Choque entre bañistas y Guardia Civil en plena oleada de inmigrantes en una playa de Ceuta
Solo en los últimos cuatro días, 2.000 inmigrantes han intentado cruzar la frontera, según fuentes policiales
La llegada masiva de inmigrantes a Ceuta, procedentes de Marruecos, en las últimas semanas está dejando imágenes impactantes en las costas de la ciudad autónoma. Solo en los últimos cuatro días, 2.000 inmigrantes, muchos de ellos menores, han intentado acceder a nado de forma irregular, según los datos que maneja la Guardia Civil. Se conocen como el fenómeno de los nadadores. El último episodio se registró el pasado domingo, cuando decenas salieron del mar en la playa del Tarajal mientras cientos de vecinos disfrutaban de la jornada. Una situación que derivó en momentos de tensión entre algunos ceutíes que había en la playa y las fuerzas de seguridad, cuando estos últimos intentaban restaurar el orden en la costa, según revelan fuentes policiales.
Una niebla densa, conocida como «taró», común en esta época en la ciudad autónoma, según explican las mismas fuentes, permitió que grupos de nadadores marroquíes se echasen al agua en dirección a Ceuta sin ser detectados por la Guardia Civil ni la Gendarmería marroquí. Así que, de pronto, varios consiguieron llegar a territorio español y emprendieron la huida aprovechando la presencia de cientos de personas en la playa, mezclándose entre ellos. La previsión de que las llegadas siguiesen aumentando durante la jornada, así como los choques que se produjeron entre algunos vecinos y los agentes, llevaron a las fuerzas de seguridad a desalojar la playa.
Según revelan fuentes policiales, esa zona de costa es normalmente frecuentada por personas del barrio ceutí de El Principe, donde la mayoría del vecindario es de origen marroquí. Así que cuando los nadadores llegaron a la playa del Tarajal, muchos de los ceutíes intentaron ayudar a los inmigrantes enfrentándose al Grupo de Reserva y Seguridad de la Guardia Civil, que llegó primero al lugar. La jornada se saldó con un detenido y varios agentes heridos. El más grave, no obstante, fue un policía de la Unidad de Intervención Policial (UIP), los antidisturbios, que se personó en la zona más tarde para ayudar a expulsar a toda la muchedumbre de la playa. Recibió el impacto de una piedra en el ojo.
La Guardia Civil, exhausta
«Nosotros solo queríamos evitar que se produjese cualquier tragedia, salvarlos en el mar», revela un guardia civil a este periódico. El caos que provocó la llegada de los nadadores fue total. Los bañistas también criticaron sentirse criminalizados por lo que estaba ocurriendo, tras tener que abandonar la playa. Desde hace dos semanas, las jornadas de los agentes de la Guardia Civil están siendo maratonianas, según denuncia el secretario general de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) en Ceuta, Rachid Sbihi. Advierte que son necesarios más de 200 agentes en la ciudad autónoma mientras que, en plena crisis, solo se han reforzado puntualmente los Grupos de Reserva y Seguridad.
«El desgaste psicológico y físico de los agentes es generalizado. Ocho horas de pie, con calor, sin parar y advirtiendo lo que en cualquier momento puede convertirse en una tragedia. No había un precedente así desde las famosas avalanchas por el perímetro fronterizo en 2021», critica Sbihi. Desde que se intensificasen las llegadas a nado hace diez días a la ciudad autónoma, cada jornada se están efectuando entre 150 y 200 rechazos en frontera, y, de media, medio millar ha intentado entrar en Ceuta. Los rechazos se ejecutan en la frontera de El Tarajal, sin trámite administrativo alguno, lo que se conoce como devoluciones en caliente. La Guardia Civil los entrega directamente a la Gendarmería en el puente internacional.
Colapso en el CETI
Los esfuerzos de Marruecos por contener el flujo migratorio están siendo notables, aunque insuficientes, reconocen agentes españoles. «Si fuesen correctos, no estaría pasando esto», advierte un mando de la Guardia Civil. Si bien es cierto que la Gendarmería marroquí ha blindado el perímetro en el espigón fronterizo de El Tarajal, desde donde los nadadores saltan al mar, ahora estos últimos recorren a nado el trayecto desde Castillejos, el pueblo marroquí más cercano a Ceuta. Tal como se advierte en el vídeo, recorren a nado hasta tres kilómetros (dos millas náuticas) para alcanzar las costas españolas. Un peligroso periplo que puede durar hasta siete horas.
En paralelo, los centros de acogida de menores gestionados por el Gobierno local están saturados. La sobreocupación de estos centros agrava aún más la situación, ya que actualmente más de 500 personas se encuentran en estas instalaciones diseñadas para albergar a solo 132, y se prevé que este número pueda aumentar en las próximas horas. Similar es la situación en el Centro de Estación Temporal de Inmigrantes (CETI), donde un centenar de personas ha solicitado ser acogido tras haber logrado entrar de formar irregular en Ceuta. En este espacio, ya conviven más de 700 personas, una cifra muy por encima de la capacidad máxima.
Este lunes, la delegada del Gobierno en Marruecos, Cristina Pérez, ha lanzado un mensaje de «tranquilidad» pese a la «extrema» presión migratoria que soporta la ciudad autónoma. «El Estado va a colaborar en todo y ya estamos estudiando dónde dar cabida a más menores si fuese necesario», ha resaltado. «Madrid tiene constancia de todo lo que está ocurriendo, mi interlocución con los ministerios es constante, sobre todo con las Secretarías de Estado de Seguridad y Migraciones y la Dirección General de la Guardia Civil», ha señalado.
Cabe destacar que el Gobierno central y el canario tratan de buscar una solución para el reparto obligatorio de menores extranjeros no acompañados cuando las instalaciones están colapsadas en más de un 150% desde hace meses. Tras varios intentos sin éxito, solo han logrado pactar con el Partido Popular el reparto voluntario de unos 400 menores, cuando Canarias y Ceuta acogen a unos 7.000 más de los que pueden atender.
