La Guardia Urbana de Barcelona se rebela contra Collboni: no hará horas extra en verano
Los policías locales desafían al Ayuntamiento de Barcelona tras ser ignorados por falta de medios humanos y materiales
La Guardia Urbana de Barcelona (GUB) se ha rebelado contra el gobierno municipal de Jaume Collboni (PSC) y ha decidido que no hará más horas extra hasta que finalice el verano. El cuerpo local ha tomado esta decisión como respuesta al «profundo conflicto» que mantiene contra el Consistorio, después de que haya hecho caso omiso a las reivindicaciones de los agentes con la falta de recursos materiales y humanos que vienen denunciando desde hace meses, advierten fuentes de la GUB.
Un escenario, advierten las mismas fuentes, que tendrá importantes repercusiones para la seguridad y el funcionamiento de la capital catalana durante la época estival. También en eventos clave como la Copa América de Vela, que arrancará oficialmente el próximo 22 de agosto. Un evento deportivo que, por otro lado, también ha derivado en distintos conflictos por las competencias en materia de seguridad y vigilancia entre los Mossos d’Esquadra y la Guardia Civil.
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), mayoritaria en la Guardia Urbana de Barcelona, ve en esta acción «una oportunidad para presionar al Ayuntamiento de Collboni para que dé respuesta a los problemas que afectan al cuerpo policial» e iniciar un diálogo social con las autoridades. Entre los problemas está el déficit de agentes o el agotamiento de la plantilla. Una cuestión «estancada en el tiempo que ha llevado a muchos agentes a sufrir fatiga física y mental crónica por el desgaste profesional», señalan. El sindicato cifra en un 15% las bajas por estos motivos.
Sin servicio jurídico
Destacan también la grave falta de medios que padece el cuerpo policial. «No hay táser, no hay armas largas, tampoco botes de pimienta de dotación individual… Todo mientras hemos tenido varias alertas por terrorismo y la criminalidad ha aumentado considerablemente en la ciudad», denuncia Eugenio Zambrano, secretario general de CSIF en la Guardia Urbana. A esto se suma, además, «el hecho de que trabajemos en sedes administrativas convertidas en sedes policiales sin que reúnan los ítems de comisaría tipo» y a una «falta de apoyo institucional que nos ha hecho perder el principio de autoridad en nuestras intervenciones», recalca Zambrano. El Ayuntamiento, de hecho, ha retirado el servicio jurídico que prestaba a los agentes.
La plantilla policial, por otro lado, también ha dicho basta tras ser excluida de unos complementos económicos, según denuncia el CSIF. El sindicato critica que un reciente acuerdo de productividad, firmado entre otros sindicatos con la Administración local, ha excluido de unos pluses a Guardia Urbana y Bomberos respecto al resto de trabajadores, lo que ha provocado aún más malestar entre los agentes locales, que advierten un agravio económico con otros funcionarios del Ayuntamiento de Barcelona. La diferencia entre salarios, pese a que los funcionarios están en el mismo nivel, es de hasta 261 euros al mes.
Gasto récord en ampliación de jornada
Desde esta organización sindical insisten en el que todos los problemas se ven agudizados por «una gestión ineficaz por parte de la Administración y la Jefatura de Policía», que «no respetan los derechos laborales y mantienen una organización deshumanizada». Según datos del Consistorio, la plantilla de Guardia Urbana está en máximos históricos y tras el mes de septiembre, con la incorporación de 104 agentes, situará en 3.500 efectivos. Desde CSIF, no obstante, insisten en el que tasa de reposición no se cubre y arrastran un déficit de agentes desde 2021.
«El Ayuntamiento dice que la tasa de reposición es del 125%, pero, en realidad, es del 100%. El otro 25% no se cubre… Y por ahora, nos han dicho que no se van a cubrir porque no quieren ampliar el presupuesto», señala Eugenio Zambrano. En cualquier caso, insiste, «solo hay que ver el gasto que ha dedicado la administración a la ampliación de jornada para que haya suficientes agentes en las calles». Según estas estadísticas, en 2023, fue de 11.062.588 euros, frente a los 6.790.486 de 2021 y los 5.620.092 de 2022. Este último año, no obstante, no incluye las partidas destinadas en noviembre y diciembre.
Barcelona: ‘líder’ en hurtos
La decisión de la GUB de no extender sus jornadas laborales, como ha potenciado hasta ahora el Ayuntamiento de Collboni, afectará a la seguridad de la ciudad en un momento crítico para Barcelona. En primer lugar, porque cada año recibe a más turistas y, segundo, porque se prepara para acoger uno de los eventos más destacados, la Copa América de Vela. Esta llamada de atención a la Administración local también tendrá consecuencias para los agentes, pues, advierten, «sin horas extra seremos menos y la precariedad será mayor».
Todo un desafío teniendo en cuenta cómo ha aumentado la criminalidad en la Ciudad Condal, sobre todo en el caso de los hurtos. Según los últimos datos del Ministerio del Interior, en 2023 se produjeron un total de 141.746 hurtos, un 6,1% más que el año anterior (133.635). Unas cifras que confirman la tendencia al alza en la comisión de este tipo de delitos, sobre todo desde la pandemia del coronavirus. Prueba de ello es también que los hurtos fueron el ilícito que más se denunció en Barcelona el año pasado, y supusieron, junto con los robos con violencia e intimidación, el 46,6% del total de los delitos que se registraron en la capital catalana durante 2023.
Si además esta estadística se compara con la ciudad española más poblada, Madrid (88.516 hurtos), la Ciudad Condal sigue estando muy por delante. En concreto, registró un 60,15% más de hurtos que la capital española. Si se hace lo mismo con Valencia (24.234), la tercera con más habitantes tras la capital catalana, esta última registró un 131,77% más que la ciudad del Turia.