El pueblo español más bonito para ver en mayo según National Geographic
Iznájar es un municipio cordobés que cuenta con el pantano más grande de Andalucía además de lugares históricos
Mayo, con la primavera en todo su apogeo, es uno de los mejores meses para hacer una visita rápida al sur. En concreto, a alguno de los pequeños y preciosos pueblos. Aunque en esta región hay multitud de ellos, desde Viajes National Geographic han escogido cuál es el más bonito para visitar durante este mes: Iznájar.
Es una localidad de tan solo 4.000 habitantes, pero el pueblo de Córdoba tiene multitud de encantos: un pantano emblemático con una interesante historia, vistas maravillosas a la Sierra de las Ventanas o incluso lugares históricos como el castillo del mismo nombre que el pueblo. Además, no hay que olvidar otro de sus puntos fuertes: su gastronomía.
Razones para visitar Iznájar este mes
- Conocer de cerca los patios cordobeses; mayo es el mes del Festival de los Balcones y Rincones.
- Para los amantes de la bicicleta, en Iznájar hay varios recorridos muy bonitos como la circular MTB Sur o tramos de la Vía Verde del Aceite.
- Es uno de los pueblos más bonitos de la provincia de Córdoba.
- El mes de mayo es la época perfecta para apreciar los colores de la primavera en el Geoparque Sierras Subbéticas.
- Volviendo a la gastronomía, es uno de los mejores lugares para degustar salmorejo y flamenquín.
¿Qué ver en Iznájar?
El castillo
Una de las joyas de este lugar es el castillo que da nombre al pueblo. Este, además, es una derivación del sustantivo «hisn» (castillo) y del adjetivo «al-ashar» (alegre). Su origen es árabe y se construyó en el siglo VIII, por lo que sus muros encierran siglos de historia.
El botarel
Este es el que aguanta y contiene el crucero de la torre de la Parroquia de Santiago Apóstol desde la calle opuesta y es otro de los mayores puntos turísticos de Iznájar. Además, es uno de los mejores lugares para poder contemplar las puestas de sol.
El patio de las comedias
Desde el botarel es posible ir andando hasta el Patio de las Comedias por un pavimento de piedrecitas. Este lugar es uno de los preferidos para las fotos de Instagram y cuenta con cerca de 700 macetas del azul característico de la zona. El nombre de esta pequeña plaza tiene lugar en el siglo XVI, ya que en esa época era el lugar donde tenían lugar las representaciones teatrales.
El pantano de Iznájar
En Iznájar está el mayor embalse de Andalucía que, además de ser el símbolo más característico de este pueblo, es un lugar con su propia historia. A pesar de que ahora esto no parezca creíble, Iznájar era un municipio muy seco, sin rastro de agua en todo el paisaje, dominado por las casas y los olivares.
Sin embargo, en los años 60 se impulsó lo que, para la época, era una gran obra de ingeniería: se empezó a embalsar agua. Con ella, parte de las tierras, huertas, fábricas, casas y miles de olivos quedaron sepultados. En 1966 Franco fue a inaugurar la presa pero, para ese año, la mitad de los 18.000 iznajareños que antes vivían ahí habían tenido que abandonar el pueblo tras perder sus casas.
A día de hoy, el embalse ya es un ecosistema adaptado al entorno natural, como si la mano del hombre no hubiera tenido nada que ver con su nacimiento. Es también uno de los principales atractivos turísticos de Iznájar.
¿Qué es posible comer en Iznájar?
El turismo gastronómico es cada vez más común y, aunque el salmorejo es uno de los platos más famosos en toda Andalucía, en Córdoba es el plato estrella. En Iznájar, además, tienen su propia versión gracias al uso de naranja y bacalao. Según Viajes National Geographic, uno de los mejores lugares para probarlo es el Mesón Abuela María, donde también cuentan con una versión con pipas y setas. Además, no hay que olvidar los postres caseros. Los «huevos volaos» de Pacho y Charo son otra de las catas obligadas de la localidad.
Las mejores zonas para apreciar la naturaleza en Iznájar
Por último, Iznájar es también visita obligada para quienes sean amantes de la naturaleza. Uno de los puntos clave es el Mirador de la Villa, desde donde es posible apreciar unas vistas muy bonitas de la Sierra de las Ventanas y el arroyo de Priego. A unos dos kilómetros de la villa está el Centro de interpretación del embalse, donde es posible aprender y descubrir los valores naturales y antropológicos que hay en torno al río Genil y la presa. Por último, para los más aventureros, la bici y cualquiera de los recorridos de MTB son una de las mejores opciones de ocio.