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Marruecos relaja la vigilancia y permite la entrada de cientos de inmigrantes en Ceuta

El reino alauí ha mirado hacia otro lado en los últimos días por la presión migratoria interna que padece

Marruecos relaja la vigilancia y permite la entrada de cientos de inmigrantes en Ceuta

Un inmigrante llega a la costa de Ceuta el pasado 5 de agosto. | Antonio Sempere (Europa Press)

Ceuta lanza una llamada de socorro tras la llegada masiva de menores inmigrantes. Su presidente, Juan Jesús Vivas (PP), ha solicitado al Gobierno y a las comunidades autónomas ayuda para trasladarlos a la península. Miles de personas han intentado acceder a nado de forma irregular en las últimas dos semanas. La mayoría son devueltas a Marruecos, con la excepción de menores y ciudadanos de otra nacionalidad. Agentes españoles desplegados en la zona explican a THE OBJECTIVE que el país vecino relajó la vigilancia en los días previos, algo que achacan a la presión migratoria interna que padece.

Los migrantes bordean el espigón de El Tarajal desde Marruecos y se lanzan al mar en plena noche. En las últimas semanas, los intentos han alcanzado diariamente el centenar, según las fuentes consultadas. El viaje, repleto de peligros, puede durar horas. En la madrugada del viernes, 234 personas intentaron acceder a Ceuta aprovechando la neblina que se cernía sobre la ciudad. La Guardia Civil desplegó un operativo tras advertir la situación. Recogió a algunas en el agua entre gritos de miedo y desesperación, mientras otras lograban llegar a tierra.

Los esfuerzos de Marruecos por contener el flujo migratorio fueron notables esa jornada, aunque insuficientes, reconocen agentes españoles. Estos denuncian que en los días previos el escenario fue muy distinto, ya que las autoridades marroquíes habrían mirado hacia otro lado, relajando la vigilancia. El motivo más probable, para aliviar la presión que sufre con migrantes procedentes de Argelia y África Central (mayoritariamente, Guinea Conakri y Sudán). Por tanto, Ceuta habría servido como válvula de escape para el reino alauí.

El papel de Marruecos

Los argelinos deben completar una auténtica aventura para conseguir el objetivo de alcanzar Europa. No existe ningún vuelo directo entre su país y Marruecos debido a la erosión de las relaciones diplomáticas, así que viajan a Túnez o Turquía para hacer una escala que les lleve a Tánger. De allí emprenden el último tramo, que finaliza con el intento de llegar a nado a Ceuta. Aprovechan momentos de neblina como el de la madrugada de este viernes, cuando se dificulta las tareas de control o las autoridades relajan las medidas, como habría sucedido en los últimos días.

Los agentes españoles creen que esa actitud también podría responder a una nueva crisis diplomática encubierta, como sucedió en mayo de 2021, cuando Marruecos suavizó los controles fronterizos tras conocer que el Gobierno español había admitido el traslado del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, a un hospital de Logroño. Una hipótesis menos probable, reconocen, pues Marruecos habría reforzado las medidas en las últimas horas con un aumento notable de efectivos, no solo en el mar, también de unidades terrestres.

«La marina marroquí ha colaborado esta noche [por la madrugada del viernes] sacando personas del agua. Hasta que ha dicho que ya no sacaba más. Ha habido cierta tensión», lamentan las fuentes consultadas. Consideran que los esfuerzos de las autoridades alauís siguen siendo insuficientes. Estas mismas fuentes aseguran que la mayoría de los migrantes han sido devueltos en caliente a Marruecos, salvo los menores y ciudadanos de terceros países. También han revelado su modus operandi: quienes han intentado cruzar la frontera son trasladados en bus al sur del país «como una forma de castigo o destierro».

Entre las personas que han intentado acceder a Ceuta a nado se encontraba un menor (tres según fuentes locales), que se unen al medio centenar que han arribado en los últimos días. Las autoridades ceutíes reconocen que la situación es «insostenible». La ciudad autónoma tutela a 406 menores, lo que supera en un 360% su capacidad de acogida (132). Se trata de una tasa de cinco menores no acompañados por cada 100.000 habitantes, mientras la media nacional es de 0,001. Hace apenas 10 días, 62 inmigrantes abandonaron el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) para ser trasladados a Andalucía.

Un sistema de reparto

El presidente de la ciudad autónoma ha remitido una carta al Gobierno y a las comunidades autónomas para reclamar un mecanismo «ágil» y «vinculante» para trasladar a los menores migrantes a la península. La respuesta del Ejecutivo ante la emergencia migratoria en Ceuta ha sido desigual. La ministra de Defensa, Margarita Robles, aseguró este viernes que no tenía conocimiento de ninguna petición para aliviar la saturación de los centros. En cambio, la titular de Juventud y Defensa, Sira Rego, se ha comprometido a colaborar para que sean trasladados a la península tras una conversación telefónica «cordial» con Vivas.

El PP ha vuelto a pedir que se declare la emergencia migratoria en todo el país en pleno debate por la reforma de la Ley Extranjería. El Gobierno lleva meses buscando apoyo entre las regiones para establecer un sistema de reparto obligatorio. De hecho, el acuerdo con Canarias integraba el traslado de varios cientos de menores de centros de Ceuta a la península. Cataluña fue la única que se descolgó del pacto con el que el pasado julio se intentó aliviar la sobreocupación que sufría el archipiélago.

Ceuta subraya en la misiva que las fronteras no pueden quedar «abandonadas» y convertirse «en cárceles para inmigrantes», tanto para menores como adultos. En lo que va de año han llegado a España de forma irregular 31.155 personas, un 66,2% más que en el mismo periodo del año pasado. La mayor parte lo han hecho por mar, 29.512 en 908 embarcaciones.

La ciudad autónoma vive un escenario particular. Las llegadas por vía marítima han descendido de 33 a 17 desde comienzos de año hasta el 15 de agosto. La cifra supone un 48,5% menos que el año pasado. En cambio, las personas que han intentado acceder de forma irregular por vía terrestre, incluidas las que lo hacen a nado, ha aumentado exponencialmente en la última quincena. En el acumulado, supone más del doble de lo que se había contabilizado en el mismo periodo del ejercicio pasado: 1.605 frente a 587.

La tragedia de El Tarajal

Esta nueva crisis migratoria tiene lugar una década después de que 15 migrantes irregulares murieron en El Tarajal (Ceuta) mientras intentaban cruzar a nado la frontera marítima con Marruecos. Según los supervivientes, los agentes de la Guardia Civil utilizaron pelotas de goma y botes de humo para impedirlo. El Tribunal Supremo no apreció responsabilidades penales y archivó la causa en 2022. Ese año al menos 23 personas murieron en el lado marroquí de la frontera al tratar de saltar la valla de Melilla.

Estos días también se cumple una década del salto a la valla que puso a España contra las cuerdas. Unos 600 subsaharianos intentaron traspasar la frontera terrestre de Melilla el 13 de agosto de 2014. Ninguna de las 80 personas que se encaramaron durante 16 horas lograron su propósito y acabaron siendo entregados a Marruecos. Dos de ellos denunciaron el caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), que les dio la razón en primera instancia, aunque un recurso de Mariano Rajoy que mantuvo Pedro Sánchez acabó avalando la expulsión.

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