El Gobierno ignora la evidencia científica: mascarillas en los hospitales «con o sin covid»
Los expertos consultados aseguran que las mascarillas sirven cuando las tasas de infecciones son muy altas. «Cuando son bajas, pierde sentido la medida»
Europa comienza a levantar el uso obligatorio de las mascarillas en hospitales y centros sanitarios ante la situación epidemiológica actual, la opinión de los expertos y la evidencia científica que así lo avala. Sin embargo, en España parece que no nos será fácil perderlas de vista definitivamente. El Ministerio de Sanidad, tras una consulta de THE OBJECTIVE, ha asegurado que «como norma general, independientemente de que haya covid o no», deberemos seguir usando las mascarillas en centros y servicios sanitarios.
No obstante, desde el departamento de José Miñones señalan que «se pueden hacer excepciones o valorar situaciones particulares». Preguntados por estas excepciones, desde el Ministerio de Sanidad solo se han limitado a acotar que «las debería indicar la Ponencia de Alertas». «En todo caso, en esta cuestión, para la toma de decisiones, la Ponencia de Alertas tiene claro que debe primar el beneficio para los pacientes», han agregado sin entrar en detalles.
Por su parte, el titular de la cartera que hasta el 28 de marzo dirigía Carolina Darias ha dicho este viernes que se limitará a seguir «las recomendaciones» de los expertos. De esta forma, Miñones, en un acto en La Coruña se ciñe a señalar que el Ministerio tiene «un comité de expertos» y seguirá «las recomendaciones de esa ponencia a la hora de tomar cualquier decisión».
El 21 de mayo de 2020 se estableció el uso obligatorio de la mascarilla en España. Desde entonces, se ha ido adaptando su obligatoriedad dependiendo del momento epidemiológico en el que nos encontrásemos. Nuestro país fue el último de la Unión Europea en sumarse a la retirada de la mascarilla en interiores (20 de abril de 2022), y no fue hasta el pasado 8 de febrero, casi tres años después del inicio de la pandemia, cuando los españoles comenzamos a abrazar la normalidad al decir adiós a los tapabocas en medios de transporte públicos, donde seguían siendo obligatorios, junto a centros sanitarios, hospitales y centros sociosanitarios, como las residencias de mayores.
Las cifras
Ahora, tras la retirada definitiva en Portugal, Reino Unido, Italia (a partir del 30 de abril) y Francia, donde es decisión de cada hospital su uso o no, en España surgen varias preguntas sobre la necesidad de seguir usando las mascarillas de forma obligatoria en hospitales y centros sanitarios cuando la incidencia acumulada no llega al 50% (49,07%) y la tasa de nuevos ingresos en los últimos siete días por covid, según el último informe del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, es de 4,26 por cada 100.000 habitantes (0,19 en UCI).
En este sentido, el porcentaje de camas ocupadas por covid es de 1,87% (1,20% en UCI) y el total de pacientes ingresados es de 2.331, de los cuales 105 se encuentran en la unidad de cuidados intensivos. Así, con el 92,6% de la población mayor de 12 años con la pauta completa de vacunación, el número de fallecidos en los últimos siete días, a fecha de 19 de abril, es de 61.
Además, tanto la Organización Mundial de la Salud como el Gobierno de Estados Unidos han anunciado el fin inminente de la emergencia de salud pública, tras haber pasado la pandemia del coronavirus a una fase más estable. A mediados de marzo de 2023, más de 5.500 millones de personas -el 71,3% de la población mundial- ya estaban vacunadas con al menos una dosis.
La evidencia científica
Ante esta situación, la evidencia científica es clara: ha llegado el momento de poner fin a las políticas que obligan a llevar mascarilla en los centros sanitarios. Epidemiólogos sanitarios y expertos en enfermedades infecciosas de ocho instituciones internacionales han llegado a la conclusión de que ha llegado el momento de gestionar el covid-19 como otros virus respiratorios endémicos. Y así lo han manifestado en la revista Annals of Internal Medicine.
«En esta etapa de la pandemia, el uso de mascarillas es solo una herramienta para reducir la transmisión general y debería haber un cálculo que sopese los riesgos y los beneficios», se puede leer en la misiva, que agrega: «El contexto y las condiciones de la pandemia han cambiado. La política de salud pública basada en la evidencia también debe adaptarse». «Ha llegado el momento de manejar el SARS-CoV-2 como generalmente manejamos otros virus respiratorios endémicos en entornos de atención médica», concluyen.
Otra investigación, realizada por científicos del hospital Saint George de Londres y publicada en la prestigiosa revista médica Medscape Uk, sugiere que las políticas de uso de las mascarillas pueden no tener tanto efecto frente a variantes de rápida propagación, como ómicron. De esta forma, este estudio preliminar, aún no revisado por pares, encontró que una política de uso de mascarillas hizo poco para frenar la propagación de la variante ómicron. «Eso no significa que las mascarillas no tengan valor contra ómicron», ha dicho el Dr. Ben Patterson, uno de los investigadores que ha formado parte del estudio, «pero su beneficio en el mundo real es, en el mejor de los casos, modesto en un entorno de atención médica», ha asegurado.
Lo que dicen los expertos españoles
Para Antonio Zapatero Gaviria, jefe de Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario de Fuenlabrada, «cualquier medida que se tome en relación con la gestión de la pandemia por SARS-CoV2 debería basarse en la evidencia científica». «En la situación actual de un virus que se ha convertido en endémico, con un nivel de inmunidad de la población muy alto, un virus que clínicamente no produce cuadros clínicos graves en la población general, mi criterio sería limitar su uso en zonas asistenciales donde se atiendan pacientes con síntomas de infección respiratoria, en aquellas áreas con presencia de pacientes inmunodeprimidos y poco más», apunta a THE OBJECTIVE Zapatero, quien dirigió el Hospital de Campaña de Ifema para el coronavirus.
En este sentido también se pronuncia a este periódico la Dra. Juana Carretero, presidenta de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), que apoya la idea de Zapatero y agrega que «en áreas de tránsito de los hospitales o en zonas donde no se atiende directamente a pacientes, se debería recomendar pero no ser obligatorio».
Así, Carretero defiende avanzar en el proceso de gripalización de la infección y «normalizar las medidas como en cualquier otra enfermedad infecciosa». «Nuestros socios así lo piensan», agrega la médica. Y es que en una reciente encuesta realizada por la SEMI y a la que han respondido 490 internistas, el 78,4% considera que no es necesario el uso obligatorio de mascarillas donde no se atiende directamente a pacientes. «Por lo tanto, la posición de nuestra sociedad es la de la prudencia pero avanzando en la normalización de las medidas preventivas», aconseja Carretero.
Por último, el virólogo y director emérito del Centro Nacional de Gripe en el Hospital Clínico de Valladolid, Raúl Ortiz de Lejarazu, ejemplifica: «Seguir con los protocolos obligatorios actuales de mascarillas en hospitales es como obligar a llevar salvavidas tumbados al sol en la playa». «Las mascarillas sirven cuando la tasa de infección de SARS-CoV2 en la población es muy alta. Cuando es baja, pierde sentido la medida», concluye el experto.