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Comienza a colocarse el vallado del encierro de Pamplona, un «tetris» de miles de piezas

En total son 900 postes, 2.700 tablones y 2.500 cuñas que se irán instalando hasta el 6 de julio

Comienza a colocarse el vallado del encierro de Pamplona, un «tetris» de miles de piezas

Encierro de San Fermín | Eduardo Sanz Nieto

La carpintería Hermanos Aldaz Remiro, contratada por la Casa de Misericordia de Pamplona desde 1992, ha comenzado este viernes la colocación del vallado del encierro de los Sanfermines, que un portavoz de la empresa ha calificado como un «tetris» de miles de piezas.

En total son 900 postes, 2.700 tablones y 2.500 cuñas que se irán instalando hasta el 6 de julio entre los Corrales del Gas y la plaza de toros. Hay, además, unas 80 puertas de diversos tamaños que sirven tanto de evacuación del vallado como de cierre del recorrido. Cada elemento del dispositivo es una pieza de una estructura de seguridad prefijada, ya que todos los años se encajan los mismos elementos en los mismos puntos, gracias a un código que combina números y letras marcados con pintura.

Las labores de colocación del doble vallado, a cargo de cinco carpinteros, continuarán a lo largo de todo el mes hasta que quede cerrado definitivamente el 6 de julio con la instalación de los tramos de parte de la calle Amaya y Estafeta. Durante los Sanfermines, cerca de 70 personas trabajarán a diario en el desmontaje de las tablas, una operación que comienza cuando termina el encierro, sobre las 8:10 horas, y que se realiza a gran velocidad para restablecer lo antes posible el tráfico.

Íñigo Aldaz, de la carpintería Hermanos Aldaz, ha señalado a los medios de comunicación que, después de 30 años, «las piezas están en la cabeza, están ya fichadas». El jefe de carpinteros ha asegurado que esta tarea «es básicamente un tetris. Cada poste, cada tablón y cada empalizada está en su sitio y tiene su ubicación; año tras año es la misma pieza en el mismo sitio, el mismo poste en el mismo agujero, está todo marcado».

«No te puede faltar ninguna pieza», porque, «si te falta alguna pieza, la siguiente ya no la puedes poner», ha explicado Aldaz, quien ha subrayado que en este trabajo «no se puede improvisar porque el resultado sería nefasto». El vallado es de madera de abeto, por su flexibilidad, para que los tablones no se rompan al recibir un golpe. Una madera más rígida, «al recibir un golpe igual astilla o se rompe», ha dicho.

Muchos de los postes y tablones muestran nombres y frases escritas a lo largo de los años por miles de personas. No se borran, ha asegurado Aldaz, porque «eso es la esencia de la fiesta» de Pamplona. «No hemos tenido tiempo de leerlos, si no, esto es peor que una novela», ha bromeado.

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