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El apoyo del PSOE a enmiendas pactadas por Cs desató el adelanto de Mañueco

El PP detectó una «alianza» de socialistas y naranjas con el procurador de Ávila y temía una moción de censura tras la derrota presupuestaria del jueves

El apoyo del PSOE a enmiendas pactadas por Cs desató el adelanto de Mañueco

Alfonso Fernández Mañueco. | Claudia Alba (Europa Press)

La sorprendente convocatoria de elecciones anticipadas en Castilla y León por parte de Alfonso Fernández Mañueco se precipitó tras el anuncio el sábado del PSOE de Luis Tudanca de que apoyarían las enmiendas presupuestarias de la formación de Por Ávila (XAV) en las Cortes castellano-leonesas. Unas partidas que contaban también con «el visto bueno» de Ciudadanos para salvar las cuentas de 2022 y que el Partido Popular considera que «fueron pactadas a espaldas del presidente», según explican a THE OBJECTIVE en la sede de la Presidencia regional.

En el equipo de Mañueco se subraya para explicar la «traición» naranja de la que habló este lunes el mandatario para justificar el adelanto electoral, que tanto Cs como XAV eran los más interesados en sacar adelante los presupuestos ante el riesgo de desaparecer en las próximas elecciones. «Francisco Igea mantuvo por su cuenta dos reuniones con Por Ávila en septiembre y diciembre. Les dijo que admitirían sus enmiendas», hacen hincapié las fuentes del ahora Ejecutivo monocolor del PP.

En la dirección regional de los populares saltaron las alarmas cuando el PSOE castellano-leonés anunció el sábado que daría su apoyo a las reclamaciones de XAV en la votación de las enmiendas el próximo jueves. «Nos damos cuenta de que hay una alianza PSOE-Cs-XAV a nuestras espaldas», prosiguen. Las negociaciones presupuestarias habían encallado en los últimos días por una partida de 30 millones de euros para la citada provincia de Ávila. Una cifra que los naranjas consideraban «pequeña», de apenas el 0,25% de todo el presupuesto regional, por lo que presionaron a los populares para que cediesen en las pretensiones de XAV. Pero en Cs se dieron cuenta que el PP se resistía a ello.

Mañueco temía también la presentación de una moción de censura «inminente» contra él, tras la previsible derrota este jueves en la votación de los presupuestos. No de los procuradores del PSOE en el horizonte de marzo, cuando se cumplía un año de la que presentó Tudanca a rebufo de Murcia, sino otra impulsada por Cs, XAV y una procuradora del PSOE que entró recientemente en las Cortes, quienes sí que podían firmar en cualquier momento -junto a Podemos- para poner contra las cuerdas al presidente regional del PP.

De ahí que este último lanzase duras críticas a Ciudadanos, su socio de gobierno en esta legislatura, por su «falta de lealtad» en las últimas semanas. «Nos han traicionado al pactar los presupuestos a espaldas de este presidente. Con esta deslealtad rompen el pacto de gobierno», les acusó en rueda de prensa.

Ante esta situación «insostenible» había un «riesgo importante de moción de censura inminente» por parte de PSOE, Podemos, «tránsfugas» de Ciudadanos y otras formaciones que no especificó. «Un Gobierno Frankestein apoyado por tránsfugas sería nefasto para Castilla y León», zanjó Mañueco para justificar la decisión adoptada este lunes.

Debilidad parlamentaria

Mañueco e Igea lograron derrotar la moción de censura del PSOE en marzo de este año, pero paradójicamente salieron más debilitados del envite ya que desde entonces gobernaban en minoría y necesitan de un tercer socio para sacar adelante cualquier iniciativa parlamentaria. Y a diferencia de Madrid, Andalucía o Murcia, al último al que quieren mirar era a Vox.

La mayoría absoluta en las Cortes de Castilla y León está en 41 procuradores. Tras el pase al Grupo Mixto de la naranja María Montero, PP y Cs se quedaron en 40 representantes. PSOE y Podemos sumaban 37 escaños, mientras que el partido de Santiago Abascal contaba con uno, la misma cifra que Unión del Pueblo Leonés (UPL) y XAV.

El Ejecutivo regional echó mano desde entonces de la geometría variable en cada votación, buscando al partido que mejor les convenía. En la mayoría de los casos, el procurador ‘cortejado’ fue el de Por Ávila, aunque con mucho sudor y lágrimas. Mientras, el representante de UPL, Luis Santos, exigía pasos hacia la ‘independencia’ de la provincia de León del resto de la comunidad autónoma y tanto el PP como Cs no estaban por la labor.

El problema para el Gobierno regional era la fragilidad del grupo parlamentario de Cs. La procuradora que se pasó al Grupo Mixto se decantó por la abstención en la moción de censura. Un movimiento inesperado, ya que sus ya excompañeros creían que apoyaría a Tudanca. Sobre todo cuando hubo otras diputadas naranjas que antes de la moción de censura de los socialistas habían expresado quejas en privado por el rumbo de la legislatura.

Francisco Igea.

De ahí que Mañueco no se fiase con la posibilidad de otra deserción en las filas naranjas de aquí al final de la legislatura. Y es que con que una procuradora de Ciudadanos colocase el dedo gordo hacia abajo, el PSOE tenía a tiro regresar al poder en Castilla y León después de 34 años de espera.

En Génova se veía con muy buenos ojos el adelanto electoral porque confían en que las encuestas se cumplan y el PP de CyL logre mayoría absoluta ante el previsible descalabro de Ciudadanos y un Vox que sube en los sondeos, pero que no tiene un candidato para enfrentarse a Mañueco. Además, Pablo Casado y su lugarteniente, Teodoro García-Egea, prefieren ahora que las andaluzas sean en junio u octubre del próximo año, tal y como pronosticó Juan Manuel Moreno Bonilla, ya que creen que los resultados de Andalucía podrían ser otro golpe duro para el devenir político de Pedro Sánchez.

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