Mañueco valora retirar la medida del latido fetal para zanjar la polémica en Castilla y León
Fuentes de la Junta denuncian la «deslealtad de García-Gallardo» y aseguran que no se admitirán chantajes al presidente de la comunidad
Alfonso Fernandez Mañueco | Ana Burrieza (EFE)
El fantasma de Francisco Igea sobrevuela desde el pasado jueves la sede del Gobierno de Castilla y León. El recuerdo de la fractura interna que estalló durante la negociación presupuestaria, y después de que el entonces vicepresidente de la Junta y procurador de Ciudadanos negociara en secreto las enmiendas de PSOE y Por Ávila a los presupuestos regionales, volvió a fraguar el enfado de los estrategas de Alfonso Fernandez Mañueco ante la «absoluta deslealtad» de Juan García-Gallardo. El entorno de Mañueco se lo indica así a THE OBJECTIVE: «No vamos a tolerar ni a ceder ante el chantaje de Vox». El representante de dicha formación en las Cortes de Castilla y León y vicepresidente de la Junta anunció unas medidas provida sin habérselo comunicado previamente al presidente del Gobierno regional.
El pasado jueves, junto antes de esa comparecencia, posterior al Consejo de Gobierno, Mañueco esperaba que García-Gallardo relatara en rueda de prensa la versión que se había pactado internamente: «Unas medidas de apoyo a la maternidad y a la natalidad, como las que se han aprobado en la Comunidad de Madrid», que «en ningún caso entraban en colisión con la Ley del Aborto», según la versión del PP. García-Gallardo pidió a Mañueco comunicar lo pactado a los periodistas, pero sin advertirle de su intención de enmarcar las iniciativas en su política antiabortista.
Según la nota de prensa publicada en la página web de la Junta de Castilla y León con posterioridad a la rueda de prensa, las medidas pactadas son fundamentalmente tres: «Garantía de asistencia a psicólogo clínico, protocolo de latido fetal y registro cardíaco y ecografías 4D para gestantes». Tres medidas que el propio Gallardo enmarcó en el programa provida de Vox asegurando que se trata de ofrecer más información a las mujeres gestantes para que «antes de tomar cualquier decisión» puedan ser «mucho más conscientes» al «escuchar el latido de su hijo» o realizarse una ecografía 4D que permitan ver «en tiempo real, la cabeza, las manos, los pies del niño gestado».
Ruptura de relaciones entre Mañueco y Gallardo
La polvareda mediática generada por el Gobierno de Pedro Sánchez, y por la que el PP se ha visto arrastrado, asume que se trata de una «coacción a las mujeres» para evitar la interrupción voluntaria del embarazo, pese a tratarse de medidas opcionales y no obligatorias. Ello ha conducido a la ruptura temporal de las relaciones habituales entre el presidente y el vicepresidente de la Junta de Castilla y León. Según ha podido saber THE OBJECTIVE, Mañueco y García-Gallardo no han vuelto a hablar directamente desde esa comparecencia posterior al Consejo de Gobierno. El motivo es que «el enfado de Mañueco es monumental». Por su parte, el número dos de la Junta ha mantenido conversaciones con el consejero de Presidencia, Jesús Julio Carnero, para transmitirle el malestar porque su intervención «no era lo pactado».
Pese a todo, las fuentes consultadas confirman a este periódico que el protocolo sí existe, aunque no sea ‘proabortista’, sino medidas en favor de la maternidad y la natalidad en una de las comunidades autónomas menos pobladas y más envejecidas de España. Desde el entorno de Mañueco también confirman que la estrategia pasa por rebajar la polémica y posponer la publicación de las medidas hasta que la tormenta escampe. Y cuando eso ocurra, prometen que se verán las consecuencias de la crisis abierta por Vox. Según adelantan fuentes de la Junta consultadas por THE OBJECTIVE, la intención de Mañueco es retirar del acuerdo la medida relativa al ofrecimiento a la mujer embarazada de escuchar el latido fetal en el inicio de su embarazo, entre la semana 6 y 9 de gestación. Algo que se planteó con carácter opcional para la paciente pero, según Vox, obligatorio para el facultativo.
Castigo al socio minoritario
Mañueco siempre ha defendido, tanto en su comparecencia pública el pasado lunes como en la misiva enviada al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el martes, que en dichas medidas no existía mandato imperativo alguno ni para las mujeres ni para los médicos. Pero tras el órdago de Vox y de su vicepresidente, Juan Garcia-Gallardo, amagando con la ruptura del Gobierno de coalición de la Junta, y el llamamiento al orden de Feijóo, dejando claro que esto supondría una «coacción a las mujeres», la iniciativa del registro cardiaco se retira.
Se trata de un castigo al socio minoritario de la coalición. El PP de Mañueco quiere mandar a Vox un ‘aviso a navegantes’ para dejar claro que este incidente supone una quiebra de confianza y un antes y un después en sus relaciones. El presidente castellanoleonés no tiene intención de convocar elecciones haciéndolas coincidir con las municipales del 28 de mayo, como adelantó este periódico, ni pretende tampoco que se ejecute de forma inminente una ruptura de la coalición de Gobierno. Pero sí quiere enviar un primer aviso a sus socios, para que no reediten lo sucedido en el Gobierno de coalición con Ciudadanos. «No permitiremos otro vicepresidente desleal como Igea. Y, esta vez, García-Gallardo ha operado con las mismas formas de deslealtad, con la intención de apuntarse un tanto de cara a las elecciones. No lo vamos a permitir».
Lo que suceda ahora, una vez que Vox acuse recibo y compruebe el castigo del presidente de la Junta, depende de Vox. La ruptura «es posible», pero ni es deseada por el PP a nivel regional ni es considerada como la opción mas probable, habida cuenta de la comparecencia el martes del portavoz parlamentario de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, que, según la Junta, supuso «una corrección para rebajar la beligerancia de Gallardo». En cualquier caso, no se descartan directrices a nivel nacional desde el PP de Feijóo ni una respuesta airada por parte de los de Santiago Abascal una vez se consume el ‘hasta aquí’ de Mañueco: «Ya veremos qué ocurre».
