Vox aparta del foco a Carla Toscano para controlar la polémica sobre Irene Montero
El partido que preside Santiago Abascal se vuelca en la defensa de su diputada, pero no permite su aparición en medios de comunicación esta semana
La diputada de Vox Carla Toscano interviene en una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados. | Europa Press
Vox no quiere que la enorme polémica por las palabras pronunciadas este pasado miércoles por Carla Toscano se le vaya de las manos. La diputada madrileña sostuvo desde la tribuna del Congreso que el «único mérito» de la ministra de Igualdad, Irene Montero, ha sido haber «estudiado en profundidad» al fundador de Podemos, Pablo Iglesias. Una aseveración que fue tildada de «violencia machista» por la aludida, y que ha provocado que el Gobierno haya cerrado filas en torno a la dirigente morada en uno de sus momentos más bajos políticamente, motivado por la rebaja de penas a violadores en aplicación de la ley del solo sí es sí.
La formación presidida por Santiago Abascal ha hecho lo propio con su parlamentaria, con una estrategia que pasa por alejarla del foco mediático durante unos días para evitar su quema. La orden desde Bambú ha sido clara: apoyarla públicamente, y exhibir unidad, pero que esta no se prodigue por los medios de comunicación en lo que resta de semana. Así, tras el interés que despertó su intervención en el hemiciclo, el equipo de prensa de Vox ha rechazado las peticiones de entrevistas de los medios de comunicación, incluso a los más afines a la formación.
Eso explica que Carla Toscano, tertuliana habitual en medios televisivos vinculados a la derecha como El Toro TV o 7NN, no haya comparecido públicamente tras su polémica intervención. Sí que se ha pronunciado en Twitter, con un mensaje promocionado internamente por los chats del partido y compartido por todos los dirigentes, en el que, lejos de retractarse, se ratificaba con una disculpa irónica.
El ataque que Toscano lanzó a Montero desde la tribuna de oradores estaba escrito en uno de los folios que subió consigo, y fue revisado -como se hace en todas las intervenciones parlamentarias- por asesores de la máxima confianza de Abascal. Es por eso que el dirigente vasco no sólo no se ha desentendido, sino que se ha implicado en la defensa del contenido. También en Twitter, el presidente de Vox ha criticado la «piel fina» y la «cara dura» de los que «van de la mano de filoterroristas, los que apedrean actos políticos, los que sueltan violadores, los que defienden la pederastia, los que indultan a corruptos y golpistas», en alusión a los miembros del Gobierno.
En el Congreso salieron terceras espadas como Víctor Sánchez del Real para apuntalar la ofensiva. En esta ocasión, contra los «tibios» que han apoyado a Irene Montero, en obvia referencia al Partido Popular. La portavoz de los populares, Cuca Gamarra, defendió a la ministra porque «nadie tiene derecho a ofenderla y entrar en su vida personal. Ni en la suya, ni en la de nadie»: «El respeto es imprescindible en política».
Una posible sanción
En esta defensa belicosa, el Grupo Parlamentario Vox ha solicitado formalmente a la Mesa del Congreso que «reconvenga» al secretario tercero, Javier Sánchez Serna, de Unidas Podemos, por «increpar verbal y gestualmente» a Carla Toscano este miércoles durante su intervención en la tribuna. Y es que en las imágenes distribuidas por la señal audiovisual de la Cámara Baja, se puede apreciar cómo el coportavoz nacional de los morados, grita y gesticula en dirección a su diputada.
Por parte de Unidas Podemos, por otro lado, hay parlamentarios que piden ejecutar el artículo 106 del Reglamento de la Cámara para suspender a Toscano de su condición de diputada durante un mes. Una opción que ha descartado Batet porque, para poner en marcha ese procedimiento, la diputada de Vox debió ser expulsada durante la sesión, y eso no sucedió. No obstante, los morados, según adelantó THE OBJECTIVE, estudian una fórmula alternativa para que sea sancionada.
Podemos celebra… pero Vox también
Lo que es evidente es que desde Unidas Podemos celebran el ataque de la diputada de Vox a su número dos, dado que ha supuesto el oxígeno que necesitaba en un momento en el que se encontraba «muy tocada» política y personalmente, según admiten fuentes moradas. Esta misma tesis es la que ha defendido públicamente Macarena Olona: «Irene Montero está de celebración. Tendría que haber sido reprobada. Ha salido a hombros del Congreso. Como víctima».
Dentro de Vox, sin embargo, la interpretación mayoritaria es la que considera que el ataque a la ministra de Igualdad ha sido un acierto estratégico, por cuanto ha obligado al PSOE a cerrar filas con su socio de Gobierno y así desgastarse juntos por la polémica en torno a la ley del solo sí es sí. Esta, además, afectaría por extensión al Partido Popular, que se ha solidarizado con Irene Montero… para ser luego señalado de todos modos por el Ejecutivo con la expresión «insultos de la derecha y la ultraderecha».
También se remiten a que Podemos ha bebido ahora de su propia medicina, en relación a que ya fue el propio Pablo Iglesias quien, hace años, esgrimió que el «único valor» de Ana Botella para ser alcaldesa de Madrid era estar casada con José María Aznar. El exlíder morado también ofreció desde la tribuna su despacho a Andrea Levy, entonces diputada del PP, y a Miguel Vila, para que «ambos se conozcan mejor».
Las voces críticas, aunque minoritarias (y muy soterradas), consultadas por este medio se distancian del sector más «gamberro y tosco» y consideran que «no hay que ponerse a la altura de la izquierda en este tipo de ataques»: «Yo no he visto gran entusiasmo en nuestros votantes. Rebajar el debate político a ese nivel, aunque sea contra este Gobierno infame, no es lo que la gente espera de nosotros». La polémica, por mucho que se empeñen en mitigarla desde Bambú, parece ir para largo.
