Santiago Sánchez explica que sobre su cabeza pesaba la pena de muerte por espionaje
Afirma que no guarda «odio ni rencor», agradece al embajador su labor y no descarta regresar al país persa
Santiago Sánchez Cogedor, el español encarcelado en Irán desde octubre de 2022 y liberado el pasado domingo por el Gobierno iraní, ha explicado a su llegada a España que las autoridades le acusaban de espionaje y sobre su cabeza pesaba la pena de muerte, por lo que su estancia en prisión ha sido «muy dura».
En declaraciones a la prensa a su llegada al Aeropuerto de Barajas (Madrid), donde le esperaban su familia y amigos, el joven ha reconocido que se siente «muy despistado» por los últimos acontecimientos pero se ha mostrado muy feliz y sonriente mientras abrazaba uno a uno a sus allegados.
«No me lo creo, ha sido muy largo, muy duro, pero estoy aquí, estoy en mi país», ha celebrado, tras ser preguntado sobre su estado tras su liberación anunciada el domingo por el Gobierno iraní. «No sabemos lo afortunados que somos por haber nacido en este país«, ha acotado a renglón seguido.
«Llevo 15 meses con una posible sentencia a muerte, que no lo sabe nadie», ha contado respecto a su paso por prisión, tras explicar que en Irán el espionaje se pena con sentencia de muerte. «Me lo he comido con patatas, comiéndome los dedos», ha reconocido, prefiriendo guardarse lo vivido para él.
«Esas cosas son mías, porque guardar odio y rencor no es bueno», ha defendido, explicando que su estancia en prisión le ha permitido darse cuenta de que «en la vida hay que desaprender muchas cosas». De esta forma ha desvelado los cargos que pesaban en su contra, puesto que hasta el momento ni las autoridades iraníes ni el Ministerio de Asuntos Exteriores habían entrado en detalles concretos sobre las circunstancias de su arresto.
Santiago Sánchez Cogedor fue arrestado a principios de octubre de 2022 cuando se dirigía a pie a Qatar para ver el Mundial de Fútbol tras visitar la tumba de Mahsa Amini, la joven muerta bajo custodia tras haber sido arrestada presuntamente por llevar mal el velo islámico. Su madre, Celia Cogedor, ha explicado poco antes de su llegada que su hijo fue engañado para ir a la tumba en un momento en que el país estaba siendo escenario de violentras protestas por la muerte de la joven.
Agradecimiento al embajador español
Al igual que su madre, Santiago Sánchez ha tenido palabras de agradecimiento hacia el embajador español en Irán, Ángel Losada, «que ha sido un auténtico fenómeno». «Ha hecho un máster en negociación», ha destacado, incidiendo en que «es muy difícil negociar con estas personas», en referencia a las autoridades iraníes.
Según ha relatado, cuando se produjo su liberación el 31 de diciembre pasó la Nochevieja con el embajador y su familia. «Fue una experiencia única, inolvidable», ha asegurado, agradeciendo que la abrieran las puertas y el gesto humano que tuvieron con él.
«Es probable que vuelva a Irán aunque me dijiste ‘no vengas'», ha indicado, en referencia al mensaje que le habría trasladado el embajador. «A mi no hay que decirme noes, hay que decirme síes», ha añadido, bromeando con que lo primero que hará ahora en España es «preparar un viaje a Irán». «Para que entendáis que no se puede decir que no, hay que dejar a las personas libres», ha agregado.
Por otra parte, el joven madrileño ha querido iniciar sus breves declaraciones leyendo una carta que le han escrito los presos de la prisión de Evin en la que ha permanecido recluido y en la que agradecen que haya compartido con ellos lo poco que tenía.
«Aprendiste a ser feliz con poco, y ese poco lo compartías con los demás. Nos enseñaste que se puede disfrutar de lo malo, y que al final seguro que no es tan malo», le dicen los reclusos en el diploma que le han entregado y que firma el preso más antiguo de la cárcel. «Aprobaste el examen de la paciencia y la soledad con tu fuerza interior, el respeto y la educación con tu constancia diaria», subrayan.