Interior intenta tapar la falta de medios contra el narco con una operación de hace cuatro meses
Fuentes de la investigación del caso muestran su asombro después de que las pesquisas culminasen en noviembre
Sorpresa en la Policía Nacional de Canarias después de que el pasado miércoles se hiciese público un operativo que este cuerpo, en colaboración con Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria, realizó en noviembre de 2023 en el que resolvió un secuestro entre narcos en alta mar y logró decomisar más de 2.300 kilos de cocaína. Fuentes de la investigaron del citado caso revelan a este periódico su asombro con que el Ministerio del Interior haya difundido ahora esta operación, cuando se resolvió hace más de cuatro meses y advierten de que «se ha usado para tapar» la reciente polémica sobre la falta de medios contra el narcotráfico a raíz de la tragedia en Barbate.
Tal como reveló este periódico, la Guardia Civil ordenó a un grupo de agentes identificar a los tripulantes de seis narcolanchas, refugiadas del temporal en el recinto portuario de Barbate, cuando no había medios adecuados para esta labor: las seis patrulleras del Servicio Marítimo del Instituto Armado en Cádiz estaban averiadas. Los guardias civiles se embarcaron en una pequeña zódiac hacia ellos y una de las narcolanchas embistió y mato a dos de los agentes en la noche del pasado viernes. Unos hechos por los que sindicatos policiales y partidos políticos han exigido responsabilidades al ministro del Interior, envuelto en el enésimo escándalo desde que dirige el departamento.
De este modo, denuncian las mismas fuentes, el área de Grande-Marlaska ha intentado salir al paso de las críticas en los últimos días difundiendo distintos operativos contra el narcotráfico, aunque ninguno de ellos cercano en el tiempo, como el que desarrolló la Policía Nacional hace ya cuatro meses. Este jueves, por otro lado, también han informado de otro operativo en el que una narcolancha fue interceptada a 500 millas náuticas al sur de las Canarias con 4.350 kilos de cocaína, sin precisar fechas de cuándo se registró este suceso.
Grande-Marlaska busca defender y alabar el trabajo de los agentes en un momento complicado para su departamento. El ministro, que ha descartado por completo dimitir, ha justificado que la muerte de los agentes se debió a los problemas que provocó el temporal e impidieron contar con más medios de otras demarcaciones para identificar a los lancheros. En cualquier caso, la Guardia Civil ha iniciado una investigación interna para aclarar si la cadena de mando erró al ordenar la intervención a los funcionarios fallecidos.
Operación en Canarias
En cualquier caso, el operativo policial en Canarias supone un claro golpe al narcotráfico. La Policía Nacional logró liberar a ocho rehenes de un ‘narcosecuestro’ en el océano Atlántico que fueron secuestrados por otro integrante de la tripulación cuando transportaban más de 2.300 kilos de cocaína, que han sido intervenidos. Para ello, el tripulante secuestrador, de origen serbio, disparó presuntamente a uno de los hombres y después arrojó su cuerpo al mar para hacerse con el control de la embarcación.
Un equipo de intervención se presentó en menos de 12 horas en el punto del Atlántico en el que se encontraba la embarcación y, tras varias horas de negociaciones en alta mar, consiguieron detener al raptor y a los otros ocho tripulantes. La operación, que se realizó en noviembre, comenzó cuando los agentes investigaban sobre una organización criminal que pretendía introducir en España más de dos toneladas de cocaína procedentes de Sudamérica a bordo de un remolcador.
Los investigadores tuvieron constancia de que la mercancía iba a ser trasvasada a una embarcación menor, muy próxima a las Islas Canarias. Por estimativo, prepararon un dispositivo conjunto con el Servicio de Vigilancia Aduanera para detener a los tripulantes e incautar la droga, lo que lograron tras identificar a la embarcación nodriza Sea Paradise mientras esperaba al segundo buque para hacer el trasvase de la cocaína.
Negociación
La sorpresa de los agentes, sin embargo, vino cuando unas horas antes de llevar a cabo el abordaje de la embarcación, se enteraron de que uno de los tripulantes había secuestrado al resto. Se movilizaron rápidamente los medios logísticos y humanos necesarios, como un equipo de pilotos especialistas de Vigilancia Aduanera que transportó a bordo de su buque Cóndor a una dotación del GEO para que se hiciese cargo de la situación, con la prioridad de salvaguardar la vida de los secuestrados.
Finalmente, tras varias horas de negociación, los agentes lograron poner a salvo a la tripulación, intervenir la droga y dirigirse al Puerto de Santa Cruz de Tenerife, donde registraron el barco y localizaron un habitáculo de muy difícil acceso donde estaban escondidos los 2.300 kilos de cocaína, divididos en fardos que estaban unidos a luces estroboscópicas y garrafas de agua para pudiese flotar en el agua hasta que fuese recogida por otra embarcación.