Entrevista inédita de Dragó: «El milagro es que, en medio del caos, tengo una familia perfecta»

Esta entrevista fue realizada en abril de 2019, en Madrid, en el domicilio familiar del escritor Fernando Sánchez Dragó. En su día, fue publicado un pequeño extracto de la misma, relacionado con el contexto electoral de aquel momento (el 28 de abril de 2019 se celebraban elecciones generales). El resto de la entrevista, el que hoy reproducimos, se quedó inédito. Y hoy, con motivo de su muerte, recuperamos en THE OBJECTIVE esa amena conversación con el autor de más de 40 libros. Entre semana, Dragó nos recibió en el salón de una laberíntica y enorme casa, rodeado de libros, de sillones de distintos tipos y tamaños y, de sus tranquilos gatos. De espaldas al balcón, por el que entraba una tenue luz natural, el escritor no solo habló de política y del flamante libro que acababa de publicar, ‘Santiago Abascal, la España invertebrada’, de Planeta. Dragó también conversó de su familia, de sus amigos, de sus sentimientos y de sus mujeres… Todo comenzó así, y así quedó grabado.

PREGUNTA.- Desde aquí se puede ver una habitación abierta, por cierto muy bonita, que es un cuarto de juguetes, un cuarto que está rodeado de libros y libros.

RESPUESTA.- Yo tengo un hijo, como seguramente sabe. Está adorable. Esta mañana me ha metido en un lío divertido. Se le ha caído un diente. Bueno, se le han caído seis. Y con el ratoncito Pérez, tan y tan, se me ha ocurrido que el ratoncito Pérez le traiga unas esposas. Y bueno, se las ha puesto esta mañana, y no sabíamos abrirlas. Con lo cual, hemos estado corriendo el riesgo de ir con las esposas puestas al cole. ¡Imagine! «¡Dragó martiriza a su hijo y le envía con esposas puestas al cole!». Menos mal que al final hemos conseguido abrirlas.

P.- ¿Y le ha gustado el regalo?

R.- ¡Hombre! Le ha encantado. A mi hijo todo lo que sea pistola, rifles, dardos, arcos y tal… pues es chico, chico de los viejos tiempos. Chico con testosterona.

P.- Bueno, todavía hay chicos así.

R.-Sí, claro. Y también hay chicos que juegan con sus muñecas. Pero éste, de momento, y fíjese en el caos en el que vivo. El mayor (de sus hijos) tiene 60 años y vive también encima (el inmueble de Dragó es un edificio de varias plantas donde viven varios miembros de su familia).

«El sexo no es todo en la vida. Está el afecto, la estima»

P.- Tiene suerte de tener a su familia alrededor.

R.- Sí, sí. El milagro de mi vida es que, en medio de este caos de viajes, guerras, cárceles y divorcios y tal, he conseguido tener una familia perfecta.

P.- Algo tendrá.

R.- Algo tendré. Oye, a la presentación de mi penúltimo libro vinieron cuatro exmujeres mías. Y llevo ocho.

P.- Se puede convivir con el afecto después de la pasión.

R.- El sexo no es todo en la vida. Está el afecto, la estima. Yo tengo un hijo de 60 años, fruto de… yo me casé en la cárcel por primera vez con 20 0 21 años. Y tengo otra hija, Ayanta, que ha sido finalista del Planeta (en 2018, por su obra Un mar violeta oscuro). Y luego tengo otra, Aixa. Una es de madre italiana; otra de madre francesa, y éste -Akele, el pequeño de sus hijos- es de madre japonesa. Y todo así…

La alternativa de Dragó

En el momento en que se hizo la entrevista, Fernando Sánchez Dragó acababa de publicar Santiago Abascal, la España invertebrada. El PP venía de ganar las elecciones autonómicas en Andalucía y en unos días España celebraría elecciones generales, las primeras que ganó Pedro Sánchez, tras diez meses en el poder, una vez que desterró a Mariano Rajoy de La Moncloa mediante una moción de censura.

P.-¿Cómo llega Abascal a su vida?

R.- Tengo una relación de amistad con Abascal desde hace cuatro años, más o menos. Suelo decir que no es que yo me he acercado a Vox, sino que Vox se ha acercado a mí, porque yo venía diciendo en mis columnas y en mis intervenciones de radio cosas muy parecidas a las que de repente empezó a decir Vox, y entonces se produjo el acercamiento. Sin embargo, confieso que fui uno de los famosos voto útil, que decía, «¡bueno, si Vox está muy bien, pero es inútil votarlo! Y me invitó Santi Abascal a ir al mitin de Vistalegre. Y estuve allí. Realmente eso no fue un mitin. Va a ser una fecha legendaria en la historia de la política española».

«Quería reunir en mi casona de Castilfrío a los tres líderes de la alternativa: es decir, a Pablo Casado, a Albert Rivera y a Santiago Abascal»

P.- ¿Y fue en Vistalegre cuando pensó que Abascal merecía un libro?

Bueno, entonces me di cuenta de que la alternativa se venía encima. Yo inicialmente quería escribir un libro que se iba a llamar La alternativa. El planteamiento era el mismo de La España invertebrada. Es decir, quería reunir en mi casona, esta del pueblo
soriano del Castilfrío de la Sierra, a los tres líderes de la alternativa: es decir, a Pablo Casado, a Albert Rivera y a Santiago Abascal. Y bueno, me puse en marcha con esa idea. Pero no pudo ser.

P.- ¿Por qué?

No pudo ser porque Albert Rivera nunca se me puso al teléfono. Yo tengo su teléfono personal. He tenido siempre con él una relación fluida; más o menos amistosa. Le llamé ocho o nueve veces. Nunca me cogió el teléfono. Intenté entrarle por personas cercanas a él, tanto dentro de su partido como fuera de su partido. Y no hubo forma. Entonces, claro, el libro se vino abajo, porque si no estaban los tres, no había libro.

P.- Tres políticos, ¿y usted solo bregando con ellos?

Bueno, la idea no era que estuviera yo solo; era que estuviera también Fernando Savater, (Antonio) Escohotado… En fin, una especie de debate entre intelectuales, con el entrecomillado que la palabra intelectual requiere, con filósofos y pensadores y, con los políticos que podrían encarnar esa alternativa. Pero como le decía, el libro se me vino abajo. Pero entonces me fui a Sevilla. Y allí estuve los últimos días de las elecciones en Andalucía. Y lo que me pasó es que, inmediatamente, en cuanto puse los pies en la estación de Santa Justa, me di cuenta de lo que iba a pasar. Por eso vaticiné los 12 diputados (de Vox). Todo el mundo, absolutamente todo el mundo estaba hablando de Santi Abascal. Había un verdadero aluvión popular.

«La gente ya no vota por ideologías. Las ideologías se han terminado hace mucho tiempo»

P.- ¿Fue allí donde percibió la proyección que puede tener Vox?

Sí. Y eso se percibe ahora mismo en todo el país. La diferencia que hay de asistencia de los mítines de Vox y la asistencia del resto de actos políticos con otros líderes, es abrumadora. Entonces, eso debería tener reflejo en las urnas. Ahí me di cuenta de que el hombre del año en España -como hace la revista norteamericana TIME, que coloca siempre en su portada en la noche de San Silvestre- era Santi Abascal. Y se lo propuse a él. Aceptó. Así que estuvimos tres días con 25 horas de conversación.

P.- ¿Cómo fue esa conversación? ¿Fue una larga entrevista?

R.- No, el libro no es una entrevista. Esto me importa subrayarlo. El libro es un diálogo platónico. Exactamente igual que Platón exponía su filosofía dialogando con Sócrates, con Aristóteles, Alcibiades, con los políticos de la época. También con los hombres de los mercados y de las calles de Atenas. Bueno, este libro es una conversación escenificada, literatulizada al máximo.

P.- ¿Qué descubrió en Santiago Abascal?

Santi Abascal, fundamentalmente tiene un mensaje emocional; no es un mensaje ideológico. El libro transcurrió de esta manera, y todo salió a pedir de boca. Sobre todo al final. Yo le reté en un futbolín que tengo allí, en aquella casa. Y lo barrí. Así que, si un día llega a ser presidente del Gobierno Santi Abascal, yo podré contarle a mis nietos que le gané por goleada 10 a dos, o algo así.

P.- ¿Tres días solos sin apenas dejar de hablar?

R.- Allí no solo estaban presentes Santi Abascal y yo. ¡Hombre!, por supuesto Santiago Abascal y yo protagonizábamos toda esta conversación. Insisto, esta conversación no es una entrevista. El entrevistador hace preguntas breves y el entrevistador se explaya. Basta coger el libro para darse cuenta de que estamos más o menos a la par… Pero sí, también estaba presente Quico Méndez Monasterio (asesor de Abascal) y, Enma Nogueiro (su última pareja), que fue quien transcribió toda esta conversación, y que pasó negro sobre blanco.

«La gente se ha hartado de la corrección política, de la censura, de la inquisición y de la falta de sentido común que impera en la política»

P.- Usted dice que Abascal es un desconocido y que hay una imagen de él muy distorsionada

R.- A mí me interesaba mucho; no solo el personaje, sino la persona. Lo que está detrás; su adolescencia, sus gustos, sus apetencias, lo que de verdad piensa y lo que de verdad siente. Porque yo, insisto, pienso que no es un fenómeno español, sino universal. En estos momentos, la gente ya no está votando por ideologías. Las ideologías se han terminado hace mucho
tiempo. Porque una ideología es lo contrario de las ideas. Yo siempre digo que no hay que tener ideología, que hay que tener ideas. La ideología lo que hace es encorsetar, ponerle una camiseta de hincha de un partido de fútbol a las ideas.

P.- ¿Quiere decir que Abascal no tiene ideología?

Santi Abascal efectivamente no tiene ideología. Eso que se dice que es de ultraderecha, todo eso son etiquetas que los adversarios le ponen para quitarle votos. Pero por supuesto no es ni de derechas ni de izquierdas. Vox es un movimiento. No es un partido político. Es un movimiento transversal y fundamentalmente emocional. La gente se ha hartado de la corrección política, de la censura, de la inquisición y de la falta de sentido común que impera en la política. Y eso es lo que ha conducido a Trump a la presidencia de Estados Unidos; a Bolsonaro a la de Brasil, y a Marine Le Pen, Alternativa para Alemania y a Urban en Hungría. Es
un movimiento que está volviendo al mundo al revés. Como se decía en la Internacional Comunista, el mundo está cambiando la base.