Garamendi: «La reducción de la jornada laboral supone 12 días más de vacaciones pagadas»
El presidente de la CEOE lanza una llamada para que los partidos con vocación de Gobierno lleguen a un acuerdo
Antonio Garamendi (Guecho, Vizcaya, 1958) deja claro que tiene que haber una partida de dinero público para la Comunidad Valenciana que le ayude a recuperarse, pero advierte que «no hay que mezclar churras y merinas» y que esa partida es independiente de los presupuestos generales del Estado y del trámite que ellos conllevan. El patrón de patronos se muestra muy preocupado por las 40.000 empresas que han quedado asoladas tras la DANA, por los aranceles que pueden castigar a las empresas españolas en su relación comercial con EEUU y por el tono de «monólogo» que, a su juicio, pretenden dar al diálogo social desde el Ministerio de Trabajo. Antonio Garamendi está decidido a recabar apoyos en el Parlamento para tratar de impedir que se apruebe la reducción de la jornada laboral. Y añade: «Siempre digo de los callos a la madrileña… ¡Que me gustan más a la vizcaína! Pero ¿los impuestos? ¡A la madrileña, sí!».
P.- ¿Qué han trasladado al Rey, que recibió en Audiencia a una delegación de la CEOE, el pasado miércoles, tras los episodios de violencia y desesperación que se produjeron durante su visita a Valencia? ¿Qué percepciones e inquietudes le plantean los empresarios españoles al Rey?
R.- Lo primero, agradecer su cercanía. La sociedad tiene que agradecer a la Corona la cercanía que ha demostrado siempre y esta vez, con su actitud en Valencia, en los territorios afectados por la DANA, también. Además, se expuso lo que estamos haciendo los empresarios. Las empresas también estamos colaborando, aunque algunos digan que estamos haciéndolo todo fatal, están ayudando muchísimo. El mundo empresarial está ayudando, como ocurrió con el covid. Por ejemplo, gracias a las empresas, venían los aviones con el material sanitario. Y lo mismo está pasando en compañías eléctricas, lo rápidamente que se han puesto a resolver los problemas eléctricos, alguna compañía incluso regalando las calderas de gas… Los hoteleros de Benidorm y Valencia ofreciendo 500 habitaciones para para que la gente pueda estar alrededor. Otras compañías han cedido casas, se están enviando convoyes de ayuda… Lo digo porque hemos oído algún comentario que me parece lamentable, metiéndose con compañías, como queriendo culpabilizar a las empresas.
P.- ¿Han coordinado ustedes desde CEOE esas ayudas? ¿O han surgido de forma espontánea y se ha ido improvisando?
R.- Nosotros estamos coordinando muchos temas y, por otro lado, hay compañías que directamente lo están haciendo. El efecto de solidaridad ha quedado patente en la sociedad, es decir, cada uno con lo que puede: mucha gente con palas, todos los tractores de Alicante, de Castilla, etc., han ido a Valencia a ayudar. Lo primero que han entrado son los agricultores, que por cierto también han sufrido. Hay 20.000 hectáreas arrasadas en estos momentos. Por un lado, está ese tema, lo que es la ayuda y en lo que se ha trabajado. Luego, está también estos momentos qué es lo que está pasando.
P.- ¿Han calculado el impacto que suponen los efectos de la DANA para las empresas de las zonas afectadas?
R.- Se puede calcular que 40.000 empresas han quedado asoladas. Incluso ha habido pillaje, que es tremendo que haya pasado. Entre 50 y 60.000 vehículos son un siniestro total. Miles de casas de viviendas también… La situación es tremenda y todos nos hemos puesto en marcha. Por ejemplo, las compañías aseguradoras, las entidades financieras, se han adelantado y han dicho: estamos dispuestos a pagar los siniestros rápidamente, ofrecemos nuestros peritos para ir rápidamente. Ahora, el Consorcio Compensación de Seguros debería hacer los deberes y que nos deje agilizar los temas. Nosotros estamos dispuestos a poner encima de la mesa el dinero y arreglarlo ya. Este es un tema muy importante: el sector financiero . Y el Gobierno ha planteado unas ayudas, vamos a estudiarlas…
«Avisamos a nuestras organizaciones para que no pidan ERTE y se vean metidos en un lío luego»
P.- ¿Han consultado con la CEOE ese «escudo social», los ERTE, las bajas forzosas remuneradas, etc., o se ha considerado que se aplicarán las mismas o similares a las tomadas en el covid, que contaron con su apoyo?
R.- No, no se nos ha consultado y tengo que decir que esto no es el covid. Eso se lo hemos trasladado al Ministerio de Trabajo. En el covid hubo una orden ministerial, había una pandemia y había que quedarse en casa, pero el bar, el comercio, etc., estaba impoluto, incluso las viviendas. En este caso, lo referido a los ERTE, por ejemplo, habrá que verlo, porque si no hay empresa, si ha quedado arrasada (la mayoría son pymes que sirven a otras empresas o pymes de la zona) tampoco queda nada. Cuidado con decir que esto es como el covid. Es mucho más potente. Y vamos a ver si mantenemos el empleo tres años, si la empresa ha cerrado… Cuidado. Estamos avisando a nuestras organizaciones y aviso también a las empresas, para que no se lleven a engaño, pidan un ERTE y se vean metidos en un lío. A mucha gente puede que no le compensen los ERTE y tendrán que ir a ERE, o a otras posibilidades. Habrá que ver cómo se gestiona la recuperación económica, desde el punto vista empresarial. Esto no es el covid, se parece más al volcán de La Palma, porque desaparecen las casas, los negocios, las infraestructuras.
P.- ¿Hay que echar el resto con las infraestructuras públicas y su financiación?
R.- Tiene que haber una inversión muy grande de infraestructuras. Mire, del Plan Hidrológico Nacional, previsto desde el 2005- 2006, no se ha hecho nada. Son infraestructuras que hay que evaluar y hacer no solo en Valencia, sino más sitios de España para que estas cosas no pasen. Es genial que la gente se dé cuenta también de que la solución son las empresas. La solución pasa por que se recupere la zona cero y vuelva a haber empresas. Que algunos se preocupen de señalar con nombres y apellidos de empresas o marcas me parece grave y de una irresponsabilidad total.
P.- En estos días de voluntariado activo, se ha acuñado la frase «El pueblo salva al pueblo» ¿Están ustedes entonando una especie de «las empresas salvan al pueblo»?
«Reclamamos unidad, que ahora es clave»
R.- Las empresas han estado desde el primer minuto, ofreciendo casas y absolutamente todo, como los autónomos. Le pongo el ejemplo de los agricultores, que son autónomos y también tienen su representación dentro de CEOE, con sus organizaciones. En un país moderno, por supuesto, democrático y social y de derecho, como España, el crecimiento viene como consecuencia de la actividad privada, que es la que genera la riqueza, la que paga impuestos y crea empleo. El Estado somos todos, porque pagamos impuestos. Y otra cosa es el gestor del Estado. Y ahora lo que reclamamos y es clave es la unidad. No nos gustaría hablar de desunión: de si soy yo o eres tú, si el uno o el otro. Es un momento donde la sociedad pide sentido de Estado e instrumentos. Déjense todos de peleas personales, peleas de todo tipo. Eso es lo que demanda la gente de bien. Y cuando digo la gente de bien, nos incluimos todos.
«Debería haber una partida de dinero público para Valencia, independientemente de los presupuestos. No mezclemos churras y merinas»
P.- El Gobierno de Pedro Sánchez vincula, de algún modo, la aprobación de los presupuestos con la reconstrucción de la zona catastrófica afectada por la DANA. ¿Cree usted que hay que aprobar los presupuestos generales para poder reconstruir y reparar las zonas de la tragedia?
R.- Valencia tiene que tener su propio espacio y nosotros pensamos que Valencia tiene que tener su presupuesto y vamos a ver de dónde sale. Pero otra cosa son los presupuestos generales del Estado. Debiera haber una partida especial para Valencia, independientemente que podamos discutir o no el resto del presupuesto. Nosotros seguimos pensando que el Estado puede ser más eficiente. Lo digo así de claro. No tenemos que mezclar churras con merinas.
«Hago una llamada de atención para que haya grandes acuerdos entre los partidos llamados a gobernar»
P.- El Estado o las Administraciones del Estado (Gobierno y comunidades autónomas) deberían haber sido más eficientes en su respuesta a la tragedia de Valencia?
R.- No voy a entrar ahí, precisamente, porque si estamos hablando de sumar en buen sentido y apelando a la unidad, vamos a trabajar y, cuando pase el tiempo y tengamos tenemos más ordenado, la clase política que haga lo que tenga que hacer. Yo reclamo especialmente unidad de acción. Y yo creo que estas cosas nos tienen que llamar la atención, para romper esa ola de polarización, ese exceso de radicalidad en la política, en este caso española, que yo creo que no hace bien a nadie y que no ves cuando vas por la calle. Muchas veces, lo que estamos viendo en el ámbito parlamentario y político, se parece poco a lo que ves en la calle, cuando estás con gente que puede pensar diferente a ti. Esto es una llamada de atención, para que haya grandes acuerdos, especialmente entre los partidos llamados a gobernar, algo que ya ha pasado en la vida española. En ciertos temas, lo lógico sería un acuerdo importante.
P.- ¿Cree que los Fondos Next Generation podrían utilizarse para la reconstrucción y recuperación de las zonas afectadas por la DANA?
R.- Los empresarios europeos ya estamos trabajando. Me toca agradecer a todas las organizaciones empresariales europeas que han dicho «adelante» a lo que hacemos. Vamos a ayudar al Gobierno para trabajar o apoyar lo que sea necesario. Y evidentemente están los fondos, donde pueden encajar muchísimas cosas desde el punto vista de digitalización. Reconstruir pensando en la innovación, digitalización y la sostenibilidad. Hay también una parte importante de fondos que ya están, que se van a poder utilizar para proyectos realmente innovadores.
P.- ¿Qué impacto y repercusiones más inmediatas puede tener la victoria de Donald Trump para la economía y las empresas españolas?
R.- EEUU es uno de los países más importantes para nosotros, concretamente, desde el punto de vista de las inversiones extranjeras, EEUU supera los 80 millones de euros y va en ascenso. No solo hablamos de EEUU, sino del «efecto México», que está influido por EEUU. Hay 2800 empresas españolas instaladas permanentemente en México. EEUU es muy atractivo desde el punto de vista de la seguridad jurídica y la estabilidad regulatoria y todo el planteamiento de las empresas. Vamos a ver cuál es alcance de este cambio de Gobierno. Nosotros ni entramos ni salimos y no tenemos nada que decir al respecto de lo que eligen los estadounidenses.
Aranceles en EEUU: «Vamos a estar expectantes a ver qué es lo que pasa»
P.- Como presidente de la CEOE y vicepresidente de la patronal europea, ¿le preocupan la política proteccionista y los aranceles que pueda fijar el nuevo equipo de Gobierno de Donald Trump en EEUU?
R.- No sería una buena noticia, no solo para España, sino también para Europa. Es muy importante la propia relación de Europa y el liderazgo de Estados Unidos, que es fundamental en el mundo libre. Vamos a estar expectantes a ver qué es lo que pasa.
Reducción jornada laboral: «Queremos que se respeten los convenios»
P.- ¿Tiene sentido seguir hablando de la reducción de la jornada laboral ahora, cuando hay miles de empresas en la Comunidad Valenciana, que han desaparecido o van a necesitar ayudas y tiempo para salir adelante?
R.- No tiene sentido, ni ahora ni hace una semana. Desde el año 78, hay una cosa que se llama el diálogo social. En el año 78 se aprueba la Constitución Española, que en su artículo 37.1 dice que la ley protegerá y respetará los convenios colectivos. Lo dice con toda claridad. En España, hay prácticamente 4.500 mesas abiertas y convenios colectivos por sectores, por territorios, trabajos, empresas. Ese es el diálogo social tripartito, que yo siempre he dicho que es la mejor infraestructura que tiene un país, porque es la paz social que tenemos. A pesar de que en política todo el mundo está tirándose los trastos, luego el país funciona y, aunque a veces tenemos nuestras dificultades, hemos llegado a 21 acuerdos desde que yo soy presidente de la CEOE. Así que también tendré derecho a decir: «Esto no lo comparto», porque esto no es el diálogo. Queremos que se respeten los convenios.
«La reducción de la jornada supone 12 días más de vacaciones pagadas al año»
P.- ¿Viola la reducción de la jornada laboral todos los convenios firmados y el Acuerdo Nacional de Convenios (ANC)?
R.- Lo mínimo que se podía hacer, antes de empezar a hablar de la reducción de la jornada a 37,5 horas, es garantizar que se cumplen los convenios ya firmados, porque si no estamos rompiendo absolutamente la confianza, el diseño de esa paz social que decía. En junio firmamos el ANC, que tenía una escala de salarios en un periodo de tres años (2023,24 y 25). En un convenio, básicamente, lo que se negocia son los salarios y la jornada. ¡Hombre! que no lleguemos ni a la mitad del acuerdo y ya te estén diciendo que no vale… Ese recorte son 12 días laborables pagados, más allá de las vacaciones.
P.- ¿Se plantean ir a los tribunales precisamente por eso, porque es algo protegido por la Constitución y se estarían vulnerando todos los convenios?
R.- No, no, pero bueno, veamos primero si sale o no sale adelante
P.- Suponiendo que se apruebe…
R.- Bueno, no es tan fácil… Los temas constitucionales deben ser llevados ante el Tribunal Constitucional. Nosotros no tenemos capacidad de acudir al Tribunal Constitucional. De momento, estamos en el planteamiento. Ahora mismo, la jornada laboral es de 38,5 horas, pero en realidad, se contabiliza en 34,5 horas, si tenemos en cuenta el absentismo laboral.
«El absentismo laboral es un problema grave y se ha duplicado»
P.- ¿Lo han planteado a la ministra de Trabajo en sus reuniones?
R.- Mire, el absentismo está ahí y es un problema grave, que se ha duplicado. Y cuando queremos hablar de absentismo, parece que no se puede hablar con el ministerio. Pero es que es un problema de todos. Hay una parte que hay que analizar, que es cómo mejoramos la salud de la gente y otra parte que es otro tipo de absentismo, casi profesional…
P.- Aseguran desde el Ministerio de Trabajo que la reducción de la jornada laboral va a ir acompañado de un aumento de la productividad…
R.- Sinceramente, no sé de dónde se ha sacado que a menos horas, más productividad. Depende de qué sectores, de la inversión tecnológica, etc. Sin embargo, cuando el 98% de las empresas españolas son pymes y autónomos y la mayoría está el sector servicios, o el turismo, pues no sé cómo, a menos horas, más productividad… porque no se da. Y por eso le dije a la ministra que por qué no en vez de 37,5 horas no se reduce a 20 horas si la cuestión es menos horas más productividad.
Diálogo social: «No he visto un diálogo que se parezca más a un monólogo en mi vida»
P.- En todo caso, su rechazo a la propuesta o ultimátum de la ministra se considera un rechazo del empresariado al diálogo social…
R.- A ver, yo no he visto nunca una mesa de negociación donde entres con el final del partido anunciado. Es como si te invitan a un partido de fútbol y te dicen mira, lo vas a pasar fenomenal, vas a perder cinco-cero. Verás al árbitro vestido del equipo contrario, tus porterías serán grandes y las del rival, pequeñas. Yo no he visto un diálogo tan monólogo en mi vida, porque es un auténtico monólogo social. Y ya el último ha sido un «triultimátum», porque ya es el tercero. Yo no puedo discutir la legitimidad del gobierno de legislar y no lo voy a hacer, pero sí reclamo la legitimidad nuestra de poder decir lo que pensamos. Y hemos dicho que no (a la propuesta de reducción de la jornada laboral), son los planteamientos que hacemos y que se hacen. Creo que quienes los hacen no han tenido una empresa ni conocen el mundo real para nada.
P.- ¿Y eso se refleja en los papeles que aportan?
R.-La realidad es que el primero y el último papel lo hemos recibido hace diez días y llevamos desde no sé cuándo hablando de este asunto.
P.- El presidente de CEPYME, Gerardo Cuervas, dijo hace unos meses que el Gobierno es «intervencionista, cortoplacista e intransigente» y que legisla contra el empresario. Después de este último episodio en torno a la reducción de la jornada laboral ¿Suscribe usted sus palabras?
R.- Creo que en España sobran las palabras gruesas, la radicalidad… y, desde luego, mientras yo sea presidente, nuestra línea, es una línea clarísima de criterios, pero con una moderación enorme en las formas y los tiempos, porque creo que es lo que la sociedad demanda. Yo no voy a ponerle una etiqueta al Gobierno, porque mañana seguimos sentados en la mesa. Vamos a seguir sentados en las mesas y pendientes de esas palabras gruesas, que pueden venir de enfrente. Yo no voy a contestar, porque nosotros estamos -insisto- para sentarnos, para trabajar. Los partidos, que se dediquen a lo que sea. Nuestra obligación con la sociedad y con las empresas es abordar medidas, con seriedad. Pero yo me abstengo de hacer descalificaciones, porque eso no va a ningún sitio.
«No voy a llamar nunca a un paro patronal. Me parecería un error»
P.- Recientemente, sin palabras gruesas, pero con firmeza, las pymes han amenazado con promover un paro patronal, por ser las más afectadas por la reducción de la jornada laboral que pretende aprobar el Gobierno….
R.-Bueno, paro patronal… Cuando un sindicato plantea un paro, los trabajadores tienen su sueldo. Una pequeñita empresa o un comercio no pueden cerrar. ¡Bastantes problemas tienen como para encima quedarse un día sin ingresos, pagando los salarios, gastos, etc.! Yo no voy a llamar nunca a un paro patronal. Me parecería un error. Nosotros no estamos en esa dinámica y vamos a tener cuidado con decir que estamos de acuerdo con estas cosas. Yo soy más partidario de la huelga a la japonesa ¿sabe? Es decir, voy a trabajar, a seguir trabajando y seguir planteando los temas. Pero el término «paro patronal» en esta casa no lo tenemos.
P.- En todo caso, la reducción de la jornada laboral la tienen que aprobar en el Parlamento. Como ha ocurrido con el impuestazo a las energéticas, que ha decaído por la oposición del Junts y el PNV, ¿tiene esperanzas de que estos partidos paren con su voto la reducción de la jornada laboral?
R.- Nadie ha discutido nunca ni le ha parecido mal que los sindicatos dijeran que la reforma laboral que hizo la ministra Fátima Báñez había que derogarla durante años. En cambio, parece un espanto, un horror, que digamos nosotros que nos parece mal esto. Lógicamente, si nos parece mal, por responsabilidad, lo tenemos que decir. Y tenemos legitimidad para hacerlo. La misma que tenemos todos para hablar de lo que nos dé la gana. Parece que en el Ministerio han dicho que si vamos a hablar con los partidos… ¡Claro que vamos a ir a hablar con los partidos! ¿Cómo no vamos a ir a hablar con los partidos? Y hablaremos con el que nos quiera escuchar, porque es nuestra obligación. Si afortunadamente una mayoría del Parlamento ve que no es adecuado este planteamiento, entenderíamos totalmente no se aprobara.
P.- Por otra parte, el nuevo impuesto a los hidrocarburos acaba afectando a todo…
R.- Ahora, con el tema de Valencia, parece que se mezclan las cosas, pero es que los impuestos generan un problema muy grave. Se ha visto en el tema de las energéticas, como Repsol, que ya ha anunciado, inversiones en Portugal. Estaban en juego inversiones en el País Vasco, Tarragona y Vizcaya. Y Cepsa, con el famoso tema del hidrógeno verde, perdió dinero, en 2023. Tuvo pérdidas como consecuencia del impuesto. Y Cepsa tiene un proyecto encima de la mesa en Huelva de 3.500 millones de euros de inversión. Evidentemente, si esto sigue adelante… En España tenemos la gran suerte que tenemos multinacionales españolas, donde la mayoría de esos dividendos o sus beneficios vienen de fuera, donde el efecto sede es clave y donde parece que ahora se está marcando un hito, porque el político te dice si has ganado mucho o poco, si cuanto más ganes, mejor, más ganarás espacio en el mundo global, más invertirás, más generas empleo, mejores salarios pagarás, pagarás más impuestos, pero pagarás más impuestos por beneficios, no por facturación. Nosotros no estamos diciendo que no haya que pagar impuestos para nada, al contrario, queremos que la gente pague, porque el gran drama de España es que en España el 24% de la economía es sumergida.
«Prefiero los callos a la vizcaína, pero los impuestos… ¡a la madrileña!
P.- ¿Y eso obliga a pagar más impuestos a la economía en A?
R.- La economía sumergida en Europa es como el 13 o el 14 %, o sea que, en España, de cada cuatro españoles, uno no paga. Y yo creo que rompe ese mito de que tenemos una menor presión fiscal. Y es «verdad», pero lo digo con comillas, porque si divides lo que se recauda por el número de españoles tenemos menor presión fiscal, pero si divides lo que se recauda por el número de españoles que pagamos, la presión fiscal es mucho mayor. Curiosamente, en Madrid, donde dicen que los impuestos tal y cual… La economía sumergida creo que está en el 15%. Porque cuando los impuestos son razonables, hay menos impacto para pagarlos.
P.- ¿La fiscalidad de la Comunidad de Madrid es la razonable y la que debería adoptar el Gobierno de Sánchez?
R.- Yo siempre digo de los callos a la madrileña… ¡Que me gustan más a la vizcaína!, pero ¿los impuestos? ¡A la madrileña, sí!