La Fiscalía cerca al coronel de antiterrorismo y a siete agentes por su papel en la trama Koldo
El fiscal pone el foco en una reunión entre el mando, Ruben Villalba y Koldo García cuatro meses antes de las detenciones
La Fiscalía ha pedido citar como testigos en el caso Koldo a ocho agentes de la Jefatura de Información de la Guardia Civil para dilucidar qué papel jugaron en la trama criminal que investiga la Audiencia Nacional. Todos ellos están relacionados con el comandante investigado, Rubén Villalba. Uno es su superior, el coronel jefe de la Unidad Central Especial 2 (UCE-2), especializada en terrorismo internacional, y los otros siete eran subordinados del mando imputado por cohecho y organización criminal.
En un auto al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, el Ministerio Público da cuenta de las tareas que todos estos agentes realizaron para dar cobertura a los cabecillas de la trama, Koldo García y Víctor de Aldama. Eso sí, supuestamente siempre bajo las órdenes de Villalba, que habría ocultado el trasfondo ilícito de estos trabajos al resto de guardias civiles.
En su informe, la Unidad Central Operativa (UCO) acredita que los agentes proporcionaron a la organización distintas medidas de seguridad, desarrollando contravigilancias en favor de Koldo García y Aldama: seguridad en las comunicaciones, requisas, inspecciones en oficinas e incluso consultas en las bases de datos policiales a las que tenían acceso. De hecho, los agentes incluyeron a Aldama en el sistema de confidentes durante al menos dos años para saber si otra unidad del cuerpo le investigaba, a petición del comandante. Y sabían que la UCO le investigaba al menos desde 2022 por distintas alertas en el sistema.
El papel de los guardias civiles
Por otro lado, el Ministerio Público también tiene en cuenta los pagos que la trama realizaba al comandante, en muchos casos a través de subordinados que recogían el dinero en persona: miles de euros que después algunos de los agentes de antiterrorismo transferían o ingresaban en las cuentas que les indicaba Villalba bajo distintos conceptos como «viaje Italia» o «viaje Israel». Por parte de los investigadores, dice el fiscal, se evidencian ingresos en efectivo de origen desconocido por valor de 139.899 euros en cuentas de Villalba o de su entorno, «a los que habría que sumar al menos los 6.150 euros que fueron transferidos por parte del agente 5 (…) lo que daría un total de 145.049 euros».
A estas entradas se añaden, por ejemplo, otras de los agentes 4 y 7 de 2.000 y 1.000 euros, respectivamente. Y del agente 6, que según el escrito de la Fiscalía, habría llegado a recoger cinco o seis entregas de dinero, «haciendo una cuantía total de entre 10.000 y 12.000 euros». Todos estos pagos, según explican los investigadores, obedecían a los servicios de seguridad que los guardias civiles de antiterrorismo proporcionaban a la trama. La UCO, sin embargo, ha acreditado que, en el periodo 2021-2023, Rubén Villalba ingresaba más dinero desconocido del que retiraba. De este modo, señala que habría obtenido un beneficio de hasta 88.000 euros.
13 agentes de antiterrorismo
En un principio los trabajos que realizaron los agentes para la trama no estaban fuera de lo permitido por la Jefatura de Información, al ser en ese momento Aldama un confidente de la Guardia Civil. De hecho, cuatro de los agentes declararon en el transcurso de las pesquisas y aseguraron, según indican fuentes próximas a esas pesquisas, que cumplieron órdenes de superiores.
Distinto, sin embargo, es el escenario que se abre para el resto de guardias civiles. El informe revela que fueron hasta 14 los funcionarios policiales que trabajaron directa o indirectamente para la organización criminal a través de Rubén Villalba. Ahora, la Fiscalía ha pedido citar como testigos a ocho de ellos: al agente 1, agente 4, agente 5, agente 6, agente 7, agente 9, agente 12 y al agente 14.
Entre todos ellos, la Fiscalía destaca al agente 1, el superior de Villalba, el jefe de la UCE 2, el coronel Francisco Javier Vázquez, según puede deducirse de las distintas llamadas y conversaciones intervenidas por la UCO. Para justificar su declaración como testigo, el Ministerio Público señala el hecho de que Koldo García y Víctor de Aldama tuviesen conocimiento de la investigación que se estaba desarrollando sobre ellos meses antes de su detención. Un chivatazo que habría sido posible gracias al papel que jugaba Rubén Villalba en la trama como pata de seguridad, pero que, según diversos mensajes, podría implicar también al coronel de antiterrorismo.
Del análisis del terminal móvil de Rubén Villalba, los investigadores han obtenido una captura de pantalla de una conversación que habrían mantenido Villalba y el agente 1 el 13 de noviembre de 2023, esto es, cuatro meses antes de que explote la operación Delorme, en la que este último le dice a Villalba que puedan tener un encuentro con Koldo García: «Dile a cafetera que si está la semana que viene, echamos un café. Si le viene bien. Yo regreso el sábado».
«Dile a cafetera…»
Este mismo dispositivo contiene otra captura de pantalla de conversación de WhatsApp entre estas dos personas, que habría sido efectuada por el coronel jefe de la UCE-2. En la misma se observa, señala la Fiscalía, como Villalba le confirma a su superior que «le ha escrito a cafetera». Posteriormente, los agentes intervienen otra llamada el 15 de diciembre, en la que se deduce que se ha producido ese encuentro y el agente 1 comenta con Villalba los problemas que pueden surgir tras haber colaborado con la trama:
«Joder el Koldo cabreado como una mona, Víctor de Aldama cabreado como una mona, pensando que encima les hemos hecho una croqueta. Es que el problema es que ellos están pensando, o han pensado que todavía les hemos hecho una croqueta, joder que hemos estado con ellos y ahora que sabíamos que les iban a detener, que nos hemos quitado del medio, que les hemos dejado tirados, están cabreados, están cabreados como una mona. Entonces hombre, dentro de ese cabreo lo que no quiero es que empiecen a echar mierda, que ahora empiecen, pues es que Rubén, no sé qué, pues es que no sé cuantos, es que, ¿sabes? O sea, tenemos que evitar es eso, que de algo que hemos hecho con normalidad, ahora por su cabreo, cojan y nos salpiquen», señala Vázquez.