THE OBJECTIVE
El archivo del buitre

Las trampas en Melilla vienen de lejos

Mustafa Aberchán ha pasado de aliarse con tránsfugas del PP y el PSOE a hacerlo con Ciudadanos, pasando por llegar a ser presidente aupado por Jesús Gil

Un miembro del Gobierno de Melilla ha sido detenido dentro de la redada que investiga un fraude electoral en la ciudad autónoma, en la que el voto por correo podría verse adulterado. Si fueran verdad los indicios publicados, hasta un 20% del censo podría ser un voto fraudulento que, teniendo en cuenta la participación, podría ser hasta el 30%. El miembro del Gobierno detenido pertenece al partido Coalición por Melilla (CpM), que lidera el Sr. Mustafa Aberchán, sobre el que nuevamente se proyectan nubarrones.  

La primera vez que Coalición por Melilla tocó el poder en aquella ciudad fue en 1998, cuando una moción de censura en la que se unieron los concejales de un partido local españolista, Unión del Pueblo Melillense (D. Juan José Imbroda) y un grupo de tránsfugas del PP que habían creado el Partido Independiente de Melilla (D. Enrique Palacios), se juntaron a su vez al partido de corte musulmán Coalición por Melilla para arrebatarle el bastón de mando a los populares, que también tenían sus propios escándalos locales.

En las elecciones de 1999 todos debían medir sus fuerzas, pero el triunfo no fue ni para PP, ni para UPM, ni para CpM, ni para el PIM, sino para el Grupo Independiente Liberal, el partido de Jesús Gil y Gil, que logró ser primera fuerza prometiendo mano dura frente al expansionismo de Marruecos. PP y PSOE firmaron un acuerdo anti-Gil que en Melilla se traducía en que ambos unirían sus votos para hacer presidente de Melilla al líder de UPM, pero Mustafa Aberchán fue más hábil en la negociación y logró convertirse en el candidato respaldado por el GIL. Aun así, PP-PSOE-UPM tenían la mayoría absoluta. El día de la votación se produjo la sorpresa y los dos concejales del PSOE desobedecieron a Ferraz y unieron sus votos con el GIL para hacer presidente de Melilla a Mustafa Aberchán. El líder de CpM lograba así retornar al poder y esta vez presidiendo el consistorio.

El mandato fue breve, el PSOE forzó la renuncia a sus actas a sus dos diputados desobedientes. Extrañamente, una de las dos dimitidas, Malika Mohamed, presentó una segunda carta diciendo que renunciaba a su renuncia y que quería seguir siendo parlamentaria en la asamblea melillense para respaldar al GIL. Una actitud sospechosamente parecida a la que de otra parlamentaria del PSOE en Ceuta, Dña. Susana Bermúdez, que también rompió con el PSOE para pasarse al GIL. Pero en el caso de Melilla la Junta Electoral declaró válida la primera renuncia y el pacto PSOE-PP-UPM expulsó a Aberchán de la presidencia con una mayoría absoluta, iniciando el largo mandato de Imbroda, que integró su partido en el PP melillense (o quizá sea más correcto decir que fue UPM el que, al fusionarse, tomó el control del PP melillense) y fue coleccionado mayorías absolutas una tras otra (2003, 2007, 2011, 2015…). 

En 2008 se producía un nuevo escándalo. El presidente de Coalición por Melilla, Mustafa Aberchán, fue acusado de comprar votos por correo para las elecciones al Senado en las Generales del año 2008. Un escándalo que acabaría con una condena de dos años de cárcel para Aberchán en un caso por el que también fue condenado el dirigente del PSOE melillense D. Dionisio Muñoz Pérez.

El largo mandato del Imbroda finalizaría en 2019. La gobernanza dependía del único concejal de Ciudadanos, De Castro, que llegó a afirmar públicamente, antes de la votación de investidura, que había llegado a un acuerdo con el PP para que Imbroda siguiera en el poder. En una de nueva jugada, Mustafa Aberchán ofreció a De Castro la presidencia de Melilla a cambio de que retirara su apoyo al PP y pactara el cargo con él. Volvía así Coalición por Melilla al poder y parece que, por tercera vez, volvieron los escándalos. De Castro fue expulsado de Ciudadanos por ocultar una imputación a su partido y ahora el número 3 de Coalición por Melilla es detenido por, de nuevo, sospechas de trampas electorales.

La investigaciones resolverán la responsabilidad del detenido pero, políticamente, hay un bucle que parece repetirse en los aliados de Coalición por Melilla: primero el PIM de Enrique Palacios (que se esfumó), luego el GIL de Cris Lozano (que se desintegró) y ahora los ‘ciudadanos’ de De Castro, que ni se presenta en estos comicios, deberían hacer replantearse a sus posibles aliados si es inteligente sentarse en la presidencia usando como silla a CpM que, a lo que se ve, tiende a derivar en silla eléctrica.

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