La Policía alerta de un aumento de la captación por internet de mujeres para la prostitución
Asegura que han aumentado los pisos prostíbulos, más difíciles de detectar, y que muchas mujeres son reacias a denunciar su situación porque no se reconocen como víctimas
La Policía Nacional alerta de un «incremento notable» de la captación de mujeres para la prostitución a través de internet y de las redes sociales y observa con preocupación cómo muchas de ellas siguen siendo reacias a denunciar su situación porque no se reconocen como víctimas.
Así lo desvela a Efe un responsable policial de la Brigada Central Contra la Trata de Seres Humanos (BCTSH), con motivo del Día Internacional contra la Explotación Sexual y la Trata de Personas que se celebra este viernes.
Según los datos del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), entre 2017 y 2021 las fuerzas y cuerpos de seguridad identificaron 873 víctimas de trata sexual y 2.227 de explotación sexual, un mínimo porcentaje de las personas en situación o «entornos» de riesgo identificadas durante ese periodo (36.402).
Según reconoce este responsable policial, «el mayor problema» es que muchas de las víctimas realmente no se reconocen como tal: «No son realmente conscientes de ser víctimas de trata de seres humanos y llegan a aceptar su situación». Algunas, explica, han llegado a asumir que están siendo explotadas en la prostitución pero no quieren denunciar a sus tratantes porque les están agradecidas de que les hayan ayudado a llegar a España.
Otras siguen siendo reacias a acudir a la Policía por cuestiones idiomáticas, por falta de confianza, temor a la expulsión (pues desconocen que en ningún caso se puede expulsar a víctimas de trata de seres humanos), miedo a las represalias (especialmente las que puedan sufrir sus familiares en el país de origen) o simplemente por la vergüenza de que su familiar pueda enterarse de su condición de víctima.
Pero este experto asegura que la concepción en España de la lucha contra la trata «pone a la víctima en el centro», de manera que su liberación y asistencia «prime sobre cualquier otra circunstancia».
Desde la Brigada Central Contra la Trata de Seres Humanos alertan, además, de un cambio en la forma de actuar de las redes que captan a mujeres con fines de explotación sexual y apuntan a que se han incrementado notablemente las ofertas y las páginas de contactos, pero especialmente la captación de víctimas a través de internet y redes sociales.
De hecho, y con el fin de investigar estos fenómenos se ha creado en la Brigada un grupo de investigación internet con funcionarios especializados en la materia.
Es destacable, asimismo, la internacionalización de la prostitución. «Son cada vez más las organizaciones criminales que gestionan desde un país, España en nuestro caso, la prostitución que se ejerce en otro (principalmente Francia)», apunta. «Las páginas de contactos en internet publican anuncios de prostitución facilitando teléfonos franceses para establecer el contacto, que luego resultan estar atendidos por ‘call centers’ desde España», explica.
Por otra parte, la pandemia sacó a muchas prostitutas de las calles y también se redujo la prostitución que se produce en clubes, al tiempo que se incrementó considerablemente el número de pisos prostíbulos, más difíciles de detectar.
En cuanto al perfil de la víctima, este responsable policial explica cómo en los últimos años se ha producido un notable descenso de la explotación sexual de mujeres africanas, que eran mayoritariamente nigerianas, y de las procedentes de Rumanía, país del que tradicionalmente más víctimas llegaban a España.
Ahora la procedencia de las mujeres se ha desplazado a Latinoamérica, especialmente Colombia, Venezuela y Paraguay.
Las mujeres y las niñas representan el 71% de las víctimas de trata detectadas en todo el mundo y el 80% de las identificadas en Europa occidental; el 95% de ellas acaban explotadas para la prostitución.
El Gobierno estima que son 45.000 las mujeres explotadas sexualmente en nuestro país.
Y en muchas ocasiones estas mujeres que han sido víctimas de explotación sexual terminan por integrarse, a su vez, en la organización criminal que las trató y «no es infrecuente» encontrar a mujeres proxenetas que explotan y controlan a otras mujeres. Por otra parte, indica, son constantes las comunicaciones que reciben de clientes que denuncian la situación de trata en la que se encuentra una mujer prostituida: «Todas ellas se comprueban, y muchas han dado lugar a investigaciones exitosas».