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Política

Mañueco convocará elecciones en Castilla y León si Vox abandona el Gobierno regional

El barón del PP no está contento con la actitud de su socio de gobierno, pero solo disolverá las Cortes si se queda en minoría

Mañueco convocará elecciones en Castilla y León si Vox abandona el Gobierno regional

Alfonso Fernández Mañueco, junto a Juan Manuel Moreno y Alfonso Rueda, es un acto del PP en Zaragoza. | Fabián Simón (Europa Press)

Vuelve el redoble de tambores del adelanto electoral en Castilla y León, con la intensidad de hace un año, aunque Alfonso Fernández Mañueco solo tiene en mente apretar el botón de la convocatoria elecciones anticipadas -y hacerlas coincidir con las municipales y autonómicas del 28-M- si Vox decide romper el pacto de gobierno y abandona el Ejecutivo regional, según revelan fuentes populares a THE OBJECTIVE.

En ese escenario, el PP se quedaría en minoría parlamentaria con 31 procuradores. Muy lejos de la mayoría absoluta que está en 42, por lo que Mañueco gobernaría en solitario hasta el 3 de abril y ese día firmaría el decreto de disolución de las Cortes para hacer coincidir los comicios regionales con las municipales que habrá a finales de mayo en Castilla y León.

La legislatura, con esa hipótesis que por ahora solo se contempla como «improbable», solo habría durado un año…. aunque ese calendario saltaría por los aires si al PSOE le da por presentar una moción de censura instrumental contra Mañueco unos días antes de ese 3 de abril. Una decisión que estaría condenada al fracaso, pero que impediría al presidente castellano-leonés poner otra urna en los comicios del 28-M. Por lo que los socialistas tendrán la sartén por el mango si Vox abandona al PP en los próximos días o semanas.

Mañueco niega que la coalición corra riesgo

En el equipo de Mañueco niegan, por tanto, que la coalición corra riesgo pese a la dura advertencia que lanzó el lunes el portavoz de campaña del PP, Borja Sémper, a la formación de Santiago Abascal, y que fue secundada -aunque con modales más suaves- por Alberto Núñez Feijóo este martes, cuando dijo en Telemadrid que Vox se equivoca «profundamente» en su estrategia con la interpretación política que hace del alcance del plan de natalidad que ambos partidos consensuaron.

Gallardo Mañueco
El vicepresidente Juan García-Gallardo (i) y el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco (d).

Sin embargo, la tensión entre los dos partidos no se ha calmado lo suficiente como para dar por zanjada la polémica. El secretario general de Vox, Ignacio Garriga, avisó antes de la entrevista de Feijóo de que su partido revisará «si seguir o no» en la Junta de Castilla y León en el caso de que no se cumpla el acuerdo sobre el protocolo anunciado en rueda de prensa el pasado jueves. Horas después, el portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, rebajó el órdago al precisar que «revisar el pacto y romper el Gobierno son cosas distintas».

Este pulso entre PP y Vox se asemeja a los primeros enfrentamientos que hubo entre los populares y los naranjas de Francisco Igea en la corta legislatura anterior que acabó en elecciones anticipadas hace un año. Es más, preguntados si deberían convocarse elecciones en Castilla y León en mayo para no depender de Vox, tanto Feijóo como Sémper no han cerrado esta semana esa posibilidad y se han limitado a señalar que es una decisión que compete a Mañueco como presidente.

THE OBJECTIVE indicó este martes que Mañueco «ha tomado nota» de la actitud estos últimos días de su vicepresidente Juan García-Gallardo, al que le reprocha no haber apagado la polémica pese a varios toques de atención que se le ha dado durante el fin de semana. Y en los últimos meses, cada vez que Vox ha tensado la cuerda en Castilla y León, el propio presidente ha recordado en privado a los suyos que la opción de adelantar comicios de nuevo está ahí.

Varios dirigentes populares que no son de esta región apuntan en esa dirección. Consultados por este periódico, opinan que a Feijóo le podría interesar llegar a las elecciones generales de finales de año sin ningún gobierno de coalición con Vox y así, desmontar la estrategia de Pedro Sánchez en la campaña de que «la derecha y la extrema derecha ya gobiernan juntos» y que, por tanto, ambas formaciones podrían reeditar el pacto a nivel nacional para llegar a La Moncloa.

Ahora bien, Mañueco tendría difícil explicar a los votantes de Castilla y León este récord de convocatorias electorales -tres elecciones en cuatro años-, por mucho que las encuestas le den bien al PP -ya ocurrió eso hace un año y al final se quedó lejos de la mayoría absoluta por el empuje de Vox- y el coste económico fuese mínimo, pues el 28-M solo habría que colocar una segunda urna junto a la destinada a las municipales.

El PP lleva gobernando esta región más de 35 años de forma ininterrumpida. Concretamente, desde la victoria electoral de José María Aznar en 1987, y en los últimos años han surgido escisiones -caso de Por Ávila- y movimientos locales -el ejemplo más claro es Soria Ya!- que han debilitado a los populares. En 2019 ya estuvieron a punto de pasar a la oposición y solo les salvó que el entonces presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, no dejó a Igea negociar con el PSOE castellano-leonés de Luis Tudanca.

Además, si la actual legislatura terminase de forma abrupta, toda la oposición -desde Podemos hasta Vox- le podría afear a Mañueco la falta de estabilidad parlamentaria. De ahí que el barón popular solo se plantee ahora la opción electoral de mayo si la formación de Santiago Abascal le abandona en este inicio de la legislatura, subrayan en su entorno.

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