THE OBJECTIVE
Entrevista

Emiliano García-Page: «El Gobierno no ha reaccionado frente a las listas de Bildu»

Conversamos con el presidente de Castilla-La Mancha sobre las polémicas de la campaña electoral, así como del presente, pasado y futuro del PSOE

Llega al Palacio Ducal de Pastrana (Guadalajara), lugar elegido para celebrar esta entrevista, tras haber encarado su segundo acto electoral de la jornada, casi tocando al ecuador de la campaña y cuando todavía tiene por delante otro acto más, en la localidad de Azuqueca de Henares. No muestra síntomas de agotamiento y afronta los temas que se le plantean sin rehuir ni uno solo, desde su voz crítica frente a la polémica levantada por las listas de Bildu hasta la ley de solo sí es sí o el funcionamiento interno del PSOE, donde, en su opinión, no se practica la protesta o los barones «deben estar proscritos» en los Estatutos.

Emiliano García-Page (Toledo, 1968) reconoce que no advirtió a Pedro Sánchez de su intención de entrar a fondo a criticar la actitud de Bildu en el mitin que compartieron, que no habló con él, como tampoco habla habitualmente. Para el presidente de Castilla-La Mancha eso no significa que tenga buena o mala relación con el presidente, porque es la misma que ha tenido con sus antecesores en el cargo. Con respecto a Alberto Núñez Feijóo, se coloca claramente a contracorriente de la estrategia de Moncloa de desgaste personal del adversario. En todo caso y sin citar a nadie expresamente, García-Page sentencia que el nivel de la política nacional actual es de lo «peorcito» que ha visto en democracia.

PREGUNTA.- Usted ha sido el primero en decir en el PSOE que «con los asesinos de ETA ni a la vuelta de la esquina». Esto fue en un mitin que dieron Pedro Sánchez y usted en Puertollano. ¿Lo había comentado previamente con Pedro Sánchez?

RESPUESTA.- No a ambas cosas. Creo que no he sido el primero. Desde que me afilié al PSOE, esto lo he escuchado siempre: ni con los asesinos de ETA, ni en realidad con ningún asesino. Esto no es nuevo. Otra cosa muy distinta es que las circunstancias del presente nos lleven a jugar con el lenguaje. Hay quien juega con los «ismos» y con los «istas»… «Socialista» termina de la misma manera que posibilista. Somos muy diferentes. No, yo lo he dicho siempre y por tanto lo tengo muy claro. En cuanto a la segunda cuestión, no se lo comenté al presidente, no .

«No tengo duda de que, en mi partido, el mero planteamiento de tener que hablar con un asesino les repugna»

P.- ¿Le parece que el presidente y el Gobierno, en general, reaccionaron tarde?

R.- No ha reaccionado. Ni tarde ni temprano. Simplemente, han entendido que era una dinámica del PP y… bueno, forma parte de la lógica de las campañas electorales: no entrar en el juego de lo que plantean los del partido de enfrente. Seguramente tiene más que ver realmente con no entrar al debate que quiere el PP que otra cosa. Pero no tengo ninguna duda de que, en mi partido, el mero planteamiento de tener que hablar con un asesino, les repugna. Pero se trata de plantear alternativas, estrategias, alternativas… Políticas concretas, propuestas y, por tanto, todo lo que le despiste de ese enfoque, no lo contraataca.

P.- Pero usted decidió entrar en ese debate, que es el que, de alguna manera, rehuía el Gobierno, porque era el debate que, según usted, le interesaba al PP. ¿Por qué decidió entrar usted en el debate y salir públicamente en un mitin junto a Sánchez?

R.- Creo que hoy los líderes nacionales están muy empeñados en nacionalizar esta campaña. Es una mala faena para los candidatos autonómicos y locales. De lo que hay que hablar ahora es de los ayuntamientos, de lo que se ha hecho y lo que no, de las autonomías. Cada autonomía es diferente en sí misma. Lo que no es decente, electoralmente hablando, es no dejar claro de qué va esto, qué es lo que se vota. Pero todo el mundo está empeñado. Yo no he visto nunca tantos líderes nacionales dando tantos mítines nacionales, con lo cual, al final, pareciera que es una prolongación del debate del ruido permanente de la M-30 en el Congreso de los Diputados, cuando esto tendría que ir de cada comunidad autónoma. No es la realidad.

Yo, por definición, no saco ningún tema que no sea propiamente de mi tierra. Pero si los independentistas hablan diciendo que tienen que votar sólo en Cataluña, pues eso es cercenar el derecho a decidir que tienen los ciudadanos de Castilla-La Mancha y, por tanto, opino. ¡Sólo faltaba! En condiciones normales, yo lo que quiero es una campaña para hablar de lo que hemos hecho y de lo que hay que hacer aquí en mi tierra. Todo lo que hemos visto, esa situación, me obliga a entrar si no coincido, pero no es lo razonable ni lo lógico. Los políticos del ámbito nacional están haciendo una nacionalización de la campaña exagerada y desproporcionada.

P.- ¿Cree que eso se debe a que en La Moncloa pueden temer que las municipales vayan a ir mejor de lo que pueden ir después las generales?

R.- La historia de la democracia de España demuestra que la gente distingue perfectamente unas elecciones de otras, pero nadie se acuerda. Hace cuatro años, hubo elecciones generales un mes antes de las elecciones municipales. En aquel entonces todo el mundo decía: «¡Os van a arrastrar en la política nacional!».

Pues en mi tierra, en Castilla-La Mancha, en esas elecciones generales, el PSOE sacó un 28% de los votos. Al mes siguiente, un 44%. Cs sacó un 20% en generales y al mes siguiente, un 12%. Vox sacó un 16% en generales y al mes siguiente, un 7%. La gente disecciona el voto.

«Estas elecciones no son ni una incubadora , ni un canapé de las generales»

P.- ¿La primera conclusión sería que, en Castilla-La Mancha, se vota más a Emiliano García-Page que a Pedro Sánchez?

R.- No, no necesariamente tiene que tener sólo un componente personal. La gente ahora – y tras la pandemia más que nunca- ha interiorizado que la Sanidad es una competencia autonómica. La democracia es una experiencia, un camino que estamos recorriendo y hay muy poquita gente que no sepa exactamente qué corresponde a uno y qué corresponde a otros. Pero, en general, la gente sabe que aquí y ahora se trata de elegir un alcalde o alcaldesa y al presidente de la comunidad autónoma.

P.- Aunque no sea por un componente personalista, es evidente que hay una dualidad en el voto respecto a municipales, autonómicas y generales. ¿Cree que van a obtener un resultado igual o muy similar en elecciones municipales y autonómicas que en las generales de diciembre? ¿Pueden provocar estas elecciones un efecto espejismo, si el PSOE logra revalidar buena parte de sus feudos?

R.- Ni lo uno ni lo otro está tan comunicado, como algunos se piensan. Recuerdo perfectamente que, un mes antes de unas elecciones autonómicas -el candidato era José Bono, en Castilla-La Mancha-, el candidato a la presidencia tenía que ser Josep Borrell, después de haber ganado las primarias. El secretario general del PSOE era Joaquín Almunia. Un mes antes de las elecciones autonómicas, Borrell dimitió y entonces el PSOE se quedó sin candidato en generales. Fuimos a las municipales y autonómicas, cuando se presumía un resultado malo, pero no fue tan malo… ¡Fue bueno! De hecho, aquí mantuvimos el Gobierno. Se ganó en muchos sitios y el PSOE salió mejor parado en esas municipales y autonómicas de lo que se preveía. Entonces el presidente del Gobierno era José María Aznar. Tras el resultado de las municipales y autonómicas, Almunia convocó Comité Federal y se le proclamó candidato en sustitución de Borrell. A los diez meses, había elecciones generales. Y Aznar sacó dos millones de votos más de lo que había sacado el PP en las municipales. En todo caso, ni estas elecciones son una incubadora de lo que pueda pasar, ni son un canapé de las generales.

«La política nacional está en un nivel mediocre, de lo peorcito que he visto en democracia»

P.- ¿Cree que las políticas del Gobierno central, del Gobierno de Pedro Sánchez, pesan o lastran en el conjunto del país? Me refiero no solo Castilla-La Mancha, también a todos los barones que se presentan, y a todos los alcaldes y los alcaldables del PSOE. Entre esas políticas está el asunto Bildu, por ejemplo…

R.- Habrá opiniones para todos los gustos, pero yo creo que todo condiciona. Evidentemente, la política nacional está muy infartada; está en un nivel enormemente mediocre, de lo peorcito que yo he visto en democracia. Está todo absolutamente degradado. Hay un nivel de ruido infernal, que ensombrece incluso los éxitos. Seguramente, las políticas sociales del Gobierno son suscribibles por una amplia mayoría, pero el ruido y las compañías, seguramente, son ya menos apoyables. En todo caso, todo condiciona. No se puede decir que no condiciona. Por ejemplo, no he encontrado un candidato de Vox que hable ni de su pueblo ni de la región. Sólo hablan de Sánchez.

P.- La polémica de ETA, que ha vuelto a revivir como uno de los ejes de la campaña, ¿hace daño al PSOE, a Emiliano García-Page? ¿Lo han detectado en sus estudios y trackings electorales periódicos?

R.- Yo estoy notando una campaña bastante ilusionada. Nos están desbordando en los actos y, sinceramente, creo que es la campaña más multitudinaria que yo he tenido en mi vida. Yo no quiero comportarme como un paraguas para parar la lluvia radiactiva de Madrid. No digo eso. Pero creo que hemos conseguido que aquí la gente se centre en lo que está en juego, muy mayoritariamente.

La realidad es que el debate de ETA me molesta como español, porque, a diferencia de lo que pasó en el Reino Unido, que terminó siendo un acuerdo político con amnistías y gente excarcelada, en España no fue así. Conseguimos acabar con ETA con la eficacia policial, con unidad política en lo sustancial, con momentos concretos donde PP y PSOE han actuado de una manera muy cerrada… ETA no dejó de matar, la obligaron a dejar de matar. España ganó la batalla. ¡Cómo debe ser de lamentable el debate político nacional como para que un éxito colectivo de esta naturaleza, en vez de considerarse como un hito de nuestra historia, sirva todavía de mercancía barata electoral! Es lamentable como país. Este es un tema que los franceses hubieran despachado hace tiempo, como un elemento más de los que requiere un Arco del Triunfo. Pero aquí no… y esto es algo que me llama la atención. Somos excesivamente timoratos a la hora de presumir de las cosas que nos han salido bien como españoles. Me molesta.

P.- Siendo cierto lo que dice usted, presidente, eso no excluye que Bildu haya tomado la decisión de incluir a siete asesinos en sus listas. ¿Por qué cree que lo hace? ¿Y por qué cree que el Gobierno tarda tanto a la hora de valorar este hecho que usted ha criticado públicamente?

R.- Bildu es un conglomerado de pequeñas formaciones y probablemente no hay sido siquiera consecuencia de una decisión deliberada. Pero es evidente que el intento de normalización política que buscaba Bildu desde hace tiempo ha sufrido una vuelta atrás con esta decisión que han tomado. En un país que no toleraría a un violador, a un asesino, a un defraudador… En este país dimite la gente si le pillan conduciendo bebido, a 180Km/h. Un concejal, cuando es elegido, como un diputado, no solo representa a los de su cuota. Se sienta para representar a todos. Considerar que hoy un asesino puede representar a sus víctimas es simple y llanamente inmoral.

«Soy capaz de llevarle la contraria a Feijóo, a Sánchez o a quien sea»

P.- Su rival aquí en Castilla-La Mancha ha venido repitiendo que Emiliano García-Page es cómplice, por ejemplo, de los pactos con Bildu. Y lo plantea diga usted lo que diga, porque él dice que no va usted a quejarse ante el Comité Federal del PSOE, o que sus diputados de Castilla-La Mancha no votan en contra cuando ellos presentan iniciativas de rechazo, ni tampoco en el Congreso de los Diputados… Lo dice de la polémica de Bildu, pero también de la ley del solo sí es sí. Le reprocha hacer declaraciones en contra, pero no actuar. ¿Qué argumentos tiene para defenderse de esos ataques?

R.- Yo entiendo al candidato del PP de Castilla-La Mancha, porque supongo que cuando ve que el presidente de la región mantiene una posición autónoma, libre para opinar, aunque sea con los propios, debe de estar muy avergonzado de lo que hizo él ante los recortes que hizo en esta tierra María Dolores de Cospedal… Él pudo decir a Cospedal: «Esto que estás haciendo es una miseria para la región». Pero no es que no lo dijera, ¡es que aplaudía los recortes de Cospedal! Fue la mano derecha de Cospedal, que no solo se calló, sino que aplaudió y jaleó todos los recortes habidos y por haber, a los que nos sometieron durante cuatro años… Entiendo que cuando vea que yo soy capaz de llevarle la contraria a Feijóo, a Sánchez o a quien sea, o hablar bien si tengo que hablar en términos personales de quien sea…

Cuando ve que tengo autonomía y libertad para poder opinar con cargo a mi conciencia… entiendo que eso le lleve a una situación en la que tenga que tirar de la demagogia de este tipo. Los grupos parlamentarios deciden conforme a sus reglas democráticas. O es que resulta ahora que cada vez que el PP, en Madrid, vota a favor del trasvase es, porque el líder del PP en Castilla-La Mancha no pinta nada o no se mueve… O lo que es más grave, ¿será que votan lo que él quiere?

P.- ¿Estas van a ser sus últimas elecciones en Castilla-La Mancha?

R.- Las que tiene uno delante siempre son las últimas.

P.- Si en las próximas elecciones generales Pedro Sánchez no logra gobernar, entiendo que se dedicará a otras cosas y el liderazgo del PSOE quedaría por decidir…

R.- Está usted imaginando mucho…

P.- ¿Podría ser usted un buen líder nacional del Partido Socialista Obrero Español?

R.- Yo no me planteo ninguna cábala a estas alturas. Tengo un objetivo demasiado alto e importante, que es ser presidente de la región y este es el sitio desde el que quiero gestionar, en política. Cuando tomo la palabra para opinar sobre el ámbito nacional es porque entiendo que se ponen en cuestión los derechos que tenemos como territorio. Yo milito en un partido que rechaza todo tipo de privilegios personales, sociales y territoriales.

«En este Gobierno no se rechazan los privilegios territoriales con la contundencia que me gustaría»

Y al menos los territoriales, me parece que no se rechazan en este Gobierno con la misma contundencia con la que me gustaría.

P.- ¿Qué le queda pendiente por cumplir en Castilla-La Mancha ahora mismo?

R.- Pues a pesar de la covid, he cumplido con el programa, prácticamente al 100%. Pero sigue habiendo cosas por hacer. Esta es una región que empieza a ponerse un poquito de moda y vamos a terminar poniéndola de moda.

P.- ¿Es partidario de traer instituciones del Estado a Castilla-La Mancha, algo a lo que se opone fervientemente Isabel Díaz Ayuso, porque entiende que perjudica a Madrid y significa deshacer el Estado?

R.- Si alguien quiere plantear llevar instituciones nacionales o sacarlas de Madrid, solo para hacer daño a Madrid, así como planteamiento, yo no lo comparto. Parece innecesario, absurdo. Madrid, 15 días antes de ser comunidad autónoma, formaba parte del mismo debate y del Estatuto de Castilla-La Mancha. Fíjese por dónde, yo hoy podría ser presidente también de Madrid si hubiese permanecido dentro de Castilla-La Mancha. Pero hubo un momento en que la UCD y el PSOE llegaron a un acuerdo para que Madrid fuera el Distrito Federal. Entendían que Madrid tenía que caer simpático a toda España, para que no se discutiera o cuestionara su capitalidad, porque si Madrid era un foco de problemas, generaba tensiones en la periferia española. Era una reflexión bastante razonable.

Yo, a todos los dirigentes de Madrid, siempre les he dicho lo mismo: Madrid es una comunidad que va muy bien porque no es enemiga de nadie. Si Madrid busca hacerse enemiga de otras comunidades, el modelo empezará a fallar. Desde esta perspectiva, si el planteamiento del Gobierno de España fuera quitar a Madrid cosas para llevarlas a otro sitio sólo por molestar a Madrid, si yo fuera Ayuso, todavía sería más duro. Eso no puede ser. Ahora, el planteamiento de que instituciones que están tapadas en Madrid y en Madrid no pintan nada, o que no tienen espacio de crecimiento y que en otros sitios puedan rendir mejor tributo o funcionar mejor, me parece bien. De todas maneras, de lo que no soy nada partidario es de una propuesta que salió hace un tiempo y me parece negativa: que el Senado se fuera de Madrid a Barcelona. Eso no tiene ni pies ni cabeza. Lo dije en su momento y lo digo ahora. Tiene que venir algo a Toledo… Por ejemplo, el CIS estaría bien.

«Estaría bien que trasladasen la sede del CIS a Toledo»

P.- ¿Pondría usted a un nuevo presidente del CIS?

R.- ¿Más eficaz que este? No lo sé… Pero estaría bien… porque te da nombre y popularidad una vez al mes. 

P.- ¿Cree que la oposición tiene razón cuando critica a Tezanos?

R.- Creo que atacan demasiado a Tezanos, que es una persona muy cultivada y muy instruida, que ha demostrado mucho fundamento político a lo largo de su vida.

Y sabe. Es verdad que tenía el problema de que formaba parte de la ejecutiva del PSOE. Eso no deja de ser un problema de tarjeta de presentación. Pero Tezanos es una persona que sabe explicarte los análisis que hace el CIS, que si le escuchas te puedes convencer. Otra cosa muy diferente es cómo se ha planteado el debate cada vez que sale una encuesta del CIS. Es un campo de batalla y esto no es lo bueno para la imagen del CIS.

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page. | Víctor Ubiña

P.- El problema quizás es que siempre que hay un fallo o un sesgo sea en beneficio del PSOE…

R.- Pero fíjese que a veces las encuestas pueden producir el efecto contrario. Es decir, a veces las encuestas te dan por ganador y lo que consiguen es movilizar al adversario. El CIS en muy pocas ocasiones a lo largo de la democracia ha tenido una credibilidad universal.

P.- ¿Cuál será su primera medida si es presidente?

R.- Formar Gobierno. Todo el mundo que se invente otras cosas no sabe lo que dice… lo primero siempre es nombrar Gobierno [Se ríe].

P.- ¿Muy distinto al actual?

R.- Esa es una contestación imposible, porque me llevaría a pensar que ya he ganado. Y yo lo que me queda de campaña voy a jugar pensando que puede pasar cualquier cosa.

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