THE OBJECTIVE
España

La UCO sitúa en la narcolancha de Barbate a tres tripulantes que jamás fueron identificados

Un informe reciente de la Guardia Civil ha descartado que los seis encarcelados sean los autores del crimen

El informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil incorporado a la causa que investiga el asesinato de los dos agentes en el recinto portuario de Barbate ha despejado una de las principales incógnitas del caso y, al mismo tiempo, ha creado otra de similar magnitud. Los investigadores han descartado que los seis investigados, actualmente en prisión preventiva, fuesen los tripulantes de la embarcación que embistió a los guardias civiles gracias al análisis de distintos vídeos, entre ellos, el de la GO-PRO que portaba una de las víctimas, otro del puerto marítimo y el aportado por uno de los acusados, José Antonio G.C., que situaba a todos los encarcelados en otra lancha distinta a la del ataque. 

Lo que no ha resuelto por ahora el equipo de investigación, integrado también por agentes de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Cádiz, es quiénes fueron los autores del crimen. Como consecuencia de la sincronización de todas las imágenes que fueron recogidas por la cámara del agente fallecido, la Guardia Civil ha podido reconstruir todos y cada uno de los movimientos registrados por la narcolancha que habría atacado el pasado 9 de febrero a la patrullera del instituto armado en otro informe, al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE. La principal conclusión es que «solo fue una embarcación de cuatro motores y una antena, ocupada por al menos tres tripulantes la que habría llevado a cabo un total de seis ofensivas contra los agentes, siendo la última la mortal para los dos guardias».

El minucioso análisis casi por segundo del citado vídeo ha permitido a la Guardia Civil identificar a la narcolancha autora del ataque, así como otras características de la misma: «Tenía color negro en su lateral; la parte superior de color blanca, detalles de color blanco en la popa y otro del mismo tono en el motor más a babor». Sobre sus ocupantes, sin embargo, solo ha podido acreditar que vestían prendas superiores de color «azul, verde y naranja» y que utilizaron un puntero láser azul para identificar en la oscuridad la patrullera del instituto armado y arremeter contra ella. La realidad es que, más allá de los ocho detenidos iniciales, la Guardia Civil no detalló nunca quienes eran los ocupantes de las otras cinco narcolanchas que se refugiaron el día de los hechos en el puerto de Barbate. Y no será fácil hacerlo ahora, cuando se cumplen tres meses del trágico suceso.

Otras embarcación en Chiclana

Los investigadores habrían puesto el foco ahora en otra embarcación: una narcolancha que apareció varada y visiblemente golpeada al día siguiente de la tragedia, el 10 de febrero, en la playa de Chiclana de la Frontera (Cádiz), a unos 30 kilómetros del recinto portuario y cuyos ocupantes nunca fueron identificados por la Guardia Civil. Esa misma mañana, de hecho, el instituto armado detuvo a Kiko El Cabra y a otros dos investigados en la playa de la Hacienda, en la Línea de la Concepción. Y horas antes, durante la madrugada, a los otros tres supuestos implicados, en la costa de Sotogrande. Todos ellos investigados por los delitos asesinato y atentado agravado y cuyo futuro judicial dependerá ahora del titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Barbate, tras las últimas revelaciones de la UCO.

En el informe, los agentes sitúan el origen de «esta relevante información» en lo declarado en sede judicial por José Antonio G.C., quien, tal como adelantó THE OBJECTIVE, afirmó haber grabado lo que ocurrió el pasado 9 de febrero de 2024 en el puerto de Barbate (Cádiz), mientras se encontraba a bordo de una narcolancha distinta a la autora, ubicada al pairo en la bocana del citado recinto portuario, «siendo coincidente este emplazamiento con la perspectiva desde la cual parece realizarse la grabación». Un lugar, apunta el estudio, «compatible a su vez con la embarcación de cuatro motores advertida en la reconstrucción de los movimientos registrados por la narcolancha que embiste a la embarcación de la Guardia Civil».

Una narcolancha de cuatro motores

Tras esto, los investigadores localizaron la grabación de vídeo, de 3 minutos 3 segundos, efectuada desde el propio teléfono y cuya última fecha de modificación quedó registrada el día de los hechos. Este archivo, señala la Guardia Civil, «recoge la secuencia de movimientos previos efectuados por una narcolancha diferentes a la que se encuentra José Antonio G.C. antes, durante y después de llevar cabo la fatal agresión, la cual quedó filmada en el video grabado por el usuario del terminal analizado». Lo que descarta que él así como todos los que le acompañaban en su embarcación estuviesen relacionados con los hechos que se les imputan.

De este modo, concluyen los investigadores, «solo una embarcación de cuatro motores y una antena ocupada por al menos tres tripulantes y reseñada en el citado informe como narcolancha dubitada 1, habría llevado a cabo un total de seis ofensivas contra los agentes, siendo al última de ellas mortal para dos de los seis tripulantes de la embarcación oficial de la Guardia Civil». El juez del caso, Ángel Rojas Navarro, decidió admitir esta hipótesis, ahora confirmada, después de que los expertos de la Guardia Civil corroborasen que el vídeo, filmado por el detenido Jose Antonio G.C., no hubiese sido manipulado. Un extremo que confirmaron a través del análisis de los metadatos del archivo informático y comparándolo con otros nueve vídeos incorporados a la causa. 

¿Propiedad de un marroquí?

Cabe destacar que las defensas de los detenidos pidieron ya hace meses que el instituto armado se incautase de la lancha, localizada en Chiclana de la Frontera, para poder cotejarla con la otra que encontraron los investigadores. Ambas, según señalan fuentes de la investigación, estaban dañadas: la primera tenía un gran boquete en la quilla y la segunda, la que conducían los detenidos, tenía marcas de pintura grises y rojas que, a juicio de los investigadores, en un principio eran compatibles con las que presentaba la neumática siniestrada de la Guardia Civil. No era así, según ha confirmado la UCO.

En su declaración, otro de los investigados, Mustafá C. aseguró que la «goma» autora del ataque era propiedad de «un marroquí de nombre Karim que vivía en el reino alauí», y que en ella iban cuatro personas, «dos de nacionalidad española y otras dos en situación irregular». Asimismo, señaló que mientras ellos, es decir, los detenidos, tenían la narcolancha en una zona cercana a «la boya roja», la otra, que perpetró el ataque, estaba en otra ubicación «cercana a una boya verde». «Es la que mató a esa gente», insistió Mustafá C. en su declaración como imputado ante el titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Barbate. En cualquier caso, la Guardia Civil señala ahora que en la embarcación autora del ataque iban «al menos tres individuos». 

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