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Los agentes del CNI en Barajas se retiraron la noche del 'Delcygate' por «orden de arriba»

El policía de confianza de José Luis Ábalos, Rubén Eladio, fue al aeropuerto de «avanzadilla del ministro»

Los agentes del CNI en Barajas se retiraron la noche del ‘Delcygate’ por «orden de arriba»

Pedro Sánchez (c), Delcy Rodríguez (i) y José Luis Ábalos (d). | Alejandra Svriz

El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) destina de manera permanente un grupo de aproximadamente diez agentes al aeropuerto de Adolfo Suárez Madrid-Barajas. En la madrugada del 20 de enero de 2020, fecha en la que la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, llegó a España, se produjo un hecho inusual. A pesar de que tenía prohibida la entrada en el espacio Schengen, se decidió que solo estuvieran en el aeródromo ese día «un par de agentes de la casa» –como se conoce en el argot policial al CNI–. Sin embargo, según informan fuentes de Inteligencia a THE OBJECTIVE, de manera sorpresiva se solicitó a los agentes que estaban desplegados en Barajas que se retiraran de la escena. Esta orden se produjo justo antes de la llegada del exministro de Transportes, José Luis Ábalos, y de que aterrizara el avión privado de la número dos de Nicolás Maduro.

La situación generó incertidumbre entre los agentes, que señalaron la falta de una explicación clara para la repentina orden de retirada. «La orden vino de arriba», aseguran las mismas fuentes en referencia a una orden política procedente «del Gobierno». En aquel momento, la directora del CNI era Paz Esteban, a la que el Gobierno destituyó en mayo de 2022 ante la exigencia de ERC por el espionaje al presidente catalán Pere Aragonès y otros líderes independentistas.

La orden de retirar a los agentes de los servicios secretos se produjo tras un cruce de llamadas de gran intensidad entre La Moncloa, Transportes, Interior y Exteriores. Aquella noche el exministro Ábalos recibió dos llamadas en su teléfono móvil. La primera, del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, tras saltar la alarma de la comisaría de Policía del aeropuerto de Barajas porque en el listado de pasajeros del vuelo privado que cubría la ruta Caracas-Madrid figuraba una persona que tenía prohibida la entrada en territorio europeo: la vicepresidenta de Venezuela, Delcy RodríguezLa segunda llamada fue del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que vertió su enfado en su ministro de Transportes y le instó a solucionar el problema. Según las fuentes gubernamentales consultadas, fueron Interior y Exteriores quienes alertaron a Moncloa de la existencia de sanciones de la UE sobre la número dos de Nicolás Maduro. 

Sánchez estaba informado

El exministro, también cabreado, llamó a su asesor Koldo García, y éste a su vez a Víctor de Aldama, comisionista cercano al Gobierno. «Le dijo que tenían que ir al aeropuerto», explican a THE OBJECTIVE fuentes cercanas a Aldama. La orden de Moncloa fue acudir de inmediato a Barajas para informar a Delcy de la suspensión de la agenda prevista durante un periodo de tres días, del 20 al 22 de enero, en la que se había previsto una «cena con sorpresa». Se da la circunstancia de que, tal y como ha publicado este periódico, entre las reuniones que realizaría Delcy durante su estancia en Madrid se encontraba también un encuentro organizado por Aldama con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero en una casa de la embajada de Venezuela en la capital.

Agenda de la visita de Delcy Rodríguez en España

De esa agenda, recogida en el último informe de la UCO incorporado al caso Koldo, se deduce que Ábalos no tenía previsto formar parte de la comitiva de bienvenida de la vicepresidenta venezolana: «Domingo 19. Llegada aeropuerto de Madrid sala de autoridades presencia policía y escoltas. Recogida y llegada al lugar». La presencia de miembros de seguridad y la ausencia de cargos gubernamentales revela el carácter discreto y secreto que pretendían darle a su llegada, pero confiriéndole un «trato de autoridad de Estado», según las fuentes consultadas. 

La ausencia de los agentes secretos permitió libertad plena de movimientos en el aeropuerto madrileño a los hombres de Ábalos. Diversas fuentes consultadas por este periódico revelan que Koldo y Aldama estuvieron en Barajas durante ocho horas aquella noche. El exministro abandonó Barajas alrededor de las 4 de la madrugada. Durante ese tiempo, los responsables de haber enviado la carta de invitación del secretario de Organización del PSOE a Delcy Rodríguez, Aldama y Koldo, gestionaron un trasiego de coches que llamó la atención de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Los testimonios de algunos de ellos relatan cómo «llegaron dos furgonetas procedentes de las embajada de Venezuela en España que trajo unas maletas y se llevaron otras». También tuvieron que gestionar la salida de Delcy de España: «Koldo intentó convencer a los pilotos venezolanos de que despegaran y se marcharan a otro destino. Se negaron, alegando que habían hecho sus horas y tenían que descansar. No tenían avión para meter a Delcy y sus dos acompañantes. Hasta que encontraron un avión comercial con destino a Doha, Qatar».

Rubén Eladio, la «avanzadilla del ministro»

Coincidiendo con la retirada de los agentes del CNI y antes de la llegada del ministro, hizo su aparición un nuevo personaje afín a Ábalos en la terminal de autoridades del aeropuerto: el policía de confianza de Ábalos, Rubén Eladio, llegó como «avanzadilla» y pidió despejar la zona porque ya «venía el ministro», aseguran las fuentes consultadas por este periódico. «Actuaba como su jefe de seguridad», añaden. Ábalos llegó acompañado de Koldo y Aldama. Rubén Eladio se dirigió al comisario principal Jesús María Gómez Martín, responsable del puesto fronterizo del aeropuerto, y le dijo: «Yo me encargo».

Un mes después, Ábalos destituyó al director de la Unidad de Emergencias y Coordinación y Gestión de Crisis del ministerio, Ignacio Alcázar, y nombró al inspector Rubén Eladio, asumiendo el control de seguridad de todas las empresas dependientes de Transportes, entre las que se encontraba AENA, en cuyas manos se encontraban entonces las grabaciones del circuito de seguridad del aeropuerto en la noche del Delcygate. En abril de 2020, el ministro de Transportes introdujo a Eladio en el Centro de Coordinación Operativo del Ministerio del Interior, que constituyó un mando único de las Fuerzas de Seguridad del Estado contra el coronavirus. Un poder creciente del llamado ‘señor lobo’ de Ábalos, que se coronó en junio de 2022 con el ascenso a jefe de seguridad del complejo gubernamental de Nuevos Ministerios. El comisario principal fue premiado con el cargo de jefe superior de Policía de Canarias. 

Ábalos pidió borrar las cámaras

Una de las claves del denominado Delcygate son las cintas de las cámaras de seguridad del aeropuerto de Madrid-Barajas. Tal y como ha publicado THE OBJECTIVE, el ministro José Luis Ábalos se afanó en intentar borrar a toda costa las cintas para eliminar posibles pruebas de su implicación en aquel asunto. En concreto, este periódico está en disposición de asegurar que, en los días posteriores al Delcygate, Ábalos citó en su residencia oficial como ministro al presidente de la empresa pública AENA, encargada de gestionar la seguridad en las pistas del aeródromo. Maurici Lucena acudió raudo a la llamada del ministro, pero la reunión no fue bien.

Ábalos exigió al responsable de AENA el borrado de las cintas de aquella noche, pero Lucena se negó. Según las fuentes consultadas, el por entonces secretario de Organización del PSOE montó en cólera tras escuchar al responsable de AENA: «Yo no puedo hacer eso, siento que se enfade, señor ministro». Acto seguido, abandonó el domicilio.

En febrero de 2020 ya se había judicializado el asunto porque el Partido Popular ya había presentado una denuncia sobre el caso con la intención de que el Juzgado de Madrid prohibiera al gestor aeroportuario el borrado del material audiovisual. Conforme a la normativa, si no mediaba una orden judicial, las grabaciones podían eliminarse a los 30 días según la ley de protección de datos. Pero nunca se destruyeron y siguen estando en manos del juez, a quien se las entregó AENA.

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