El arresto del jefe antiblanqueo con 20 millones impacta en la Policía: «Nadie sospechaba nada»
Los investigadores creen que el jefe de la UDEF en Madrid estaba integrado en la red de narcos desde hacía siete años
Los investigadores fueron los primeros impactados. Después, las más altas instancias policiales. «Era extremadamente tímido, nadie sospechó nunca nada. A veces era incluso tacaño», revelan a THE OBJECTIVE distintos mandos y agentes policiales. Creían conocer al que era su compañero, jefe o incluso subordinado, pero no era así. Detrás de esa tacañería, de esa discreción, se escondía toda una trama familiar de la que Óscar Sánchez Gil, inspector jefe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Jefatura Superior de Policía de Madrid, se valía para copiar precisamente aquello que debía perseguir: blanquear todo el dinero que recibía del narcotráfico por permitir que cargamentos de droga entrasen a España sin ningún tipo de problema.
Los investigadores de la Unidad de Asuntos Internos, que cazaron al jefe antiblanqueo con 20 millones emparedados en un chalet de su propiedad en El Viso de Villalbilla (Madrid), y al menos otro millón escondido en su despacho de la Policía Nacional, creen que el inspector comenzó esta operación desde hace al menos siete años, cuando su cuñada, también detenida, al igual que su mujer, agente de Policía Judicial en Alcalá de Henares, creó la primera empresa dedicada al negocio de las licencias VTC para lavar el dinero del tráfico de droga. En la actualidad, esta familiar era propietaria directa o indirectamente de hasta 70 licencias a través de distintas empresas, para las que la organización criminal utilizaba a distintos testaferros.
Ese no era el único sistema que empleaba el jefe antiblanqueo de Madrid para dar salida a todos los millones de euros que recibía del narcotráfico. La organización criminal tenía fijado un centro de operaciones en Alcalá de Henares. Concretamente en un chalet, situado en una urbanización de lujo, de más de una hectárea, en el que guardaba una gran flota de vehículos. Los agentes de Asuntos Internos intervinieron hasta un centenar de coches de alta gama: Porsche, Lamborghini… Una serie de bienes, valorados en varios millones de euros, que la trama habría adquirido para blanquear las mordidas recibidas por la red de narcos.
Un falso techo y una pared falsa
La gran cantidad de dinero que ocultaba el inspector Óscar Sánchez en su vivienda, así como las amplias medidas de seguridad con las que contaba para proteger esa ingente suma de billetes —agentes de operaciones especiales estuvieron doce horas trabajando con radiales para poder llegar hasta el dinero, que el narcopolicía guardaba en un falso techo de una estancia en la entrada y en una falsa pared en otra habitación—, llevan a los investigadores a pensar que el mando policial no solo era un eslabón de la red de narcotráfico, sino que era uno de los principales integrantes. Y que incluso podría ser el guardián de los beneficios de la organización criminal.
Lo que sí tiene claro la Policía es que el papel del inspector jefe era el de facilitar la descarga de droga burlando los controles en los puertos. Para ello, se valía de su larga trayectoria en Brigada Central de Estupefacientes y contra el Crimen Organizado (UDYCO), en la que durante 10 años se había encargado de perseguir la venta de droga a través de la dark web así como de realizar de gestiones de documentación para integrantes de redes criminales. Los investigadores creen que fue allí, en ese departamento, donde estableció los primeros contactos con los narcos.
15 implicados
Su arresto se desencadenó como consecuencia de una operación desarrollada a finales de octubre en la que los agentes se incautaron de 13 toneladas de cocaína en Algeciras, el mayor alijo de este tipo intervenido en la historia de España. Hasta ahora, la Policía investiga a 15 personas. El titular del Juzgado Central de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional encargado del caso envió a prisión provisional a todos ellos. El juez les imputa delitos de tráfico de drogas, cohecho, blanqueo, organización criminal y omisión del deber de perseguir delitos, y ha decretado la causa bajo secreto de sumario.
Fuentes policiales advierten de que se trata de una gran estructura de negocio bien engrasada, en la que también habría implicados distintos abogados españoles, que aún no han sido detenidos, pero que estarían bajo el foco de las pesquisas. Los investigadores creen que todavía queda mucho dinero por encontrar. Sí descartan que haya más policías implicados, aunque algunas voces dudan de que toda la operativa que realizaba el mando investigado pasase inadvertida durante tantos años.
Fuentes próximas a la investigación insisten en el «impacto» que esta operación ha supuesto para los mandos y, en concreto, para la cúpula policial. Óscar Sánchez era un hombre sumamente reservado, conocido por su buen hacer tanto en antiblanqueo como en antidroga, las dos unidades en las que ha trabajado como responsable desde que entró en el cuerpo, en 2007, hace 17 años. Mantenía una vida falsamente austera y aparentaba incluso ser algo tacaño, cuando en realidad vivía rodeado de millones de euros y era un presunto capo del narcotráfico, aunque todavía queda por desentrañar hasta donde alcanzaba su poder en la trama.