¿Sabía que en España hay diferentes ciudades que fueron comparadas con la Atenas clásica?
A lo largo de todo el país ha habido momentos en los que se le ha dado el apodo de «Atenas» a distintos municipios
La grandeza que la Antigüedad griega ha significado para la civilización occidental nos obliga a revivir la historia y a mirar continuamente al mar Egeo.
Una de las principales ciudades–estado de la Hélade era Atenas, cuyo máximo periodo de esplendor se vivió en el siglo V a. e. c. bajo el mando del gran estratega Pericles. En ese tiempo y espacio, Atenas fue un punto de encuentro de grandes personajes, como los filósofos Sócrates y Platón, el comediógrafo Aristófanes, los grandes trágicos Esquilo, Sófocles y Eurípides, los historiadores Tucídides y Heródoto, los arquitectos Fidias, Ictino y Calícrates o el poeta Píndaro, entre otros muchos.
Este legado, y su uso político, cultural y social en la configuración de las sociedades modernas, ha sido constante a lo largo de la historia. Muchas ciudades, desde el medievo hasta la actualidad, han querido imitar y compararse con la gran polis ateniense.
En muchos casos, esta comparativa iba ligada a un momento de esplendor artístico, literario, arquitectónico o político concreto que llevaba a la ciudad a emparentarse con la ciudad de Atenea, recibiendo el sobrenombre de «Atenas», en una clara alusión y evocación al apabullante periodo clásico. Ciudades tanto en Europa (París, Edimburgo, Dresde, Múnich, Berlín, Nápoles o Coimbra), Estados Unidos (Boston y Filadelfia) como en Latinoamérica (México, Quito o Bogotá, entre otras) fueron calificadas, en momentos puntuales, con este epíteto.
Las «Atenas» del norte de España
Tenemos constancia de decenas de poblaciones españolas que recibieron el sobrenombre de «Atenas» en España. Este siempre estuvo motivado por razones de desarrollo y prosperidad cultural, intelectual, artística o política. Siguiendo un orden natural desde el norte hasta el sur peninsular, vamos a señalar algunas de ellas.
Empezando por Galicia, casi podría decirse que la comunidad autónoma en su totalidad ha sido comparada con Grecia. Así lo describió el periodista gallego Delfín M. Estevez en un artículo publicado en Vida Gallega, el 20 de agosto de 1929 y que titulaba «Divagando ¿Grecia o Galicia?». Santiago de Compostela y Ourense, por ejemplo, han recibido el sobrenombre de la Atenas de Galicia o gallega.
Lo mismo puede decirse de Asturias, que durante la Ilustración fue comparada con Grecia, siendo tanto Oviedo como Gijón identificadas como Atenas españolas. Destaca, además, Avilés a comienzos del siglo XX como la Atenas de Asturias, debido a la proliferación artística y literaria de la ciudad en ese momento.
Siguiendo por el norte peninsular, en el País Vasco, Vitoria y Bilbao recibieron el mismo epíteto, Atenas del Norte, por su desarrollo artístico, arquitectónico y cultural a comienzos, también, de la nueva centuria.
«Atenas» de Castilla
Ya en Castilla nos topamos con una de las más conocidas: Salamanca. Como consecuencia de su larga tradición humanística, intelectual y monumental, recibió múltiples epítetos que aluden a la antigua capital del Ática: la Atenas española, Atenas castellana o Atenas de occidente.
El escritor español José Martínez Ruiz ‘Azorín’, en su discurso de ingreso en la Real Academia Española, dijo que la Ávila del siglo XVI le sugería «la idea de una ‘Atenas gótica’» por su pasión por la política y capacidad asamblearia y participativa de ocuparse de los asuntos públicos de la ciudad.
La Valladolid de los Austrias del siglo XVII –Atenas española– y el municipio castellano de Burgo de Osma –la Atenas soriana– se suman también a esta lista castellana.
En Madrid, la Alcalá de Henares del siglo XVI, cuya labor de renovación de la ciudad y desarrollo cultural e intelectual corrió a cargo del Cardenal Cisneros, fue motivo para convertirla en otra Atenas española.
De Castilla la Mancha, la Guadalajara pujante de la casa de Mendoza en el siglo XV y su desarrollo artístico y humanístico otorgó a esta ciudad el epíteto de la Atenas alcarreña. Dentro de esta comunidad autónoma, pero en una época más reciente, se ha considerado a Tomelloso como la Atenas de la Mancha. El título viene dado por ser cuna y punto de encuentro de ilustres pintores y escritores de la talla de Antonio López Torres, Antonio López García o Francisco García Pavón, entre otros.
Extremadura y Levante
En Extremadura encontramos el municipio de Llerena. El filólogo y bibliógrafo español Antonio Rodríguez Moñino dijo de él, en un artículo publicado en la Revista de Estudios Extremeños en el año 1931, que tenía mucho de «pequeña Atenas de Extremadura», debido al ambiente literario y artístico de la ciudad a finales del siglo XVI.
También la localidad de Villafranca de los Barros fue calificada, «desde un punto de vista artístico y por su centro cultural donde se educa casi toda la juventud aristocrática de Extremadura», como la Atenas de Extremadura. Así se publicó en una crónica de viaje por España, «Viajes de Turismo. Un guía insospechado», publicada en La Esfera el 14 de junio de 1914 y firmada bajo el seudónimo de Guillermo Tell.
En la costa levantina destaca notablemente Valencia. El sobresaliente movimiento artístico, encabezado por Joaquín Sorolla y Mariano Benlliure, y literario que tuvo Valencia desde finales del siglo XIX fue suficiente para que el escritor Blasco Ibáñez o el médico Ramón y Cajal compararan y reconocieran a la ciudad como la Atenas española o la nueva Atenas del Mediterráneo.
«Atenas» del sur
Por último, en Andalucía, los monumentos, artes florecientes y el espíritu religioso otorgaron a Sevilla el epíteto de la Atenas española.
La belleza de Córdoba fue comparada con la de la ciudad griega y recibió el calificativo de la Atenas de occidente o Atenas musulmana.
Lo mismo se puede decir de Granada, también considerada Atenas de occidente por el escritor y viajero francés François-René de Chateaubriand, o la Atenas de la Francmasonería, como consecuencia de la edad de oro vivida allí en el siglo XIX por la masonería española.
Se trata, así pues, de un uso y recepción de la Antigüedad en pos de la modernidad y prosperidad alcanzada por diferentes poblaciones y ciudades españolas en varias etapas de sus historia.
Este momento fue aprovechado para que viajeros, periodistas, literatos, poetas u otros miembros destacados de la élite intelectual otorgaran este calificativo a la ciudad o población en cuestión para remarcar dicho periodo de esplendor local, queriendo evocar y rememorar a la gran Atenas clásica.
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.