Sorpresa en Interior tras una ola de inmigrantes de una provincia del centro de Marruecos
Los agentes han descubierto que una gran cantidad de marroquíes que intentan llegar a Ceuta proceden de El Yadida
El último capítulo de la presión migratoria en Ceuta guarda una sorpresa. Los agentes españoles han descubierto que una gran cantidad de marroquíes que han intentado acceder a la ciudad autónoma a nado en los últimos días proceden de la provincia de El Yadida, en la región de Casablanca, en el centro del país. No les consta que exista un problema concreto que les empuje a la diáspora. Barajan la hipótesis de que quienes emprenden la aventura mantienen comunicación continúa con sus paisanos, ya sea de forma directa o a través de las redes sociales. De esa forma, les informarían de condiciones meteorológicas y la relajación de las medidas de vigilancia de las autoridades alauíes, lo que facilita la operación.
«Normalmente, proceden de puntos remotos de Marruecos. Sin embargo, en esta ocasión nos ha sorprendido que la mayoría de quienes intentan llegar hasta Ceuta vengan de El Yadida», explica a THE OBJECTIVE un agente español desplegado en la zona. Se trata de una provincia con 1,1 millones de habitantes en el centro del país y, por tanto, a más de 500 kilómetros de la ciudad autónoma. Las comunicaciones no son fáciles, por lo que a las autoridades les extraña la movilización desde ese punto.
Ceuta ha padecido estos días una nueva ola migratoria. Según las fuentes consultadas, las autoridades alauitas habrían relajado durante días la vigilancia por la presión migratoria interna que padece, especialmente desde Argelia y África Central. En las últimas dos semanas, un centenar de personas han intentado cada noche llegar hasta la ciudad autónoma a nado. La mayoría son devueltas a Marruecos en virtud de un acuerdo bilateral. Las mismas fuentes aseguran que Marruecos «castiga» a sus nacionales con una especie de destierro: los sube en un autobús y los traslada al sur del país.
La vigilancia de Marruecos
Entre las personas que acceden al autocar habría varias decenas de marroquíes originarios de El Yadida, tierra en la que nació el ex primer ministro marroquí Dris Yetú, al que el socialista José Luis Rodríguez Zapatero concedió la Gran Cruz de la Orden de Carlos III. Sin embargo, existen dos excepciones a las devoluciones en caliente: los ciudadanos de terceros países y los menores de edad (han llegado medio centenar en las últimas semanas a Ceuta). Este escenario ha supuesto el colapso del centro de menores no acompañados, que tutela a 406 menores, un 360% por encima de su capacidad.
La situación, que en Ceuta califican de «insostenible», ha hecho que su presidente, Juan Jesús Vivas (PP), haya solicitado al Gobierno y a las comunidades autónomas ayuda para trasladarlos a la península. La tasa de menores no acompañados alcanza aquí los cinco por cada 100.000 habitantes, mientras la media nacional es de 0,001. Por eso reclama un mecanismo «ágil» y «vinculante» para trasladar a los menores migrantes a la península.
La respuesta del Gobierno ante la emergencia migratoria en Ceuta ha sido desigual. La ministra de Defensa, Margarita Robles, aseguró el pasado viernes que no tenía conocimiento de ninguna petición para aliviar la saturación de los centros. En cambio, la titular de Juventud y Defensa, Sira Rego, se ha comprometido a colaborar para que sean trasladados a la península tras una conversación telefónica «cordial» con Vivas.
El presidente ceutí demanda soluciones estructurales, pero de momento la única promesa del Ejecutivo es agilizar los 87 traslados voluntarios a otras comunidades que fueron pactados en julio. Se trata de un mecanismo que lleva aplicándose desde 2022 y que se activa en situaciones de crisis como la actual. El PP nacional ha vuelto a pedir que se declare la emergencia migratoria en todo el país en pleno debate por la reforma de la Ley de Extranjería, algo que rechazan populares, Vox y Junts.
Un 66% más de llegadas
El Gobierno lleva meses buscando apoyo entre las comunidades autónomas para establecer un sistema de reparto obligatorio. De hecho, el acuerdo con Canarias en julio integraba el traslado de varios cientos de menores de centros de Ceuta a la península. Cataluña fue la única que se descolgó del pacto para aliviar la sobreocupación que sufría el archipiélago. En su misiva, Ceuta subraya que las fronteras no pueden quedar «abandonadas» y convertirse «en cárceles para inmigrantes».
En lo que va de año han llegado a España de forma irregular 31.155 personas, un 66,2% más que en el mismo periodo del año pasado. La mayor parte lo han hecho por mar, 29.512 en 908 embarcaciones. Ceuta vive un escenario particular. Las llegadas por vía marítima han descendido de 33 a 17 desde comienzos de año hasta el 15 de agosto, un 48,5% menos. En cambio, las personas que han intentado acceder por vía terrestre, incluidas las que lo hacen a nado, ha aumentado: 1.605 frente a 587.