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Itziar Ituño: una actriz comprometida con el abertzalismo más radical

Cree en Euskal Herria como nación y comprende la lucha armada que ETA protagonizó causando más de 800 muertos

Itziar Ituño: una actriz comprometida con el abertzalismo más radical

La actriz Itziar Ituño.

¿Necesitaba que se hablara de ella después de su participación el pasado fin de semana, en Bilbao, en una manifestación proetarra pidiendo la liberación del centenar y medio de terroristas que todavía quedan en la cárcel una vez que fueron trasladados al País Vasco? Ni era la primera vez que estuvo en un acto de esta clase ni seguramente será la última. Itziar Ituño (Basauri, 1974) no tiene pelos en la lengua. Ha estado en boca de todos después de que dos compañías importantes, BMW e Iberia, hayan decidido retirar su nombre e imagen de sus campañas publicitarias. En las temibles redes sociales se la ha insultado o aplaudido, según posturas.

Ituño, procedente de una familia obrera, ha tocado muchos palos antes de consagrarse a la interpretación en televisión, especialmente, pero también en el cine, además de ser cantante. Nunca ha escondido sus ideales. Esto es lo que hay, ha declarado en más de una entrevista cuando se le pregunta sobre política. Cree en Euskal Herria como nación y comprende la lucha armada que los etarras protagonizaron desde hace medio siglo causando más de 800 muertos hasta anunciar en 2011 que ponían fin a la violencia. En la jerga de la banda, era como si para lograr el objetivo de la independencia se tuviera que socializar el sufrimiento a cualquier precio. Como si el fin justificara los medios aun a costa de segar la vida de tantos inocentes. Retorcieron el vocabulario para evitar pedir perdón y arrepentimiento, y es a día de hoy que ponen el dedo acusador en el Estado y la policía como causantes principales de la espiral de sangre que ha vivido la población vasca. 

La artista, que en junio próximo cumplirá los 50, ha compatibilizado la actividad y el compromiso con el abertzalismo radical y violento con su amor por la interpretación. Estudió Sociología en la Universidad del País Vasco y se buscó la vida trabajando en la desaparecida empresa Fagor fabricando neveras. Pero eso no le dio felicidad. La encontró en el idealismo político, en las aventuras de las democracias populares latinoamericanas, y naturalmente en lo que más le atraía: la escena.

Fue en el trabajo en circuitos teatrales universitarios lo que le sirvió para dar el salto profesional a la televisión. La pequeña pantalla fue su rampa de lanzamiento e incluso a día de hoy sigue siéndolo, aunque también ha hecho cine. Debutó con apenas 19 años en ese almibarado programa de Antena 3, Lo que necesitas es amor. Una de sus películas, Loreak, fue escogida sin éxito por la Academia española para los Oscar a mejor película extranjera en 2015. En Euskadi se hizo muy popular interpretando el papel de una agente lesbiana de la Ertzaintza en Goekane. Ambientada en un pueblo costero ficticio, la serie resultó ser un gran éxito para Euskal Telebista (ETB) y la de mayor duración hasta la fecha: más de 20 años. Caía simpática Nekane, como así se llamaba, pese a ser policía. En TVE tuvo un papel menor como etarra en uno de los capítulos de Cuéntame cómo pasó.

Pero donde verdaderamente se consagró fue en la exitosa serie de Antena 3 y luego de Netflix, La casa de papel. En ella protagonizó a la inspectora Raquel Murillo, una eficiente policía con problemas familiares, a la que se le encarga la operación de acabar con la banda liderada por El Profesor, que quiere poner patas arriba al Estado asaltando la Fabrica Nacional de Moneda y Timbre y posteriormente el Banco de España. Murillo trata de entender la peculiar psicología del líder y termina enamorándose de él y pasando a formar parte del grupo con el apodo de guerra de Lisboa. Hace unas semanas, Netflix ha comenzado a emitir una precuela de la serie, Berlín, en la que ella también trabaja.

Resulta curioso que muchos de sus papeles en televisión o cine hayan sido agentes policiales o figuras públicas como esa alcaldesa con problemas tras haber sido grabada en un video erótico. Porque Itziar no se ha identificado en sus actos públicos con el orden, con el sistema. Al contrario. Insiste en la supuesta inocencia de los etarras pese a ser juzgados y condenados por delitos de terrorismo y se coloca en primera fila en la denuncia, bien visible, como en la manifestación de hace una semana. En 2012, durante el pregón de las fiestas de su pueblo, Basauri, homenajeó a un etarra amigo suyo condenado a más de 30 años de prisión por el asesinato de un ertzaina: «Tus semillas han florecido. Mantén el espíritu. ¡Te queremos y queremos tenerte en casa!». Esas palabras son de difícil digestión para todos aquellos que fueron víctimas del terrorismo.

Años más tarde, fue una de las promotoras del acto de apoyo a Arnaldo Otegi en el velódromo de Anoeta apenas cuatro días después de cumplir condena por el delito de reconstrucción de Herri Batasuna. Otegi se prepara ahora a colocarse en un segundo plano. No se presentará a las próximas elecciones vascas. El líder batasuno se ha mostrado esta semana muy satisfecho con la decisión del Tribunal Constitucional de fallar en contra de la repetición del juicio del caso Bateragune por el que él fue condenado en 2009 y ha vuelto a denunciar «la violencia del Estado contra la izquierda abertzale».

La decisión de BMW e Iberia de suspender sus contratos publicitarios con la actriz ha sido muy censurada por el sindicato de actores vascos, el Festival de Cine de San Sebastián, así como por el propio Gobierno de Euskadi. La postura del sindicato da pie a cierta controversia. «Las amenazas, insultos y ataques recibidos por Itziar son inaceptables», manifiestan los actores. «Nadie debe ser criminalizado como ciudadano por la actitud que adopta ante injusticias, ilegalidades o excepciones de la ley», sostienen. Palabras que chirrían con el buen entender de la democracia, las libertades, la ley y la justicia. No se puede hurtar que Itziar Ituño defiende, evidentemente en su derecho legítimo a hacerlo, a individuos que fueron detenidos, juzgados y condenados por delitos de sangre dentro de las reglas de convivencia de un país democrático.

La actriz siempre ha sostenido que no es justo perseguir a nadie por sus ideas políticas: «Tengo derecho a expresarme siempre que lo haga sin hacer daño», afirmó hace un año y medio en el estreno de la película Intimidad. Ella cree que continúa habiendo una caza de brujas en España contra quienes piensan diverso y carga tintas contra los medios de comunicación a los que acusa de falta de objetividad.

La actitud de BMW e Iberia resulta paradójica. Cuando Ituño firmó en 2023 un contrato de colaboración con la compañía aérea mediante un anuncio publicitario donde participaron otros artistas, la aerolínea sabía perfectamente cuáles eran sus opiniones políticas. Iberia tomó la decisión después de que un concesionario de BMW lo hiciera antes. «No nos vinculamos con ninguna ideología política, por lo que lamentamos que se haya vinculado nuestra imagen con cualquier tipo de acto de contenido ideológico», afirmó en un comunicado la empresa automotriz alemana. Sin duda, la prudencia debió influir en sus gestos.

Todo esto sucede cuando el País Vasco se aproxima a unas elecciones autonómicas en las que por primera vez el PNV puede perder la mayoría a manos de Bildu. En el ambiente existe la sospecha que Sánchez ofrezca a los bildutarras alguna fórmula que facilite la excarcelación de los presos etarras. Será el más difícil todavía, pero tratándose del presidente de Gobierno todo es posible.

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