas rusos. Helsinki, por ejemplo, reducirá a un 10% su número a partir de septiembre en represalia por la invasión rusa de Ucrania. Las autoridades finlandesas han elaborado un modelo bajo el cual se dará prioridad a quienes soliciten visas por motivos familiares, de trabajo o de estudio.
Finlandia acepta alrededor de 1.000 solicitudes diarias por parte de ciudadanos rusos, por lo que ahora se reducirán a solo un centenar a partir del próximo mes. Asimismo, está valorando poner en marcha una legislación para permitir nuevas sanciones y estudia un visado de tipo humanitario para facilitar el traslado a Finlandia de periodistas, disidentes y activistas rusos que quieran huir de su país.
Las medidas adoptadas por el Ejecutivo de Sanna Marin se produce después de que el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, pidiera abiertamente a todos los países de la comunidad internacional prohibir la entrada de los ciudadanos rusos a sus respectivos territorios.
El anuncio de Helsinki fue puesto en marcha después de recibir críticas ante lo que muchos consideraban como una forma de infringir las sanciones impuestas por la UE contra Rusia, dado que miles de personas procedentes de Rusia seguían entrando en territorio Schengen tras cruzar la frontera con Finlandia en coche, a pesar de que viajar en avión o tren a la UE está prohibido.
La Comisión Europea evitó a primeros de agosto pronunciarse sobre un posible veto a los visados de turismo a ciudadanos rusos, dejando en manos de los Estados miembros de la UE la limitación de los mismos para los turistas que llegan a territorio europeo por vía terrestre.