Preocupación en el PSOE: los sondeos internos ya detectan el desgaste por la malversación
Las encuestas internas rebajan la intención de voto tras la aprobación de la malversación. En Moncloa y Ferraz confían en que sea un «coste pasajero»
El Gobierno está inquieto ante el potencial goteo de revisión de condenas si se reforma la malversación, que se añadiría al ya constatado tras la ley del solo sí es sí. La posibilidad de que puedan reeditarse el espectáculo mediático y el clamor social derivados del incremento de beneficiarios de revisiones de penas por la rebaja en las penas de malversación y que este afecte además a condenados por delitos de corrupción causa estragos en el Ejecutivo, inmerso ya en la planificación de la campaña electoral del mes de mayo.
Fuentes gubernamentales y socialistas admiten a THE OBJECTIVE que el coste de esta reforma del Código Penal está descontado, no solo en las encuestas privadas, sino en las suyas propias. Según ha podido saber este periódico, la última entrega de los sondeos internos recoge un coste similar al de la encuesta publicada por el diario El País el pasado lunes, de aproximadamente 9 décimas.
Este desgaste, según fuentes socialistas consultadas por este diario, es un «coste pasajero» que relega al PSOE a la segunda posición –como ya ocurrió en el mes de octubre-, pero a poca distancia del PP de Alberto Núñez Feijóo. Este último, en la encuesta del diario El País, se veía beneficiado por la crisis institucional del TC de diciembre a costa del Gobierno con una diferencia de dos puntos: 28,0% para el PP y 26,9% para el PSOE. No obstante, tanto en Moncloa como en Ferraz consideran que se trata de un bache en el camino: «Las crisis institucionales siempre castigan al Gobierno, independientemente de su responsabilidad», al igual que las elecciones las pierden los gobiernos y no las gana la oposición.
Moncloa pronostica un 28% para el PSOE
El Gobierno entiende el desgaste, aunque es optimista a largo plazo. Primero, porque «más allá del ruido, casi nadie entiende o conoce realmente qué hemos hecho exactamente con la malversación», con lo que la caída responde más a un clima de opinión que a un descontento real. Segundo, porque «los resultados que demuestran la encuesta de El País y la nuestra son excelentes, tanto en voto directo como en simpatía y recuerdo de voto», lo cual apunta a una rápida recuperación de la erosión puntual por la derogación de la sedición y la reforma de los delitos de malversación aprobada en diciembre. Y tercero, el punto más bajo en las perspectivas electorales del PSOE se produce a un año vista de las elecciones generales que, como adelantó THE OBJECTIVE, se realizarán el 10 de diciembre de 2023.
«Esto va muy rápido», explican fuentes socialistas, «y tenemos tiempo más que de sobra para recuperarnos y situarnos como primera fuerza». Incluso se atreven en Moncloa y Ferraz a dar una cifra concreta: «No vamos a estar por debajo del 28% de voto. Eso seguro». Algo que atribuyen al éxito de los indicadores y medidas económicas: «No ha habido otoño caliente y ahora nos queda un largo periodo de venta de la acción del Gobierno y los logros de las medidas que hemos aplicado y las que están por aplicar». Varios meses por delante para ‘olvidarse’ además de todas las medidas políticas que, según el PP, proyectan la imagen de un Gobierno de Pedro Sánchez «intervenido» por los independentistas, en palabras de Alberto Núñez Feijóo este martes en el Foro Abc.
Sin embargo, también hay motivos para el pesimismo. De un lado, la expectativa sobre las revisiones de penas a los corruptos y a los socios independentistas del Ejecutivo. «Si empiezan a salir a la calle corruptos estamos muertos. Sería mucho peor que con la ley del solo sí es sí porque esta se le atribuía a Montero y a la insolvencia e incapacidad legislativa de Podemos, pero la malversación es nuestra y nuestro será el castigo».
Temor a un ‘pinchazo’ de Yolanda Díaz
Por otro lado, puede que un castigo al PSOE venga de la mano de un hundimiento de sus socios. El Gobierno es cada vez más pesimista sobre las posibilidades reales de una candidatura de Yolanda Díaz y su plataforma Sumar. Fuentes socialistas vienen sosteniendo desde hace meses a este diario sus recelos sobre la vicepresidenta segunda del Gobierno, sobre quien «se ha creado otro mito» sin visos de realidad, y que no tiene opción alguna si Podemos concurre en una lista distinta con Irene Montero como cabeza de lista. No porque la ministra de Igualdad pueda tener algún tirón electoral, algo que consideran altamente improbable al figurar como una de las ministras peor valoradas del Ejecutivo junto a su fiel Ione Belarra, sino porque la división de la izquierda alienta el temor a reeditar una operación ‘Andalucía 2’ que favorezca una mayoría alternativa del PP, como ocurrió con el actual presidente de la Junta andaluza, Juan Manuel Moreno Bonilla.
Los estrategas más fatalistas creen que este es un escenario «muy posible» y difícilmente evitable, ya que presumen de haber trabajado intensamente por la unidad del espacio a la izquierda del PSOE, que ya se encuentra en una situación casi irreconciliable. Hasta el punto de que algunos de ellos han recomendado al propio presidente del Gobierno dejar de «ayudar a los socios para centrarnos en subir nosotros», dado que los sondeos evidencian desde hace meses un pinchazo de Podemos y Vox en beneficio de las tradicionales fuerzas de representación del bipartidismo.
A la espera de definir cuál será la estrategia y si habrá chances para Irene Montero y Yolanda Díaz desde Moncloa, en los puestos de mando de Moncloa y Ferraz prefieren no dejarse llevar por el derrotismo y presumen de que, en esta carrera, «nosotros somos diésel». Dicho de otra forma, el votante del PP «está exultante, hipermovilizado, pero el nuestro siempre tarda en arrancar», y espera hasta el inicio de la contienda electoral. Una apuesta lenta pero segura, aunque admitan que todo está en un pañuelo porque la carrera comienza con los dos vehículos (PP y PSOE) casi en la misma posición. Un cisne negro, un factor inesperado o esperado como las rebajas a la malversación, puede ser el golpe de gracia para el Gobierno.