Una abogada feminista es denunciada por llamar «varón» a una activista trans
Kevin Monrroy denuncia a Yasmina Lozano por unos comentarios que le recordaban que tiene pene
Ilustración de Alejandra Svriz.
Yasmina Lozano Prieto, una abogada feminista, ha sido denunciada por llamar varón a una persona trans, causándole un perjuicio psicológico por haberle recordado que no se ha hecho una vaginoplastia y aún tiene pene. En la denuncia, a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, Kevin Pablo Díaz Monrroy, que se cambió el sexo registral y el nombre a Kiara Monrroy con la ley trans, pide que se condene a Yasmina Lozano Prieto por injurias y acoso.
Los hechos que fundamentan la denuncia se remontan a abril de 2023, cuando Federación Plataforma Trans convocó un acto en el Centro de la Mujer de Getafe en el que participó Monrroy junto a Ángela Rodríguez Pam y Mar Cambrollé. Este fue boicoteado por feministas radicales que querían hacerles saber su descontento con la reciente aprobación de la ley trans. En la denuncia se señala a Lozano Prieto como una de ellas, pese a que esta tiene pruebas de que se encontraba en su casa, en León.
Monrroy, que por aquel entonces todavía se llamaba Kevin, subió esa misma noche un vídeo a Instagram en el que aseguraba que las «terfachas» (término peyorativo para referirse a las feministas contrarias a la «autodeterminación de género») persiguen a las mujeres trans «como los nazis perseguían a los judíos» en base al «pensamiento ideológico de que una mujer tiene que tener vulva».
Esto provocó que sus redes sociales se llenaran de comentarios críticos de las aludidas como «terfachas». Entre ellas, Lozano Prieto, que se refirió a Kevin como un «varón», y le envió publicaciones por mensajes privados «dirigiéndose a ella como señor», según recoge la denuncia. La denunciante también asegura que la feminista hizo «un llamamiento a través de redes sociales para que personas afines al pensamiento transfóbico» para que le llamaran «misógino» o «abusador».
La denuncia también adjunta como prueba de ese supuesto acoso un tuit en el que «aparece un pene como si fuera un bebé» y un comentario «transfóbico»: «Duérmete niñe, duérmete ya que si no vienen las terfas y te escrachearán».
La denuncia arguye que «todas estas publicaciones le han afectado psicológicamente, ya que le están recordando continuamente que no está operada de vaginoplastia». Esto es, que la denunciante admite que en ese momento tenía pene, se llamaba Kevin y figuraba como varón en el registro civil. En abril de 2024, un año después de los hechos denunciados, se cambió de sexo registral y de nombre gracias a la ley trans, y blasonó de ello en sus redes sociales: «Por fin».
Denuncia de Cambrollé
A la denuncia por injurias y acoso interpuesta contra Yasmina Lozano Prieto por Kevin Pablo Díaz Monrroy, ahora Kiara Monrroy, se le suma otra de Mar Cambrollé, presidente de la Federación Plataforma Trans, por delito de odio. Aunque la Policía no identificó a la denunciada en el escrache, por cuanto ella asegura que se encontraba en León, la denuncia de Cambrollé se fundamenta en una publicación en Instagram en la que agradece el boicot a las feministas.
«Bravas todas las compañeras que han estado hoy en Getafe en el acto de la Secretaria de Estado, Ángela Rodríguez Pam, pidiendo que escuche a las feministas. Compañeras, sois un orgullo para el Feminismo. ¡Gracias!», escribió Lozano.
«He sido denunciada por llamar señor a un hombre que se autoidentifica como mujer, que me acusa de publicar un meme supuestamente transfóbico y dice que estos actos le han perjudicado psicológicamente porque le recuerdan que no tiene la vaginoplastia. Además, me acusa de participar en un escrache en Madrid, aun existiendo atestado en el que se puede comprobar que no estoy identificada, dado que puedo demostrar que ese día yo me encontraba en León», resume Lozano.
Antecedentes
El caso recuerda, mutatis mutandis, la demanda del activista LGTBI Marcos Ventura, que se autopercibe mujer, contra la escritora feminista Lucía Etxebarria por llamarle «hombre». Finalmente, el juez la desestimó arguyendo que las manifestaciones de la demandada cumplían con «la necesaria constatación de una base fáctica suficiente sobre la que expresar la opinión pública», al gozar el demandante de estética y genitales masculinos.
La abogada de la demandada, Guadalupe Sánchez, celebró la sentencia por ser «un paso importante en la defensa y prevalencia de la libertad de expresión frente a quienes quieren imponer la censura fundamentada en cuestiones identitarias».
