Interior blinda al mando del 'Delcygate' días antes de que el Supremo falle sobre su ascenso
Marlaska ha colocado a David Blanes en el único puesto de la cúpula en el que no es obligatorio tener rango de general
El ministro del Interior. | EP
El nombramiento del general de brigada David Blanes como mano derecha de la directora de la Guardia Civil, Mercedes González, en el Mando del Gabinete Técnico no se publicó este jueves en el Boletín Oficial del Estado (BOE) por casualidad. Tampoco el cese de quien ostentaba ese cargo, el general de división José Manuel Santiago. La designación de Blanes obedece a una estrategia del Ministerio del Interior perfectamente calculada para blindarlo en el puesto días antes de que el Tribunal Supremo se pronuncie sobre su ascenso de coronel a general, tras ser recurrido por el coronel Diego Pérez de los Cobos, jefe de la Comandancia de Madrid, aseguran a THE OBJECTIVE fuentes de la Guardia Civil.
La Sala de lo Contencioso Administrativo del Supremo deliberará y se pronunciará sobre este recurso el próximo martes 29 de febrero y, según señalan fuentes jurídicas, se espera que los magistrados estimen las pretensiones del coronel jefe de Madrid, al igual que ya hiciese el Alto Tribunal con la promoción de otros tres mandos el pasado mes de junio, al considerar que Pérez de los Cobos fue relegado frente estos tres últimos por una decisión «ilegal y arbitraria» del área de Grande-Marlaska. De modo que, insisten estas fuentes, es altamente probable que el Supremo anule el proceso y, por tanto, Blanes pase de general de brigada a coronel.
En Interior, sin embargo, este escenario estaba más que contemplado, revelan a este periódico fuentes del instituto armado. Y ante la previsión de que esto pueda ocurrir el martes, el Ministerio buscó hace tiempo una fórmula para mantener a David Blanes en la cúpula de la Guardia Civil pese a que pudiese ser degradado: designarlo para el único puesto en el que no es un requisito obligatorio tener el rango de general: el Mando del Gabinete Técnico. De este modo, pese a que descienda en el escalafón, Interior no se verá obligado a destituirlo ante un posible varapalo judicial, como sí ocurriría si estuviese al frente de una Jefatura de la Benemérita.
Mantendrá el mismo sueldo
De producirse este extremo, además, el general David Blanes no solo conservaría el puesto, sino también las retribuciones económicas, al no tener a ningún otro cargo jerárquico por encima. «En definitiva, se trata de premiarle una vez más y blindarlo para intentar aminorar las consecuencias de una sentencia condenatoria del Supremo», advierten desde la Guardia Civil.
Este mando, que hasta la pasada semana ocupaba la jefatura del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), ganó notoriedad en enero de 2020 por ser uno de los mandos al frente del operativo policial del Delcygate la noche en la que se produjo la polémica llegada de la vicepresidenta de Venezuela al aeropuerto de Barajas, pese a que tenía prohibido pisar suelo europeo. Blanes era teniente coronel y responsable de la Unidad Fiscal y Aeroportuaria de Barajas.
El ‘Delcygate’ y los ascensos de Blanes
A partir de entonces, este mando ha ido encadenando distintos ascensos. Seis meses después de la visita de la número dos de Maduro, en julio de 2020, aceptó hacerse cargo de la Comandancia de Madrid tras el cese del coronel Diego Pérez de los Cobos, apartado abruptamente por Grande-Marlaska por negarse a facilitar información al Gobierno sobre un procedimiento judicial. Fue durante ese mandato cuando Blanes entabló una relación de confianza con la entonces delegada del Gobierno en Madrid, Mercedes González, ahora al frente del instituto armado, revelan las fuentes consultadas.
El teniente coronel ocupó la jefatura de Madrid hasta el verano de 2023, cuando Interior se vio obligado a reponer a Pérez de los Cobos tras anular el Tribunal Supremo la destitución por ser ilegal. Para entonces, en julio del pasado año, el Ministerio acababa de ascender a David Blanes de coronel a general de brigada y, un mes más tarde, en agosto, ya tenía puesto para él: jefe del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, que ahora queda en manos del general de división Carlos Sarrión, tras ser cesado como jefe del instituto armado en Extremadura.
Recurso ante el Tribunal Supremo
La noticia de su ascenso en el escalafón provocó entonces un gran revuelo en el seno del instituto armado. Interior promocionó al general en tiempo récord, saltándose por encima a todos los coroneles de su promoción y de la anterior, con un ascenso promovido, además, cuando el Gobierno se encontraba en funciones. Blanes obtuvo una de las peores calificaciones en el concurso de méritos y capacidad. De los 52 coroneles que optaban a una vacante, en la fase teórica Blanes quedó en el puesto 39.
La mejor nota la tuvo, precisamente, Pérez de los Cobos. Esto motivó que el jefe de la Comandancia de Madrid recurriese la resolución de Interior por «entenderla contraria a derecho». Una cuestión sobre la que se pronunciará el Tribunal Supremo esta semana y que de beneficiar al coronel supondría su enésima victoria frente el Ministerio del Interior en la batalla judicial que emprendió hace tres años.
La polémica del DAO
Este nombramiento se produce en un contexto de tensión interna en el instituto armado, tras haberse visto salpicado por el caso Koldo a través del supuesto papel de distintos mandos en la trama criminal, según ha acreditado la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. Entre ellos, el comandante Rubén Villalba, al frente de una unidad en la Jefatura de Información, o el exdirector Leonardo Marcos que, según uno de los cabecillas, Koldo García, avisó a este de que estaba siendo objeto de una investigación policial y judicial poco antes de que se produjeran todas las detenciones.
A todo ello se suma la polémica que ha protagonizado en la última semana el director operativo de la Guardia Civil, el teniente general Manuel Llamas. El número dos mandó un mensaje el sábado pasado al máximo responsable de la UCO, el general Alfonso Malo, para interesarse por el contenido de dos memorias USB con «información sensible» sobre el presidente del Gobierno, en posesión de la citada unidad de élite. Un hecho que ha desencadenado indignación y malestar en el cuerpo por el «descrédito» que supone para la institución.
