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Álvarez de Toledo se arriesga a otra multa de 500 euros del PP por votar una iniciativa de Vox

El partido de Feijóo volverá a analizar el acto de indisciplina de su exportavoz dentro del grupo parlamentario del Congreso

Álvarez de Toledo se arriesga a otra multa de 500 euros del PP por votar una iniciativa de Vox

La diputada del PP Cayetana Álvarez de Toledo durante la presentación de su último libro. | David Zorrakino (EP)

Cayetana Álvarez de Toledo se saltó este jueves la disciplina de voto del Partido Popular en el Congreso de los Diputados y, de esta forma, se arriesga a otra multa de 500 euros como la que le impuso Génova en diciembre «por no respetar la línea política» marcada por el partido en la votación de los candidatos al Tribunal Constitucional en la Cámara baja.

Mientras que el resto del Grupo Popular ha votado en contra, la que fuera cabeza de lista del partido por Barcelona en las últimas generales ha apoyado la propuesta de Vox, que también ha recibido el respaldo de Ciudadanos. La formación de Alberto Núñez Feijóo quiso minimizar este segundo acto de indisciplina de su exportavoz en lo que se lleva de legislatura.

Fuentes ‘populares’ señalaron a THE OBJECTIVE que el voto de Álvarez de Toledo a la petición de aplicar el artículo 155 de la Constitución para garantizar la enseñanza en castellano en Cataluñaen se tratará «internamente» en el grupo parlamentario. «No vamos a darle más relevancia mediática a este asunto», dejaron claro.

La primera rebeldía de Álvarez de Toledo

La que fuera portavoz de los ‘populares’ en el Congreso en el primer año de Pablo Casado en Génova reveló el pasado mes de noviembre que no había respetado la disciplina de voto del PP y había votado en blanco a los candidatos al Tribunal Constitucional, salidos del acuerdo entre PP y PSOE: Enrique Arnaldo, Concepción Espejel, Inmaculada Montalbán y Juan Ramón Sáez Valcárcel. Fue su primer acto de rebeldía.

Según explicó ella misma en una entrevista a El Mundo para la promoción de su último libro, «uno no puede exigir que haya una despolitización del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y sin embargo participar de una impúdica, activa y pública politización del Tribunal Constitucional».

Con estos argumentos justificó la ruptura de la disciplina de voto y su negativa a apoyar la entrada en el Alto Tribunal de los candidatos de su partido. Su decisión derivó en que la dirección popular en el Congreso le incoase un expediente sancionador el pasado 30 de noviembre. Poco después, la exportavoz recurrió el expediente y acusó a su partido de implantar la «grupocracia».

En el documento que el PP le remitió a Álvarez de Toledo por falta grave, desde Génova se recordó a la diputada que en aquella ocasión votó en blanco «cuando conocía que la dirección del grupo había comunicado a todos los diputados el sentido del voto, que no era en blanco». Y recordó a la diputada ‘rebelde’ que los candidatos que contaban con el apoyo del PP comparecieron en la Comisión de Nombramientos «sin que exista constancia alguna de que Álvarez de Toledo manifestara su oposición».

«El hecho objetivo, no interpretable» de que Álvarez de Toledo se desmarcase durante aquella votación, «separándose de la línea política marcada por el grupo», fue lo que activó la infracción, recogida en el artículo 30.2 c) de los Estatutos del Grupo Parlamentario Popular.

La diputada por Barcelona, donde encabezó la papeleta del PP en noviembre de 2019, mantuvo una guerra abierta con la dirección de Casado que no hizo más que aumentar desde la publicación de su libro, ‘Políticamente indeseable’. Con Feijóo se calmaron las aguas y hasta ahora había guardado un perfil bajo.

Durante la crisis interna de febrero, ella fue de las primeras voces del PP en ponerse del lado del entonces presidente de la Xunta de Galicia. Álvarez de Toledo destacó de Feijóo que era «el adulto en esta etapa de puerilidad» en la que, a su juicio, vivía el PP e indicó que el barón gallego debía guiar al partido hasta el congreso nacional.

La exportavoz defendió en aquel momento la importancia de un cambio al frente del PP tras la crisis abierta a causa del supuesto espionaje a Isabel Díaz Ayuso. Este proceso debía pasar por dos fases: «Una fase de transición y una de congreso», que debía ser «abierto, en el que se presente todo el que quiera». Aquel cronograma se cumplió tal y como dijo.

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