Aragonès destituyó a su vicepresidente tras negarse a entregar el móvil espiado por el CNI
El temor a que los servicios secretos hayan encontrado pruebas en el teléfono de Puigneró precipitó su salida del Govern
El cese de Jordi Puigneró como vicepresidente del Govern se justificó por la pérdida de confianza de Pere Aragonès al no haberle contado que Junts quería someterle a una cuestión de confianza. Pero hay voces que sospechan que no fue la única causa, y que el presidente de la Generalitat quiso poner un cortafuegos con el ala más dura de Junts per Catalunya por el temor a lo que pueda destaparse en los próximos meses en relación a los móviles de los independentistas infectados con el programa Pegasus. El CNI admitió hace meses que Puigneró estaba entre los 18 espiados con mandato judicial y, según las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE, el máximo mandatario catalán pudo haber sido informado de algunos de los contenidos hallados en el móvil de su vicepresidente.
Las alarmas saltaron este miércoles cuando Puigneró no quiso entregar su móvil antes de la reunión extraordinaria del Consell Executiu del Gobierno catalán. Hace dos meses el Govern acordó que estas reuniones entre todos los consejeros y el president se desarrollarían sin dispositivos móviles para evitar filtraciones. En especial, desde que las relaciones entre socios están tan maltrechas. Puigneró se presentó a la reunión con su móvil, y la consejera de Presidència, Laura Vilagrà, le recordó las normas acordadas.
La discusión duró unos diez minutos antes de convencerle de dejar el aparato fuera de la sala. Puigneró, sin embargo, no quiso entregar su terminal al funcionario de turno, sino que pidió que fuera su jefe de comunicación quien se encargara de guardarle el móvil. Finalmente, y como es sabido, la reunión culminó con su destitución como vicepresidente del Ejecutivo autonómico.
Puigneró se queda solo
Desde que se produjo el giro pragmático en ERC, los dirigentes de Junts que más choques ha protagonizado con Aragonès son los que quieren recuperar la línea de la confrontación con el Estado, como es el sector de Laura Borràs, o el propio Puigneró. A este respecto, el vicepresidente no contaba con demasiados apoyos dentro del Govern y el aparato convergente del partido, representado por Jordi Turull, no han dudado en dejarle caer.
Aragonès se entiende mucho mejor con el consejero de Economía, Jaume Giró, o con la consejera de Acción Exterior, Victòria Alsina, que ya se han posicionado en contra de abandonar el Govern. Y en una etapa convulsa, tras la pandemia y en plena guerra de Ucrania, el president ya ha avisado que no quiere que nada comprometa la estabilidad de la legislatura.
Blockchain contra el Estado
Por esta razón, existía cierta incomodidad por lo que, en el contexto bélico actual y con Rusia como enemigo número uno de Occidente, puede representar que salgan a la luz algunos de los planes relativos a la república digital de Puigneró. ERC se ha desmarcado de cualquier alianza con el Kremlin o potencias «no democráticas», dejando solo a Puigdemont en esta cuestión. Y tener figuras como Puigneró en el Ejecutivo se interpreta como un riesgo innecesario.
«Puigneró es visto como Alay. Si Alay viajó a Rusia, Puigneró lo hizo en Suiza varias veces. Fue de los primeros convencidos que era con Blockchain como se podía conseguir la independencia, incluso antes de que los rusos se lo dijeran a Puigdemont en 2017. Él estaba creando infraestructuras para poder tener una república digital y fuera del alcance del gobierno y la policía», añade otra fuente a instancias de THE OBJECTIVE.
Alay es el jefe de Oficina de Puigdemont que se trasladó en 2019 en Moscú para intentar lograr el apoyo de Rusia a la independencia de Cataluña durante los disturbios en las calles de Barcelona por la sentencia del procés en el Tribunal Supremo. Desde el estallido de la guerra en Ucrania, ha evitado condenar a Putin mientras ha sido beligerante contra el alto representante de la UE para los Asuntos Exteriores, Josep Borrell, así como con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen.
La república digital catalana
Al asumir la cartera de Políticas Digitales, Puigneró elaboró un plan para crear una «república digital» como un «acelerador de derechos y libertades» que diera herramientas a los ciudadanos «para protegerse de los abusos» que, a su juicio, «Estados como el español quieren ejercer sobre ellos».
En su libro ‘El 5è poder: La República Digital a les teves mans’, publicado en 2020, se pregunta si «Cataluña puede, como nación, convertirse una república digital sin ser república aún». «Precisamente porque a internet deja de tener sentido la variable territorial, constituir una república digital para alguien como Cataluña, que ya es nación pero no es estado, es factible», concluye en su obra.