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Vox pasa a la ofensiva contra Feijóo tras su último guiño al PNV: «Prefiere a Sabino Arana»

Los de Santiago Abascal cargan con dureza contra el líder del Partido Popular por haber expresado su preferencia a negociar con los nacionalistas vascos

Vox pasa a la ofensiva contra Feijóo tras su último guiño al PNV: «Prefiere a Sabino Arana»

El 'lehendakari' Iñigo Urkullu junto al presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo. | Efe

Alberto Núñez Feijóo prefiere pactar con el PNV a hacerlo con Vox, según denuncian desde la formación de Santiago Abascal. El líder del PP estaría dispuesto, incluso, a negociar con el PSOE antes que hacerlo con el partido a su derecha. Así lo dejó entrever el presidente del Partido Popular en una entrevista que ha soliviantado a la formación que preside Abascal, que no entiende que el dirigente gallego haya admitido sin ambages que se entendería antes «con el partido de Sabino Arana que con el deosé Antonio] Ortega Lara».

Una conversación publicada el pasado domingo entre el dirigente popular y El País ha puesto fin a cuatro meses de entente cordiale entre PP y Vox. En esta, Feijóo aseguró que «en muchas cosas» es más «fácil» entenderse con los jeltzales que con los de Abascal, a los que calificó como «el mejor aliado electoral del PSOE».

También destacó que antes del pacto de Gobierno en Castilla y León «intentamos pactar» con el socialista Luis Tudanca. Esto ha sido interpretado desde la madrileña calle de Bambú como una declaración de intenciones de cara a las elecciones generales de 2023, y por ello han sido contundentes en su respuesta.

Esta ha venido liderada por Jorge Buxadé, vicepresidente primero de Acción Política y eurodiputado de Vox, que ha publicado este martes un duro artículo -posteriormente difundido por el partido por todos sus canales de comunicación- en el que acusa a los populares de estar dispuestos a «pactar con quien sea preciso para alcanzar o mantener el poder, (…) traicionando las verdaderas necesidades, intereses y voluntad de los españoles de a pie».

Entre ellos, el PNV, a quien Buxadé se refiere como «el partido de los que gestionaron con la eficacia de un cirujano los efectos y réditos políticos del asesinato, la extorsión, la coacción, el secuestro y la persecución política de españoles por parte de la banda criminal ETA». Una muestra de cuánto ha molestado en el seno de Vox el «ninguneo» al que, entiende, les ha sometido durante estos meses Feijóo, que no se ha reunido con Abascal en los más de 100 días que lleva en el cargo.

El «deshielo» con el PNV

El presidente del Partido Popular, desde que relevó a Pablo Casado, se ha empeñado en deshelar las relaciones con los nacionalistas vascos, otrora socios fiables de los populares. La deriva izquierdista de Pedro Sánchez, así como sus «incumplimientos» -así se expresan desde el PNV- con el Ejecutivo que preside Iñigo Urkullu, han hecho que los de Aitor Esteban se hayan distanciado de los socialistas. Máxime porque temen que en las autonómicas de 2023 pueda conformarse un tripartito entre PSOE, Unidas Podemos y EH Bildu para hacer lehendakari a Arnaldo Otegi y descabalgar al dirigente jeltzale.

Este temor se fundamenta en los numerosos guiños que los socialistas han tenido con los abertzales durante toda la legislatura, a quienes han convertido en unos de sus socios más fiables. No en vano, pactaron juntos los Presupuestos en el Congreso, las cuentas en Navarra, y, más recientemente, una Ley de Memoria Democrática que contiene varios guiños a la extrema izquierda vasca, como la consideración de los etarras como víctimas indemnizables «por su lucha por la consolidación de la democracia, los derechos fundamentales y los valores democráticos».

Esto, tal y como viene informando THE OBJECTIVE, suscita malestar en el PNV. Una tesitura que el PP quiere aprovechar para ganarse su confianza de cara a una hipotética sesión de investidura en la que se presentara Feijóo. En la última encuesta con pronósticos para la política nacional, confeccionada por Hamalgama para Vozpópuli, los populares aglutinarían el 31,2% de los votos, que se materializarían en 132 escaños. Los de Abascal obtendrían hoy 56 representantes, que servirían para que la derecha sumara una mayoría absoluta (188), pero desde Génova apuntan a que su intención es «gobernar en solitario».

Abascal y Feijóo no se llaman

La consigna desde Génova es clara: ignorar al partido a su derecha, que hasta ahora se había empeñado en tender la mano a Alberto Núñez Feijóo para construir juntos «la única alternativa posible» al Gobierno de PSOE y Unidas Podemos. «Feijóo y yo tenemos que entendernos para echar a Sánchez», sostuvo Abascal en la primera entrevista que concedió a un medio nacional tras el nombramiento del preboste gallego como líder del PP. Una llamada que, lejos de ser atendida, se convirtió en un grito en el desierto. No en vano, ambos dirigentes aún no han mantenido un encuentro formal -y para el que a día de hoy sigue sin haber fecha-.

Desde que se hizo con el liderazgo de su partido, Feijóo ha buscado deliberadamente ignorar a Abascal y los suyos, evitando que la izquierda pueda azuzar el miedo a la «ultraderecha» que espantaría al «socialista moderado» desencantado con el sanchismo, que es el nicho electoral que aspira a conquistar para llegar a Moncloa. La cordialidad ha marcado las relaciones entre PP y Vox en los últimos meses, pero las declaraciones del líder popular concedidas a El País han podido marcar un punto de inflexión.

Desde Bambú entienden que han de ser más duros con el Partido Popular en lo sucesivo, intentando vender la idea de que los de Feijóo son solo una extensión de las políticas socialistas, mientras que ellos son la única «alternativa» al «rodillo ideológico» de la izquierda. Para ello dejarán de tender la mano públicamente al PP, lo que consideran que solo les llevó a hacerse ver como una muleta en Andalucía, y diferenciarse en lo sustancial con un planteamiento duro e ideológico, basado en un discurso más social.

Esto se concretará en un nuevo documento político –España decide– que la formación presentará en el festival Viva 22 que se celebra en Madrid los próximos 8 y 9 de octubre. Este versará sobre todas aquellas cuestiones olvidadas en los últimos años por los populares, como la «defensa de la vida» en la lucha contra el aborto y el rechazo de la eutanasia, la crítica contundente a las «imposiciones» que derivan de la Agenda 2030 y la insistencia en que la violencia no tiene género. Sin olvidar los problemas de seguridad que acucian a los barrios obreros, como la inseguridad que se puede derivar de la inmigración incontrolada, o al mundo del campo, «olvidado» por los sucesivos gobiernos de PSOE y PP.

El propio Buxadé, en el artículo antes citado, ofrece un adelanto: «Hemos de seguir en la calle y con el pueblo español. Ofreciendo alternativa en todos los temas. Explicando y exponiendo nuestra Agenda España; exigiendo que se dé a los españoles la voz y la palabra. Exigiendo que sean oídos en todos esos temas, esenciales, donde unos y otros, gestores todos de sus intereses partidistas, han olvidado los problemas reales de España: dependencia energética, inexistente política de agua, falta de protección de nuestros sectores productivos, empleos precarios, inseguridad en las calles, invasión inmigratoria, gasto político desmesurado, y sobre todo, esa desazón del pueblo español de no ser dueño de su destino, porque otros lo manejan por él en conciliábulos en Vitoria, Barcelona, Bruselas, Nueva York o Davos».

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