España registra un récord de suicidios: los expertos exigen un plan nacional al Gobierno
España continúa sin homologarse a los 40 países que ya cuentan con un plan de prevención de la autolisis
Solo algunos lo llaman la pandemia silenciosa, pero en lo que todos estarán de acuerdo es en que es una realidad trágica en España. Cada vez se suicidan más personas en nuestro país. Los últimos datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) demuestran que el 2022 fue el año en el que más españoles se quitaron la vida: 4.227. Más de once muertes autoinducidas al día. Una cada dos horas. Y las proyecciones para 2023 tampoco son muy halagüeñas: en el primer semestre se registraron 1.967 suicidios, siendo la primera causa de muerte externa. El 75,2% de ellos fueron hombres y el 24,8% mujeres.
La inercia ya era preocupante antes de la llegada del coronavirus, pero se agudizó mucho desde entonces. Las cifras del INE confirman los avisos que médicos, psiquiatras y ONG han lanzado en los tres últimos años, alertando del grave empeoramiento de los problemas mentales que detectaron entre muchos españoles debido a los efectos de la pandemia, los confinamientos, las restricciones sociales y la crisis económica y social. Han detectado en sus consultas, teléfonos de asistencia y puertas de urgencias una «epidemia» de intentos de suicidio y temían, con razón, que la tendencia tuviese también su concreción en el alza de los casos consumados, con lo que empeorasen aún más las ya trágicas cifras de 2020.
Así ha sido. En parte porque el Gobierno de España sigue sin un plan nacional de prevención contra el suicido con el que coordinar las actuaciones de las diferentes administraciones. Ante esta laguna, son las Comunidades Autónomas las que cuentan con programas específicos (Galicia, País Vasco, Aragón, Navarra, La Rioja, Comunidad Valenciana, Cataluña y Comunidad de Madrid) u otros incluidos en la Estrategia de Salud Mental Aprobada por Pedro Sánchez en 2021.
La ministra de Sanidad, Mónica García, que participó en varias manifestaciones por un plan nacional antes de formar parte del Gobierno, ha adelantado su intención de aprobar un Pacto de Estado por la Salud Mental en el cual se integren medidas específicas para combatir esta lacra: «Trabajamos por hacerlo realidad, por vidas sanas y planas». Pero no ha dado más detalles al respecto. Un brindis al sol que no convence a los expertos, que piden «medidas reales» de manera inmediata.
Plan nacional
La creación de un plan unívoco es una reivindicación monolítica del Teléfono de la Esperanza y de la Plataforma Nacional de Estudio y Prevención del Suicidio, así como de la Plataforma Stop Suicidios, que lleva ya casi 450.000 firmas recogidas exigiendo al Ministerio de Sanidad «una solución urgente» al problema.
El impulsor de la iniciativa, Román Reyes, exige algo más que «un plan en PDF», sino «medidas reales: más recursos sanitarios, más psicólogos en la sanidad pública, más formación». También «servicios de urgencia especializados, un sistema de conexión con afectados y educación emocional desde el colegio».
España llega tarde: ya hay al menos 40 países que ya tienen un plan de prevención del suicidio. Para homologarse a ellos, el psicólogo Pedro Villanueva cree que debería tener en cuenta las especificidades de cada región. «No se puede hacer un plan igual para Ceuta que para Galicia porque las características culturales, ambientales, sociales y económicas son diferentes», defiende el voluntario del Teléfono de la Esperanza, que aboga por que «desde la Administración Central se obligue a las comunidades a que pongan en marcha un plan, pero dotándolas antes de recursos». «Hay una falta de recursos, no una falta de intención», zanja.
En este sentido, Javier Díaz Vega, educador y autor de Entre el puente y el río: una mirada de misericordia ante el suicidio (Nueva Eva, 2020), denuncia que «hay una altísima demanda tanto por la vía publica como por la vía privada, y ambas están colapsadas»: «Hay un colapso en la sanidad pública respecto a la salud mental, y no se logra hacer un buen seguimiento. La ideación y la conducta suicida es alarmante. Sobre todo porque quienes gozan de un buen acompañamiento pueden superar la idea suicida y las causas que pueden estar detrás de esta: un trastorno mental, condicionantes económicos, afectivos, sociales, etc.».
Hombres y jóvenes
El suicida tipo español sigue siendo un varón, que representa el 75,2% de los fallecidos anuales por autolisis: 3.121 hombres frente a 1.101 mujeres. Pero hay un nuevo segmento poblacional que está creciendo: el de los jóvenes. Los que tienen entre 10 y 14 años se suicidan un 134% más que en 2020, mientras que 316 de quienes tienen entre 15 y 29 años se quitaron la vida en el pasado año. Esto evidencia que no sólo es un problema de Sanidad, sino también a la Educación.
«Es muy importante explicar a los padres cómo tratar a sus hijos cuando perciban en ellos ideaciones suicidas», explica Pedro Villanueva, que advierte de cómo los jóvenes tampoco saben cómo comunicar a sus progenitores este tipo de problema: «Hay una idea muy arraigada de que hay que educar a los niños en el éxito, en la fortaleza, y por eso ellos nunca pueden ser portadores de malas noticias, pero en la vida hay buenos y malos momentos; hay que enseñar a acompañar en el sufrimiento».
También hay que tener presente que la gran mayoría de las personas que piensan en suicidarse no quieren morir sino escapar a un sufrimiento extremo. «El suicidio ha existido siempre y seguirá existiendo, pero va a pasar más cuanto menos hagamos. Y hay que tener en cuenta que las personas ayudadas salen en su mayoría adelante. Hay que poner recursos. Estaría bien una campaña para acercar la figura del profesional de la salud mental a las personas», zanja Villanueva.