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España expulsa a dos espías estadounidenses que se infiltraron en el CNI

El Gobierno pidió explicaciones a la embajadora de EEUU en Madrid por esta acción hostil e insólita entre dos aliados

España expulsa a dos espías estadounidenses que se infiltraron en el CNI

La directora del Centro Nacional de Inteligencia, Esperanza Casteleiro (i), y la ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles (d) | Diego Radamés (Europa Press)

La relación entre Madrid y Washington es tensa desde el descubrimiento del soborno a dos agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) por facilitar información clasificada como secreta a Estados Unidos. El CNI depende de la ministra de Defensa, Margarita Robles, quien convocó en verano a la embajadora estadounidense en Madrid, Julissa Reynoso, para pedirle explicaciones. Robles considera este soborno algo hostil e insólito entre dos países que son aliados.

Pero no es la única que lo ha hecho. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, llamó a la representante de la Administración Biden en Madrid para transmitirle el malestar del Ejecutivo, según informa El País. Tras esto, al menos dos agentes estadounidenses destinados en la Embajada de Estados Unidos en Madrid, y que han estado implicados de forma directa en el soborno, han sido expulsados de España.

Esta operación finalizó hace dos meses con la detención de dos agentes del servicio secreto español pero había empezado antes del verano. Las alarmas saltaron cuando en un control de seguridad del CNI se descubrió que estos agentes habían accedido a información clasificada que ni necesitaban para su trabajo ni estaban autorizados para saber.

La investigación interna llevada a cabo tras el descubrimiento confirmó que al menos uno de los agentes había sido captado por espías estadounidenses. El objetivo era que les consiguieran información secreta a demanda a cambio de una gran cantidad de dinero. Según han informado fuentes próximas al CNI a El País, son un jefe de área, una de las secciones que integran la división de inteligencia, mientras que el otro detenido es su ayudante.

La directora del servicio secreto, Esperanza Casteleiro, denunció los hechos ante la Fiscalía de la Audiencia Nacional cuando el CNI dio por concluida su investigación. A su vez, la AN trasladó el caso a la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Consideró que esta última era la más competente para estudiar los hechos y, finalmente, presentó la correspondiente denuncia ante el juez de guardia de los juzgados de instrucción de Plaza de Castilla.

Fue entonces cuando el Gobierno comunicó los hechos a Estados Unidos y trasladó su protesta. La captación de agentes secretos del Estado anfitrión para que traicionen a su propio país se considera una acción abiertamiente hostil, que sólo se realiza con gobiernos enemigos o adversarios pero nunca con amigos y aliados. Por ello, estos hechos son de mucha gravedad.

Esta no es la primera vez que el CNI denuncia a un agente por traición. En 2007, el servicio secreto español denunció al exespía Roberto Flórez, que había trabajado para el centro entre 1992 y 2004. Habían encontrado documentación clasificada en un local y dos apartamentos de su propiedad en Puerto de la Cruz (Tenerife). También incautaron una carta dirigida a los servicios secretos rusos en la que se ofrecía a trabajar para ellos a cambio de un primer pago de 200.000 dólares. La Audiencia Provincial de Madrid lo condenó en 2010 a una pena de 12 años de cárcel, que el Tribunal Supremo rebajó posteriormente a nueve.

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