Miriam González: «Es inaceptable que Sánchez no repare las deficiencias detectadas»
La esposa del exvicepresidente del Gobierno del Reino Unido explica su propuesta para regenerar la democracia
Esta abogada, nacida en Olmedo (Valladolid) hace 56 años, está llamando a las puertas del Gobierno de España para promover que asuma un «Código Ético de Gobierno» que, en su opinión, evitaría situaciones como las que estamos viviendo en torno al caso Begoña Gómez. La esposa del exvicepresidente del Reino Unido se basa en su experiencia y en su conocimiento de otros países dentro y fuera de la UE para reivindicar la necesidad de que en España se instauren mecanismos previos de control de abusos y corruptelas ministeriales. Hasta el momento, Miriam González no ha obtenido respuesta por parte del Gobierno, por lo que ha vuelto a la carga, enviando una nueva misiva para pedir explicaciones a Sánchez sobre sus supuestos contactos personales con la sociedad civil y para elaborar su plan de regeneración democrática. A su juicio, la organización de la que es fundadora, España mejor, es de las más activas en materia de códigos y controles éticos y deontológicos.
PREGUNTA.- Vista la actualidad política, salpicada de casos de presunta corrupción y/o abusos de poder que se están investigando, ¿necesita el Gobierno de España asumir con urgencia este Código?
RESPUESTA.- El Código Ético de Gobierno son 99 compromisos que queremos que adopten los gobiernos, tanto el actual de España como todos los futuros, independientemente del partido que sean. Es un instrumento autoreglamentario, porque cumplir con la ley es necesario, pero no es suficiente. Y existen en un montón de países dentro y fuera de Europa que los tienen. Son sistemas básicos de prevención de abusos del poder político. No se entiende que todavía no lo tengamos.
‘Caso Begoña Gómez’: «No entiendo la obsesión con esa mujer. El problema lo tiene quien ostenta el poder político»
P.- De haberse aplicado herramientas de este tipo, ¿se hubieran evitado dudas sobre las actuaciones, por ejemplo, de la mujer del presidente del Gobierno, que se están investigando en un juzgado?
R.- Siempre hay una tendencia en la opinión pública a centrarse en «la mujer de» o «el marido de». Pero el quid de la cuestión es quién tiene el poder político, el presidente del Gobierno y los ministros. Estos sistemas de prevención evitan ese tipo de situaciones, porque ofrecen garantías, tanto para la sociedad como para los propios políticos. Si tienes estos sistemas, te puedes defender. Cuando se te acusa de lo que sea y no has hecho nada mal, tienes todo el sistema para acreditarlo. Hemos tenido abusos políticos en casi todos los gobiernos. Y ahora mismo sabemos, de entrada, que los conflictos aparentes no se están considerando por parte de la Oficina de Conflictos. Lo han dicho por escrito. Sabemos que no hay sistemas de prevención controlados por un organismo o asesoría independiente, o por una oficina de ética profesional. Ahora vemos cómo hay asesores -esto ocurre con este gobierno y ha ocurrido con gobiernos anteriores– a los que se emplea sin saber por qué ocupan ese cargo. Su currículum y su experiencia no se corresponden con las funciones que les encomiendan los ministros. Este tipo de cosas hay que dirigirlas y ver los principios que hay que aplicar en los nombramientos, por mérito y capacidad. El tsunami de nombramientos que llegan a las Administraciones públicas cuando hay un cambio de signo político, de gobierno, coches oficiales o residencias oficiales… Pero ¿cómo es posible que tengamos a todos los ministros con chófer propio, un montón de residencias oficiales? ¿Cómo es que no sabemos todavía los beneficiarios últimos en la en la publicidad institucional?
P.- ¿Tiene esperanzas de que este gobierno dé buena acogida y se comprometa a cumplir este código de conducta, ahora que Pedro Sánchez dice estar especialmente preocupado por la regeneración democrática?
R.- Quizá la primera reacción va a ser defensiva, porque a casi nadie nos gusta que nos diga la sociedad que tenemos que imponer límites. Es lo que les estamos pidiendo, ¿no? Pero creo que, si lo examinan de una manera objetiva y sin prejuicios, se darán cuenta que son cosas que funcionan en otros países que también les funcionaría a ellos y que son buenas para la sociedad y una garantía para ellos. Hablaba de la situación del posible conflicto entre el presidente y las actividades de su mujer. Pues es que sería muy fácil, si hay una oficina de ética, un sistema preventivo que explicase si se ha producido o no conflicto y por qué.
«Sorprende oír a Sánchez pedir a los medios que se sometan a un código deontológico cuando el primero que no se somete es él»
P.- ¿Qué opina de la propuesta presentada por el Gobierno español para regenerar la democracia?
R.- Lo que más me sorprendió de la comparecencia del presidente fue oírle pedir que los medios de comunicación cumplan con códigos deontológicos cuando el Gobierno es el primero que no se somete a un código deontológico (un código ético) específico para el Gobierno. Es justo eso lo que le estamos pidiendo desde España Mejor. No puede ser que el presidente anuncie que va a regular todo y que no se regule a sí mismo.
«Es inaceptable que Sánchez no se comprometa a reforzar el sistema para que no vuelvan a ocurrir abusos»
P.- ¿Le faltó o le sobró algo a Sánchez en su exposición?
R.- En general, me pareció que el presidente hablo de todo, menos de lo que tenía que hablar. Han pasado cinco meses desde que los españoles tuvimos constancia de que el Gobierno tiene asesores cuyos currículos no se corresponden con la función que se espera de ellos. Pero seguimos sin que el Gobierno haya explicado si hay más asesores en esa situación y sin que se haya comprometido a publicar currículos de todos los asesores que han contratado y hayan dado explicaciones sobre cómo se adecuan esos currículos a sus funciones. Lo mismo sucede con los conflictos de interés: llevamos ya casi cuatro meses desde que tuvimos constancia de que no tenemos reglas para evitar apariencias de conflictos, supimos que la ley del 2015 es demasiado permisiva con respecto a conflictos con intereses de familiares, y que no hay sistemas efectivos de prevención de conflictos. Pero el Gobierno sigue sin reparar esas deficiencias. Eso es lo que tenía que haber explicado el presidente en el Congreso. Está mal que no haya comparecido para explicar cómo ha podido ocurrir lo que ha ocurrido. Pero que encima no se comprometa a reforzar el sistema para que no ocurra nunca más es algo inaceptable.
Plan de Regeneración Democrática: «Que Sánchez aclare cuándo y con quién ha consultado de la sociedad civil»
P.- Pedro Sánchez habla de su contacto con la sociedad civil en las últimas semanas. ¿Se ha puesto en contacto con España Mejor? ¿Alguien de su entorno o del Gobierno han contactado con ustedes?
R.- El Presidente dijo que había consultado a la sociedad civil en las últimas semanas, incluso ‘personalmente’. Nosotros somos una de las organizaciones más activas en este área, pero con nosotros no se puso en contacto. Ayer salió un manifiesto de 35 organizaciones quejándose de que el Gobierno no les había consultado. El presidente debería aclarar con quién ha consultado y cuándo. Yo le acabo de mandar una carta preguntándoselo.
«Los que están más arriba tienen que marcar el tono ético del país»
P.- Además del Gobierno de España, ¿tienen previsto que lo suscriban los presidentes autonómicos?
R.- Estamos tocando al presidente y los ministros en el Gobierno, porque creemos que son los que tienen la máxima responsabilidad, el máximo poder. El tono de la ética del país se tiene que marcar por los que están más arriba. Esperamos que luego vaya cayendo en cascada por todas las instituciones políticas españolas. Claro que sí.
P.- El entorno de Begoña Gómez asegura que ella se dedicaba a la captación de fondos mucho antes de que Sánchez llegase a la presidencia del Gobierno. ¿Cree que, en ausencia de este Código Ético, la propia Begoña Gómez debería haberse autolimitado al llegar al Gobierno Sánchez?
R.- No lo sé. Soy abogada y no me gusta manifestarme sobre cosas que no tengo claras. Pero siempre me sorprende que se incida en si tiene que limitarse la cónyuge. Es el político el que tiene el poder. Así funcionan los conflictos de interés. Yo, político, me tengo que autolimitar, para que no se produzca ese conflicto entre el interés público y el interés de mis familiares, amigos, o mío propio. En casi todos los países desarrollados como el nuestro, este tipo de cosas se gestionan sin que se produzcan esas situaciones de conflicto o de no tener claridad, de si lo hay o no.
‘Caso Begoña Gómez’: «Es difícil entender que la Administración no haya examinado y puesto límite antes de producirse»
P.- ¿Pedro Sánchez debió haberse inhibido en más de un consejo de ministros, con decisiones que tomó el ejecutivo y que, según algunas informaciones publicadas, afectaban a empresas que a su vez tuvieron relaciones comerciales o de algún otro tipo con Begoña Gómez?
R.- La única manera que tienes de hacer esto es ir caso por caso. Tienes que ver exactamente cuál es la decisión y cuál es la relación con esas empresas que tienen sus familiares. Es difícil de entender que no se haya examinado por la Administración pública antes de que se produjesen esas situaciones y se hayan puesto los límites. Tienes que tener una persona, que no eres tú, que es la Administración, que lo está mirando con detalle.
P.- En su etapa como esposa del vicepresidente del Gobierno del Reino Unido, si usted se hubiese dedicado a asuntos como los que se describen de Begoña Gómez, ¿hubiese tenido problemas con ese organismo supervisor de posibles conflictos de intereses y/o abusos de poder?
R.- No puedo comparar exactamente con lo que haya hecho ella, ni siquiera sé el detalle de su actividad. Pero a mí se me han aplicado unas herramientas de control. Y sería inconcebible que en un país como Reino Unido y en muchos otros la Administración no hubiese examinado si se va a producir un conflicto o no. Y en su caso, que explicasen su respuesta. Estamos hablando de conflictos de interés, que es uno de los muchísimos abusos políticos que se han producido durante la historia de la democracia española, que es una historia de éxito, pero que hemos tenido corrupciones, corruptelas, clientelismo, nepotismo en un montón de gobiernos. Cuando se pone el foco social sobre este tipo de cosas, no se puede salir sin haber mejorado el sistema.
«Hemos visto la corrupción camuflada y hemos salido de ahí sin cambiar los sistemas de control»
P.- ¿Cree que el caso Begoña Gómez y la investigación judicial tiene una lectura positiva en tanto en cuanto nos puede obligar a hacer las cosas de otro modo a partir de ahora?
R.- Sorprende que este tipo de situación acabe delante de un juez. Si existiesen todos los sistemas de garantías y auto reglamentación, pues seguramente esto se hubiese dirimido sin tener que llegar a sede judicial. O no… no lo sé. Creo que ayuda ver que ha habido un problema, por ejemplo, cuando tienes un asesor que es muy cuestionable, que tenga la capacidad para hacer la labor de asesoramiento de un ministro en cierto campo, o cuando hemos visto que se camuflaba la corrupción… Lo hemos visto en años anteriores y hemos salido de ahí sin cambiar y reforzar las normas contra la corrupción.
P.- ¿Es una forma de corrupción no tener instaurados esos controles?
R.- Tenemos, a veces, dependiendo de la ideología de cada uno, esa tendencia a querer poner la culpa en un sitio determinado. Si no tenemos los instrumentos adecuados para dirimir este tipo de situaciones, la culpa es de todos. Llevamos ya un montón de años en democracia. Estamos a punto de cumplir medio siglo de la democracia. Al final, lo que nos ocurre es que se produce un descontento social y eso no se traduce en una exigencia mayor. Es fundamental pasar a la fase siguiente entre todos. Lo importante es que no se produzcan de nuevo este tipo de escándalos y tener los instrumentos para evitarlos.
«Debería ser obligatorio dimitir si mientes deliberadamente al Parlamento»
P.- ¿Entonces Begoña Gómez es víctima de un sistema imperfecto, carente de controles? ¿O más bien se ha valido de esa ausencia?
R.- No entiendo muy bien esa obsesión con la mujer… Aquí el problema lo tiene quien tiene el poder político. Si los que tienen el poder político hubiesen puesto sobre la mesa sistemas de prevención, este tipo de situaciones no les ocurriría o las podrían solucionar más fácilmente. El Gobierno lo podría haber hecho motu proprio y no lo hizo, como el anterior, o el anterior. Esto tiene que salir de la sociedad civil, para salir de una forma reforzada.
P.- ¿A usted no le hubiera ocurrido algo así?
R.- Yo he operado en el sistema británico, que tiene un código ministerial muy claro, con obligaciones, algunas de ellas incluidas en el Código, como los conflictos de interés, que tengas que dimitir si mientes deliberadamente al Parlamento, o que no puedas hacer nombramientos en la Administración sin acreditar capacidades para el puesto. Aquí hay entre cinco o nueve asesores, mientras que en el sistema británico tienen entre uno y dos por ministro. Pero no solamente en el Reino Unido. Hay un montón de países en los que existen estas normas.
P.- ¿Somos el peor país en cifras en materia de asesores?
R.- En temas de asesores tenemos dos cosas diferentes. Hay que limitar el número, ver cuál ha sido la práctica del del país y llegar a un número sensato. Siempre tienes que dejar un poco de margen de maniobra para el presidente del Gobierno, que pueda tener un asesoramiento específico en un área concreta en la que hay que poner en marcha una determinada. Pero pedimos que si hay un número X establecido como límite, si el presidente autoriza a alguien a tener alguno más que tenga que se haga una disminución equivalente en otro ministerio, que el número global de asesores sea fijo. Pero es igualmente importante cómo se nombra a los asesores y para qué se les nombra. Por ejemplo, en el gobierno italiano de Meloni, que es de extrema derecha, que siempre pensamos que no tiene límites, se publica en las páginas webs de los ministerios, para que lo pueda comprobar todo el mundo, el currículum, el sueldo, el periodo de empleo, para qué se les ha pedido que vengan, cómo se adecúa ese currículum con lo que se les va a pedir, las razones específicas de por qué están ellos ahí… Y luego limitaciones. Los asesores solo pueden estar ahí para las funciones específicas que les han dado los ministros, que tienen que ser transparentes y conocidas por toda la sociedad. No puede ser que se inmiscuyan en contrataciones públicas o en puestos públicos, etc. con sus funciones muy delimitadas.
‘Caso Koldo’: «Si se hubiese hecho público su currículo en una página pública del Ministerio, saltaría a la vista que algo no concordaba»
P.- Con la mitad de esas limitaciones, Koldo García, el famoso asesor del exministro Ábalos no hubiera podido ocupar el puesto que ocupó de asesor en el Ministerio… ¿Se refiere a eso?
R.- Si tuviésemos en la página del Ministerio de Transportes todos los currículums, si se hubiese dicho: «A este señor se le ha empleado para hacer este trabajo, mire usted el currículum que tiene…», hubiese saltado a la vista de todo el mundo que había algo que no concordaba. Otra de las cosas que hemos incluido en el Código es que, cuando cualquier ministro tiene conocimiento de que se vulnera una norma del ordenamiento jurídico español o alguna de las normas incluidas en el Código, tiene la obligación de alertar de que eso se ha producido, porque una variante de ese supuesto es quién sabía que había ahí una persona que no parece la adecuada, por su currículum y experiencia, para las funciones que le encomendaron como asesor del ministro.
«Si el Gobierno está centrado en la regeneración democrática seguro que saca muchas ideas de nuestro Código Ético»
P.- ¿Esperan que el Gobierno les escuche y haga suya su propuesta?
R.- Dicen que están centrados en la regeneración democrática…, pues estoy segura de que pueden sacar muchas ideas interesantes del Código. Espero que una de las cosas que pueda hacer este gobierno, que llegó diciendo que quería modernizar el sistema político. Bueno, pues aquí, aquí hay una cosa concreta. Si se leen el Código punto por punto, me encantaría saber si alguien tiene algún problema con alguno de esos compromisos y por qué. Es tan difícil no estar de acuerdo con esos principios básicos… Deberían comprometerse.
«No es verdad que los españoles seamos muy tolerantes con las corruptelas, pero no tenemos instrumentos para gestionarlas»
P.- ¿Temen que, tal como está la polarización política y la crispación, alguien acabe acusándoles de estar al servicio de la «máquina del fango»?
R.- No estamos al servicio de nadie. Hemos hecho una contribución positiva, no solamente para este gobierno, ahora que siempre se ven todas las cosas de una manera ideológica, sino para este y el siguiente y el siguiente… Y ojalá hubiésemos podido también con los anteriores. Al final, es inevitable que haya un choque ideológico y se nota muchísimo en España que hay gente que se dedica a proteger al poder público, a los distintos niveles, no solo del Gobierno y los que se dedican a atacarlo. A la sociedad civil le interesa ver cómo podemos salir de cualquier tipo de situación con sistemas mejores. No hay más que mirar el entorno. Y no es verdad que los españoles somos muy tolerantes con las irregularidades o las corruptelas. La razón por la que estas cosas no ocurren, o bien ocurren menos en otros sitios es porque ellos tienen instrumentos para gestionarlo y nosotros no. ¡Pues vamos a poner ese instrumental!
«Los políticos en España tienen mucho más poder que en otros sitios»
P.- ¿Cuál cree que es el motivo de que, con todo lo que ha llovido en materia de corrupción y abusos, no se haya puesto en marcha algún código de este tipo en España hasta la fecha?
R.- Por razones históricas, fundamentalmente. Los controles y garantías en el ejercicio del poder no se abordaron en la Transición, que ha sido una historia de éxito reconocida mundialmente. Pero esta parte no se hizo, porque lo fundamental era que el proceso no descarrilara y, para eso, se puso mucho poder en las manos de unos pocos: de los políticos. Los políticos en España tienen mucho más poder que en otros sitios. La fase siguiente debería de haber sido que fuesen soltando lastre de ese poder. Pero ocurrió lo contrario: han ido cogiendo cada vez más y luego te encuentras la sociedad civil, que no está muy articulada, que hay organizaciones estupendas pero muy pequeñas y con pocos medios. Y hay un cierto miedo en la sociedad a significarse, que eso se nota enseguida. En la sociedad española encuentras a gente que te dice es que si digo algo a lo mejor no me dan este contrato, o tengo problemas con una licencia, o lo que sea. Eso en el fondo es la consecuencia de ese poder enorme que tiene la clase política española. Habrá que romper ese ese círculo vicioso y hacerle un círculo virtuoso, poniendo instrumentos nuevos sobre la mesa. Este es buen momento político. Además, espero que con las últimas situaciones que ha habido en estas semanas, discutiendo sobre la situación del presidente, sus familiares se habrán dado cuenta de que si tuviesen este tipo de instrumentos de autorregulación y control sería mucho más fácil dar explicaciones y cerrar el tema… En el fondo, es favorable para ellos.
P.- ¿Ve usted a Pedro Sánchez asumiendo este código?
R.- Me gustaría ver a todos los ministros, a todos los presidentes, al líder de la oposición, a todos los diputados. Una vez que te lo lees, es que es imposible que digas nada en contra. Son cosas de cajón. Algunas cosas son específicas nuestras, como esto de los nombramientos, que no ocurre en otros muchos sitios, ya que siempre se repiten sistemas de conflicto aparentes. Pero la OCDE lo lleva pidiéndolo desde el 98. Y no es tan difícil. De verdad, no creo que tengan dificultades para aceptar.
P.- No me resisto a preguntarle por el Reino Unido y el reciente hundimiento de los tories tras las elecciones. ¿Dónde hay que situar el origen y las responsabilidades de este batacazo?
R.- El origen es el Brexit, cuando se fue la cabeza de un partido y han hecho un daño tremendo al país, que no se ha terminado todavía. Son unas elecciones que desde fuera se ven como más claritas, pero si te acercas al país, tienes toda la enjundia que hay ahí. Hay una mayoría muy amplia del Partido Laborista, en términos de escaños, pero no tan amplia en términos de proporción de voto. Y hay una minoría más en minoría. Cinco votos para Reform, que es el partido de la extrema derecha, más extrema derecha que el Partido Conservador, que ya es muy de derechas. Sin embargo, han tenido el 15% de los votos, se han quedado segundos en 121 circunscripciones. O sea que una vez que quitas la capa superior, lo que descubres ahí es una bomba de relojería. En todo caso, creo que vamos a ver más estabilidad, porque Starmer es un jurista, casi un funcionario de alto nivel, y les va a quitar esos sobresaltos que han tenido durante los últimos años.
«Reino Unido no se plantea inmediatamente un regreso a la UE, pero hay acercamiento»
P.- ¿En estos momentos se podrían plantear en el Reino Unido una vuelta a la Unión Europea?
R.- Creo que ahora mismo no, pero ya se ve, inmediatamente, en 24 horas, un acercamiento en temas de defensa. Lo empezaremos a ver en temas comerciales. El dilema para el Reino Unido sigue siendo idéntico. Tienen tres polos entre los que optar Estados Unidos. A Estados Unidos no le interesa a nadie porque él está centrado en mantener su preeminencia con respecto a China. China, que es imposible por cómo se ha movido todo geopolíticamente y la UE, que es donde ellos pertenecían. Lo que tienen en el momento frente a la UE es el dilema es si yo me acerco, implica es que tomen una serie de normas sin decidir sobre ellas. Es que el Reino Unido es un país demasiado grande como para aceptar esto. En el Reino Unido la población no te lo acepta. Creo que se podría plantear una vuelta a finales de esta legislatura o a principios de la siguiente. La duda más fuerte es qué es lo que va a pasar en la UE. La Unión Europea ¿va a sobrevivir o no? ¿Y va a sobrevivir con fuerza o no? Con las dificultades que está teniendo no solo Francia, sino especialmente Alemania, no está muy claro que sea algo atractivo a lo que unirse.
P.- Hablábamos del referéndum del Brexit. Hubo otro referéndum previamente en Escocia. Y en España, desde hace años, se pide por una parte de los catalanes, la celebración de un referéndum de independencia de Cataluña. ¿Le preocupa que se pueda acabar celebrando también en Cataluña?
R.- Yo no soy muy partidaria de los referéndums. Son casos superexcepcionales, porque todo lo que he visto, tanto en el Reino Unido, como en la UE, cuando yo asesoraba a los Comisarios Europeos, me indica que la población no responde a la pregunta que le haces, sino a otra cosa distinta. Y muchas veces, haces un auténtico destrozo, que es lo que les ha ocurrido en el Reino Unido. La situación de Escocia es bastante interesante porque ha habido una caída al impulso del partido independentista en Escocia. Ha caído hasta los diez puntos. A veces, frente a los extremismos del Partido independentista Escocés, o del propio Boris Johnson, el mejor antídoto contra ellos es dejarles gobernar y que la gente vea lo que hacen.