THE OBJECTIVE
El buzón secreto

Aldama, el Gobierno, la CIA, el MI6… Verdades y mentiras

«Una fuente de inteligencia» ataca a Aldama por no saber lo que dice y tampoco él o ella lo sabe

Aldama, el Gobierno, la CIA, el MI6… Verdades y mentiras

Ilustración de Alejandra Svriz.

Víctor de Aldama se presentó a declarar ante el juez que podía decretar su salida de prisión como un ciudadano vinculado a algunos de los más importantes servicios de inteligencia del mundo. La chufla fue la respuesta generalizada por parte de los miembros del Gobierno y del PSOE. Un nuevo pequeño Nicolás, argumentaron. Un parecido traído a colación con la intención de desprestigiar su larga lista de acusaciones, que implicaban en todo tipo de delitos a lo más granado del entorno del presidente Pedro Sánchez.

Aldama aseguró haber formado parte de la UCE2, la unidad de la Guardia Civil que lucha contra el terrorismo. Y que gracias a esa ayuda prestada, le otorgaron una medalla. Eso no le convierte en miembro de esa unidad, para lo que obviamente hay que ser guardia civil, pero ser confidente o colaborador crea un vínculo no laboral, pero vínculo al fin y al cabo. 

Posteriormente desveló que el CNI español preparó, en enero de 2020, la visita ilegal a España de la mandataria venezolana Delcy Rodríguez siguiendo órdenes del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Grave error. El CNI pudo preparar esa visita, incluso su especialidad en diplomacia secreta hace lógica su presencia, pero decir que se lo ordenó el ex juez y ahora ministro es un fallo grave. Margarita Robles, la ministra de Defensa y responsable política del servicio secreto, jamás habría delegado sus competencias en otro juez en excedencia como ella.

Para colmo, Aldama afirmó sin rubor que había tenido contactos, había colaborado, con dos de los servicios secretos internacionales más importantes: la CIA estadounidense y el MI6 inglés.

«Una fuente de inteligencia» mal informada

Estas declaraciones en el terreno del espionaje abrieron la autopista a los miembros del Gobierno para criticarle e intentar invalidar la totalidad de sus declaraciones que acusaban de delitos graves a muchos socialistas. En ese momento apareció por los medios de comunicación un informante al que identificaron, o quizás se definió él o ella así, como «una fuente de inteligencia». Yo casi nunca utilizo ese calificativo, prefiero especificar CNI, Policía o Guardia Civil, pero acepto el genérico para referirse a oficiales de inteligencia o cargos políticos de cualquiera de esos centros.

Lo que me alucina es que alguien que vive en esos mundos cometa errores de cierta gravedad, de primero de espía. El primero es negar las relaciones de Aldama con la Guardia Civil, la CIA y el MI6. Decir que son falsedades es un riesgo que no correrían los muchos espías que he conocido en mi carrera, porque es imposible conocer las vinculaciones de una persona concreta en el mundo secreto del espionaje. 

Esta fuente de inteligencia que habló con varios medios llegó a repetir el mismo mensaje de los políticos contra Aldama: se había convertido en un nuevo pequeño Nicolás. Un joven mentiroso compulsivo empeñado en autodefinirse como «Charlie», desconociendo que los espías españoles nunca se han llamado así y que son algunos policías malintencionados los que los definen de esa forma peyorativa. Francisco Nicolás Gómez Iglesias mintió y mintió hasta que, ante las condenas judiciales que le iban a caer, optó por ampararse detrás de un trastorno de la personalidad.

El segundo error de esa «fuente de inteligencia» que intentó desprestigiar el testimonio de Aldama hace relación con el MI6. Manifestó esa persona que el corruptor de políticos utilizó un término antiguo para referirse al espionaje exterior inglés, que actualmente se le conoce como SIS, Servicio Secreto de Inteligencia. Lo siento mucho, pero esto se llama una cagada. Una fuente de los servicios de inteligencia o información jamás cometería este error: el término antiguo es SIS —que todavía se sigue utilizando— y el más actual es MI6.

En su defensa, Aldama filtró una foto de una cacería en la que aparecía con el jefe de la UCE2, con el agregado del FBI y con el jefe de estación de la CIA. Una prueba de la veracidad de su testimonio. Aunque, para ser exactos, cazar con esos tres no le convierte en colaborador de la Guardia Civil, la CIA y el FBI. Igual que a Corinna Larsen, la exnovia del rey Juan Carlos, aparecer en una foto de una cacería con el jefe del CNI, Alberto Saiz, no la convertiría en colaboradora del servicio secreto español.

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