¿Quién atentó contra Vidal-Quadras? Seis implicados, cuatro detenidos y sin un móvil claro
La Policía sigue completando piezas en el puzle del caso, pero todavía no tiene clara cuál fue la motivación del ataque
Los investigadores de la Comisaría General de Información (CGI) de la Policía Nacional van encajando piezas en el puzle de implicados en el ataque al exdirigente del PP y fundador de Vox Alejo Vidal-Quadras. Los sucesivos errores cometidos por los autores en la planificación del atentado y, especialmente, en la huida posterior han permitido a los agentes ir atando cabos y dibujar con cierta celeridad un ‘mapa del crimen’ en el que, por ahora, aparecen seis nombres, pero sin un móvil suficientemente claro. Algunos más conocidos, como el de Naraya Gomez, Sasha Brooks o Adrián Ruiz, detenidos solo dos semanas después de los hechos. Y otros no tanto, como el caso de Mehrez Ayari, Sami Bekal o Greg Oliver Higuera.
La Policía da por sentado que la participación de todos ellos fue clave para perpetrar el ataque contra Vidal-Quadras, pero ¿qué papel jugó cada uno en el atentado? Greg Oliver Higuera ha sido el último en incorporarse a la lista de detenidos, es el cuarto. Este hombre, de nacionalidad venezolana, fue arrestado en un puesto fronterizo entre su país y Colombia el martes pasado. Sobre él pesaba una orden internacional de detención emitida por la Audiencia Nacional. El rastreo del teléfono de uno de los implicados, Naraya Gómez, permitió a la CGI ubicar a Higuera como una de las personas que se encargó de conseguir la moto en la que huyó el autor material del disparo: Mehrez Ayari.
La intervención del móvil del joven granadino, único investigado en prisión, no solo ha servido a los investigadores para llegar hasta el resto los implicados, sino también para averiguar las conexiones que existían entre todos ellos, es decir, quién daba las órdenes y quién las cumplía. Estas indagaciones han permitido a los agentes identificar a Sami Bekal Bounouare como el cerebro del atentado contra el exlíder del PP catalán. Conocido como ‘Pacho’, habría actuado como cabecilla de toda la operación, coordinándose en todo momento con Nayara, quien se hizo cargo de la parte logística del atentado, según han acreditado los agentes.
Bekal: encargado del dinero
Así, Sami Bekal habría sido el encargado de dar directrices al resto de los implicados a través de Gómez y de cubrir todos los gastos para perpetrar el ataque a Vidal-Quadras, señalan fuentes próximas a la investigación a THE OBJECTIVE. Es lo que se extrae de distintas conversaciones telefónicas así como de transferencias bancarias que Bekal habría realizado, sobre todo, a Naraya. Esas transacciones ascenderían a más de 4.000 euros y la última, de 250 euros, se realizó poco antes del atentado. Un día antes del disparo, entre tanto, el cabecilla se marchó a Marruecos.
Tras cumplir con su objetivo, horas después, Bekal recibió un mensaje que aclaró a los agentes todavía más su papel. El texto, según adelantó El Confidencial, decía: «Misión cumplida». El autor era Naraya Gómez. Escribía mientras huía por carretera con un coche alquilado desde Madrid hasta Lanjarón (Granada). En cualquier caso, ambos mantuvieron continuas comunicaciones hasta la fecha clave e incluso después, hasta poco antes de su detención, a través de llamadas por apps de mensajería instantánea.
En cualquier caso, El ‘cerebro’ marroquí no solo habría costeado la operación, también habría facilitado a Gómez el contacto de uno de los principales actores, el sicario, Mehrez Ayari. De origen tunecino y con múltiples antecedentes en Francia, entre ellos, un asesinato, el autor material del ataque todavía continua en paradero desconocido. Tras disparar a bocajarro a Vidal-Quadras en el madrileño barrio de Nuñez de Balboa, Ayari supuestamente huyó en la moto —que terminó calcinada en un polígono de Fuenlabrada— con ayuda de otra persona, aún por identificar, y después abandonó también el país.
Los vehículos: Adrián, Greg y Nayara
Adquirir ese vehículo fue tarea de Adrián Ruiz, el joven de 22 años que fue arrestado en Fuengirola (Málaga). Pese a que los autores del atentado trataron de deshacerse de la moto, la Policía pudo pudo obtener su número de bastidor e identificarla. Esa indagación llevó a los agentes directamente al malagueño. Fuentes cercanas al caso, no obstante, apuntan a que habría sido Greg Oliver Higuera, el arrestado en Colombia, quien habría convencido al joven de comprar el vehículo en Madrid y ponerlo a su nombre a cambio de 500 euros.
De alquilar el coche en el que huirían una vez Mehrez Ayari apretase el gatillo se encargó el propio Naraya Gómez. Además de coordinarse con el ‘cerebro’, Bekal y con el sicario, este granadino, criado en una comuna hippie en La Alpujarra, se encargó de hacer un seguimiento a Vidal-Quadras. De examinar todos sus movimientos e incluso de colocar cámaras cercanas a su domicilio para trazar un plan de ataque. Para ello viajó tanto en vehículo alquilado como en trenes.
Su error, no obstante, fue dejar ese vehículo arrendado en una explanada prohibida de Lanjarón (Granada), donde vivía en un piso de la familia de su novia, Sasha Brooks, de origen británico. El crimen ya se había ejecutado, pero el principal planificador, además de ignorar las ordenanzas municipales, tampoco pensó en que las cámaras de seguridad de la carretera lo captarían huyendo de Madrid, en dirección a Andalucía, a toda velocidad. Las gestiones del Ayuntamiento para dar con el paradero de los propietarios del coche condujo hasta una agencia de alquiler de vehículos de Málaga, y más tarde hasta los investigadores, que acabó atando cabos sobre la implicación de la pareja, deteniendo a ambos. Ella quedó en libertad con cargos, al igual que el comprador de la moto.
¿Cuál fue la motivación?
Lo más complejo para los investigadores, sin embargo, es confirmar cuál fue la motivación para planear un asesinato contra Alejo Vidal-Quadras. El expolítico, que continua recuperándose ya en su domicilio y fuera de peligro, siempre apuntó al régimen iraní por su amistad con grupos de la oposición al Gobierno de Teherán. Los agentes de la Comisaría General de Información (CGI), en cambio, han despejado casi por completo esta posibilidad, principalmente por la falta de profesionalidad en la planificación y ejecución del ataque, impropia de un servicio de inteligencia como el del Irán.
Una de las hipótesis que manejan los agentes es que tal vez se trate de un grupo de fanáticos, simpatizantes del régimen de los ayatolás. Una suerte de ‘lobos solitarios’ que ha obrado por fidelidad al régimen, pero sin recibir ninguna orden directa. No obstante, las últimas pesquisas sobre el ‘cerebro del crimen’, quien huyó hasta su país de origen, Marruecos, abren la puerta a otras opciones sobre quién pudo encargar el asesinato. Distintas posibilidades, pero por ahora, ninguna certeza, apuntan fuentes policiales.