Un historiador admite que infló las cifras de víctimas del franquismo que utiliza el Gobierno
Antonio Nadal Sánchez denuncia que el Ministerio de la Presidencia utiliza sus datos sobre la represión en Málaga pese a que él ha reconocido su falsedad
El historiador Antonio Nadal Sánchez (Granada, 1949) es uno de los hombres que el Gobierno de España toma como referencia en su conteo oficial de las víctimas de la represión franquista: 130.199. Concretamente, el catedrático de Historia Contemporánea aportó un dato que el Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática toma por verídico: que hubo 7.471 represaliados en Málaga. Pero el propio Nadal Sánchez admite hoy, en conversación con THE OBJECTIVE, que infló esa cifra, que se reduce a 2.537.
«Yo tengo la culpa», se confiesa con el arriba firmante más de dos décadas después. ¿Qué sucede? Que en su obra temprana anida un dato inventado que, sin embargo, se ha convertido en dogma para los impulsores de la Memoria Histórica -ahora Memoria Democrática-: el número de represaliados por el bando nacional en la provincia de Málaga en el corto periodo de julio de 1936-febrero de 1937, así como los muertos entre 1937 y 1942 como resultado de los Tribunales Militares que allí operaron.
«Yo hice el recorrido de la carretera de Málaga-Almería con dos comisarios políticos, en el año 1976, que me fueron enseñando el trayecto. Hice toda las proporciones que se establecen ahora en cualquier manifestación: número de salidas, kilómetros, intensidad…», relata el historiador, que no tiene reparos en admitir que ya entonces le llamó la atención «que no había ninguna sola muestra arqueológica, como hoyos de bombas, así que puse, a ojo, entre tres y cinco mil víctimas».
Lo que le indujo a ese error fue su activismo político antifranquista. No en vano, Nadal Sánchez fue condenado el 26 de junio de 1969 por propaganda ilegal en el famoso Tribunal de Orden Público (TOP). Con 22 años, cumplió nueve meses de prisión en Teruel. Más tarde, el 1 de mayo de 1975, volvió a ser detenido en un acto socialista convocado en el cementerio civil de Madrid. En 1979 se doctoró por la Universidad de Málaga con la tesis La Guerra Civil en Málaga. En las elecciones generales de octubre de 1982 fue candidato independiente por el PCE en su provincia natal.
Hoy lo lamenta. Ha pedido perdón en su último libro (Considerando: abandono y deshonor en la pérdida de Málaga, Ediciones Algorfa, 2021), pero el daño está hecho.
-¿Cree que rectificarán cuando lean esto?
–¡Ojalá! ¡Que me denuncien! ¡Les reto a hacerlo!
Pero teme que ninguno de sus colegas lo hará. «De mis listas las asociaciones memorialistas y de género han vivido descaradamente, con abundantes y rocambolescas subvenciones, sin siquiera citar el origen del trabajo. La impunidad desde la ley es la infamia sostenida. Y así sigue y seguirá por ahora», critica.
Antonio Nadal Sánchez
Tal es la influencia del error en la obra de Antonio Nadal Sánchez en la confección de la memoria colectiva que el Ayuntamiento de Málaga (Partido Popular) colocó un monolito con los nombres de la lista de fallecidos entre 1937 y 1942. «¡Son unos farsantes!», exclama el historiador, que asegura que ofreció al consistorio «la relación completa de los muertos, de la represión republicana y nacionalista, y colocar un símbolo de reconciliación», pero se rechazó.
«Los 3.500 muertos de la represión republicana no existen», critica Nadal, que también carga contra la Junta de Andalucía por invertir cuantías millonarias en investigaciones sobre lo ocurrido en la carretera Málaga-Almería (la Desbandá): «El negocio es terrible. Llevan dos millones gastados cuando por veinte euros que cuesta mi libro podrían salir de dudas».
El libro recoge los nombres y apellidos de los 2.537 represaliados por el franquismo.en la provincia natal del autor. Y contiene una tesis polémica, aunque compartida por colegas como Pío Moa: que la marcha desordenada de miles de personas en la Desbandada fue consecuencia de la imprevisión de las autoridades republicanas, que no planearon adecuadamente la evacuación de la ciudad, aun y cuando ya conocían que el ejército franquista había tomado las principales ciudades aledañas y estaba a las puertas de Málaga.
No hubo, en su opinión, bombardeo civil ni genocidio. «Las bombas de 250 kg. que pudieron lanzar los Junkers Ju52 alemanes y Savoia SM81 italiano, de haber acertado en la carretera (lo que no estaba asegurado), hubieran causado un elevado número de víctimas y grandes socavones (…) Si el Canarias, Baleares o Almirante Cervera hubieran querido causar una masacre se habrían acercado a dos millas y abierto fuego con sus ametralladoras pesadas. Con la telemetría de los cruceros se hacían blancos muy precisos. No menos de 40.000 personas, por medición de espacio y letalidad en las concentraciones, de entre los que huían, habrían muerto en un apocalipsis de fuego y destrucción. Y esto, sencillamente, no ocurrió», sostiene.
Pero la «mentira histórica» -Nadal Sánchez lo tilda incluso de «tragedia»– queda reflejada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) del pasado 11 de julio de 2022 en el que se certifica la carretera como el mayor «genocidio» de la Guerra para, a continuación, proclamar que «se desconoce el número de víctimas».
5.500 víctimas ‘ocultadas’
Queda así acreditado que el Gobierno de España infla la cifra de 130.199 represaliados por el franquismo, que es la que ofreció al abogado Guillermo Rocafort tras una reclamación al Portal de Transparencia. Según el Ministerio de la Presidencia, en España habría habido 49.272 víctimas de la represión republicana, pero esta cifra no tiene en cuenta las 3.500 víctimas que documentó en Málaga Antonio Nadal Sánchez, ni las 2.037 víctimas de los cementerios clandestinos en Cataluña.
Tal y como informó este medio, el departamento que dirige Félix Bolaños dice no tener «referencias» sobre los muertos en los cementerios clandestinos del Frente Popular, donde fueron inhumadas de manera furtiva dos millares de víctimas de las Patrullas de Control del Comité Central de Milicias Antifascistas de Cataluña. Estas no constan en el Archivo General de la Administración, en el Centro Documental de la Memoria Histórica, y tampoco en el documento antes anexo. De este modo, habría, en total, unas 5.500 víctimas del bando republicano que no están siendo contabilizadas por el Gobierno de España… Y unas 5.000 del bando nacional que sobran.