Feijóo prioriza al PNV sobre Vox en la ronda de contactos que comenzará en septiembre
El líder del Partido Popular prioriza ganarse la confianza de los ‘jeltzales’ en este nuevo curso político, mientras que continúa con su estrategia de ignorar a Abascal
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo a su llegada al Congreso en el Debate sobre el estado de la Nación. | EFE
Alberto Núñez Feijóo ya prepara el nuevo curso político, fundamental por el ciclo electoral que entraña. Este comenzará con una ronda de contactos con todos los partidos con representación parlamentaria -a excepción de EH Bildu-, entre los que priorizará al PNV para reconstruir los puentes derruidos con los jeltzales durante el mandato de Pablo Casado. Esto, en detrimento de Vox, su otro socio posible. Según ha podido saber THE OBJECTIVE, el líder del Partido Popular no ha contactado con Santiago Abascal, aunque los populares lo atribuyen a que esta ronda de contactos se encuentra en fase embrionaria: «Aún no hay nada concreto».
Mucho se especula, sin embargo, con que ya habría mantenido contactos telefónicos con Andoni Ortuzar. Sea como fuere, Feijóo ya ha dejado claras sus prioridades. El dirigente gallego se está prodigando en gestos hacia los nacionalistas vascos, aprovechando que éstos se están empezando a rebelar contra el Gobierno de Pedro Sánchez tras haber sido uno de sus socios más fieles durante toda la legislatura. Acaso porque se acercan los comicios autonómicos y municipales en el País Vasco y vislumbran la posibilidad de un tripartito de izquierdas entre PSOE, Podemos y Bildu. Por otro lado, continúa ignorando a Vox y evitando lo que él llama «debates estériles» (es decir, debates ideológicos como puede ser el del aborto).
En este sentido, el presidente popular mostró sus cartas en la entrevista que concedió a El País la semana pasada y lo ha vuelto a hacer en la ofrecida a Europa Press hace escasos dos días. «Discrepamos del modelo de Estado del PNV y discrepamos de su planteamiento nacionalista. Coincidimos en muchas políticas económicas, en muchas políticas industriales, en muchas políticas de bienestar social», recalcó Feijóo a la par que incidió en su buena relación el lehendakari Iñigo Urkullu.
También dejó clara su postura con respecto a la guerra cultural que el partido de Santiago Abascal blasona de disputar en solitario -por eso se presenta como «la alternativa»-. Él aspira a aglutinar a «las grandes mayorías de Aznar y de Rajoy» y por eso no piensa «luchar contra nadie»: «Yo pienso defender a mi país y defender a la mayoría de los españoles. Esto no es una trinchera, es un partido político que se pone a disposición de la mayoría de los españoles». Brazo tendido a los «socialistas moderados» que aspira a convencer en los próximos comicios nacionales.
Esto deja vía libre a los de Santiago Abascal para hacerse con determinadas banderas. Así lo han entendido los prebostes que dirigen el partido desde la madrileña calle de Bambú, desde donde se ha decidido apostar por un discurso que oscila en torno a aquellas cuestiones olvidadas en los últimos años por los populares: la «defensa de la vida» frente a la defensa del aborto y de la eutanasia, la crítica a las «imposiciones» que derivan de la Agenda 2030 o la insistencia en que la violencia no tiene género.
Recuperar al PNV
Pero esto no preocupa al dirigente gallego, que ha fiado su estrategia para llegar a Moncloa en una tecnocratización de su discurso, que fue lo que llevó a Mariano Rajoy al poder en una tesitura de crisis económica. Un enésimo «giro al centro» para el que necesita aliados que vayan más allá de Vox, de cara a una futurible tesitura en el que la suma con los de Abascal no fuera suficiente. Y es que la ventaja con la que cuenta el PSOE en la próxima legislatura es la capacidad de sumar a su causa a todas las formaciones separatistas (como ERC o EH Bildu), a las que ha seducido en ésta con importantes cesiones.
Las relaciones entre populares y jeltzales han sido históricamente buenas, pero se dinamitaron en la moción de censura que descabalgó a Mariano Rajoy de Moncloa. La noche del 30 de mayo de 2018, en las vísperas, Andoni Ortuzar llamó al expresidente del Gobierno para informarle de que el PNV apoyaría la propuesta de Pedro Sánchez. Una decisión que fue tomada, en última instancia, por el lehendakari Iñigo Urkullu, según relata el periodista Graciano Palomo en La larga marcha: de Rajoy a Casado.
Vox, por su parte, aprovechará el acercamiento del PP al PNV para colgar la etiqueta de «nacionalista» a Feijóo, como acostumbran a hacer. Aunque en los últimos días han ido más allá y han acusado al dirigente gallego de estar dispuesto a «pactar con quien sea preciso para alcanzar o mantener el poder, (…) traicionando las verdaderas necesidades, intereses y voluntad de los españoles de a pie». Palabras del vicepresidente primero de Acción Política, así como eurodiputado, Jorge Buxadé.
