La autopsia provisional revela que el detenido por la Guardia Civil murió por falta de oxígeno
La familia del fallecido en Sevilla desgrana el informe forense preliminar. El definitivo tardará semanas porque deben hacerse análisis toxicológicos
Carlos Bejarano sufrió múltiples contusiones en el cuerpo. El forcejeo con los agentes de la Guardia Civil durante la detención le ocasionó numerosas lesiones. La familia de este sevillano de 37 años y su abogado han desgranado este martes el informe forense preliminar, al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE. El texto indica que el joven murió a causa de una encefalopatía hipóxico-isquémica, una lesión que se produce por la falta de oxígeno en el cerebro. El consumo de drogas, alcohol y la sobreexcitación pudo suponer un cóctel letal para la víctima. Lo determinará la autopsia definitiva, que tardará semanas, ya que se deben realizar los pertinentes análisis toxicológicos.
La encefalopatía hipóxico-isquémica que avanza la autopsia provisional es un estado clínico caracterizado por secuelas motoras y neuropsicológicas secundarias por la falta de oxígeno ante el cese de flujo sanguíneo cerebral. Esta situación puede provocar daños en otros órganos internos como el corazón, los riñones o el hígado.
La severidad de las lesiones se corresponde con la duración de la falta de oxígeno. Los expertos estiman que, a partir de cuatro o cinco minutos, son irreversibles. La víctima tuvo problemas durante al menos 10 minutos, tiempo que se demoró el equipo médico que solicitaron los agentes al ver cómo la víctima no podía respirar.
La autopsia definitiva
«Mi hijo no murió por la droga, lo han matado». Así de contundente se ha mostrado este martes el padre del fallecido, Ángel Bejarano, durante una comparecencia celebrada en el Hotel Alfonso XIII de Sevilla. Su abogado, el prestigioso penalistas Luis Romero, ha apuntado que se trataba de un informe preliminar y a simple vista. «Los antecedentes del caso y hallazgos de la autopsia macroscópica orientan a que la muerte se debió a una encefalopatía hipóxico-isquémica», reza el documento.
Romero ha afirmado que en la detención de los agentes estos se emplearon con «brutalidad y desproporción», ya que le dieron «numerosos golpes con porras metálicas con una fuerza y una insistencia innecesaria». En su opinión, los cuerpos y fuerzas de seguridad deben ejercer «una acción proporcional» y no «incrementar el riesgo». El joven no murió en ese instante, sino una semana más tarde, el 19 de septiembre. Durante ese tiempo permaneció en la UCI del Hospital San Juan de Dios de Bormujos, donde los médicos le mantuvieron con vida gracias a la respiración asistida.
El diagnóstico anatómico-patológico al que ha accedido este diario indica que el fallecido sufrió edema y congestión pulmonar; neumonía bilateral; trombo vital en arteria pulmonar derecha; miocardio flácido; arteriosclerosis coronaria severa; hígado con patrón de fracaso agudo; contusión subcapsular y trombo vital en plexo venoso profundo de la pierna derecha.
«Lo que vemos en el vídeo es que un Guardia Civil está presionando su cuello y Carlos jadea porque no puede respirar. Se está asfixiando, lo que coincide con la causa de la muerte», afirma el letrado. La familia quiere que se investigue a los agentes por homicidio imprudente. Una conclusión precipitada. El forense ha remitido pruebas y varios órganos de la víctima al Instituto Nacional de Toxicología. El análisis, que tardará semanas, determinará la causa que le costó la vida.
Una semana en la UCI
De momento, Romero ha solicitado por escrito este martes que declaren los dos agentes que redujeron a la víctima por un delito de homicidio imprudente. También pide que sus compañeros testifiquen como testigos, lo mismo que los médicos de urgencias y aquellos que atendieron a Bejarano en la UCI del Hospital San Juan de Dios de Bormujos, donde permaneció una semana.
Los hechos sucedieron el 12 de septiembre. El joven llegó esa tarde a su casa muy alterado, bajo los efectos de estupefacientes. Destrozó parte de su vivienda en Mairena del Aljarafe. El padre del fallecido llamó a la Guardia Civil para que le ayudaran a tranquilizarle. Cuando llegaron los agentes se enfrentó a ellos. Lo tiraron al suelo y trataron de reducirlo «de manera brutal».
Mientras lo hacían, el progenitor grabó un vídeo que ha publicado en un perfil de Twitter creado a propósito para denunciar lo ocurrido. Sostiene que los agentes comprimieron el cuello y el tórax de su hijo y que, a consecuencia de ello, sufrió una parada cardiorrespiratoria que le costó la vida una semana más tarde. Denuncia la supuesta mala praxis de los agentes. «Graba cuando ve que la integridad física y la vida de su hijo podían correr peligro», admite el abogado.
El vídeo que Ángel Bejarano ha compartido en redes sociales dura 26 segundos. En las imágenes se observa cómo dos agentes forcejean con el joven en el suelo hasta que consiguen inmovilizarlo. Un tercer guardia se acerca para ayudarles a colocarle las esposas. «Vale, tranquilo. Una manita, compañero. Venga, esposar al tío este», se le escucha decir a un agente. Otro recrimina al padre de la víctima que estuviese grabando. El juez le requirió la semana pasada «la grabación íntegra», que ha sido aportada este martes.