Varios mensajes de Ábalos le implican en la concesión de la licencia a la trama petrolera
Los documentos en poder de TO relacionan directamente al exministro de Transportes con la trama de los hidrocarburos

Una captura de pantalla de los mensajes del chat de Ábalos. | TO
Los investigadores de la Guardia Civil no albergan dudas de que el ministro José Luis Ábalos obtuvo determinadas prebendas a cambio de mediar para la concesión de una licencia de operadora de hidrocarburos a la sociedad Villafuel SL, dirigida en la sombra por Claudio Rivas y Víctor de Aldama en su papel de «codirectores» del complejo entramado diseñado para defraudar el pago del IVA en la compra-venta de combustibles. Entre los pagos se investiga la compra del chalé de La Alcaidesa en Cádiz, un alquiler con opción a compra que en realidad supone un regalo encubierto para el exministro; los pagos de 90.000 euros en efectivo en la sede del PSOE en Ferraz, y un total de 600.000 euros en transferencias.
Sin embargo, aunque existen «indicios bastantes» de su presunta integración en organización criminal, tráfico de influencias, cohecho y malversación, las pruebas que hasta ahora constan en la investigación se limitan al contrato de alquiler con opción a compra del chalé de Cádiz en junio de 2021, un mes antes de salir del Gobierno, y otro contrato similar firmado a Aldama para el piso de 2 millones de euros en La Castellana.
Por ello, los documentos que obran en poder de THE OBJECTIVE son de extraordinaria trascendencia para la investigación judicial en la medida en que implican directamente a José Luis Ábalos en el entramado diseñado para conceder la licencia a Villafuel y lograr ejecutar su plan para defraudar el IVA. El primero de ellos trata de una serie de mensajes de WhatsApp fechados el 19 de enero de 2022, seis meses después de su salida del Gobierno, que le envía uno de los empresarios inmerso en el entramado financiero al exministro José Luis Ábalos, con quien mantenía negocios desde finales de 2020, concretamente en el sector de los hidrocarburos.

«Desde que os he conocido os he advertido, en nombre de mi grupo, contra cualquier interés económico, para que los defraudadores del combustible sigan haciendo fechorías y por suerte me habéis hecho caso: Villafuel no va a ser operadora por mucho que esponsorice al Zamora, tome acciones en los restaurantes de las torres o mantenga el alquiler de una casa para el que fue ministro de Fomento», advirtió este empresario a Ábalos ocho meses antes de que fallaran sus pronósticos y la operadora de Rivas y Aldama obtuviera la licencia definitiva que le permitió defraudar, al menos 182 millones de euros, más los 74 millones más que, según la UCO, disponían en el extranjero, entre Portugal, China y Colombia.
«Acabo de decidir no acompañaros en esta aventura»
La comunicación enviada a quien fuera ministro de Transportes, reconoce, por tanto, que fue Villafuel, es decir, Claudio Rivas y Víctor de Aldama, quienes sufragaron la estancia de Ábalos en el chalé de Cádiz, que se realizó con el modus operandi empleado por la trama, un alquiler con opción a compra, a través de la empresa Have Got Time, administrada por Leonor González Pano, hija de la empresaria Carmen Pano, que desveló a este periódico en exclusiva que el inmueble fue un regalo encubierto para el exministro. Un extremo que ahora confirma este mensaje al que ha tenido acceso este diario en exclusiva.
El emisor del mensaje pretendía con el mismo informar de que anulaba su participación en un viaje de negocios a Guinea, que adelantó THE OBJECTIVE en noviembre de 2021, y en el que participó José Luis Ábalos apenas tres semanas después de ser destituido, junto al ginecólogo y empresario, Ignacio Palomo, -exmarido de una exministra del presidente del país, Teodoro Obiang-, Koldo García Izaguirre, y la pareja del exministro, Andrea De la Torre Maeso. El motivo por el que este empresario causaba baja en el citado desplazamiento es confuso, pero deja entrever su malestar porque no se cumplen los requisitos técnicos de la empresa para la que se había ideado él mismo y que sufragaba el citado empresario.

«Analizando el proyecto me he dado cuenta de que mi aportación es un barniz que encubre un montón de proyectos de los que no tengo ningún interés particular por lo que acabo de decidir no acompañaros en esta aventura», informa en un primer momento mostrando sus reticencias sobre determinadas cuestiones que prefería no concretar, pero que le generaban inquietud, como él mismo añadía a continuación. «No tengo ningún interés en hacer negocios por encima de mi pequeño pero muy trabajado prestigio profesional», advirtió en una extensa comunicación a Ábalos y al resto de los participantes en la expedición guineana. Y en relación con la concesión de la licencia a Villafuel, este experto en el sector de los hidrocarburos desde hacía varios años, añadió: «Es difícil de creer, pero me gusta conseguir mis proyectos por solvencia y no por humo».
Ábalos: «No entiendo nada»
La respuesta de Ábalos, media hora después de la emisión del primer WhatsApp, fue una evasiva: «No entiendo nada. Siento que no es que me haya perdido algo, sino que no me he enterado de nada». Algo que los empresarios conocedores de las comunicaciones interpretaron como una forma de «evitar dejar rastro» para no evidenciar su implicación y papel «principal» en la concesión de la licencia. Y, por ello, la respuesta del primero siguió el mismo juego: «Lo sé, por esto te lo digo».

El mensaje se envió en la víspera del viaje a Guinea Ecuatorial, al que fueron Ábalos, su novia Andrea, Palomo y Koldo. En aquel momento, Ábalos era diputado del grupo socialista y presidente de la Comisión de Interior del Congreso de los Diputados, puesto que dejó de ostentar en marzo de 2024, tras estallar el Caso Koldo y ser suspendido cautelarmente de militancia por negarse a entregar su acta de diputado. Tras el ultimátum lanzado por Ferraz -anunciado por Esther Peña, pero gestionado personalmente por su sucesor en la organización del partido, Santos Cerdán– Ábalos abandonó el grupo socialista y se integró en el grupo Mixto del Congreso de los Diputados.
Pasados diez días desde el viaje a Guinea, Ábalos volvió a escribir a su interlocutor el 1 de febrero de 2022: «Lamento la interrupción, pero sí me interesa concluir la conversación». «Cuando tú me digas», concluye este, «Estoy a tu disposición». Pero, al parecer, esa conversación no llegó a producirse. El mensaje consta en poder de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, pero hasta los investigadores no ubicaban a Ábalos como receptor del mensaje sino a un tercero, Israel Pilar, el directivo de Sortis a quien el propio Aldama señaló en el pago de comisiones a cambio de la concesión de contratos públicos.
En uno de los informes de la UCO se hace mención incluso a la respuesta que este empresario le da al directivo de Sortis: «Ábalos lo ha recibido y he incendiado el convento», se recogió en el escrito de los investigadores sin mencionar al ex exministro, ya que, en aquel momento, la causa estaba siendo investigada por el juez de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno, y se había iniciado formalmente la investigación judicial sobre Ábalos, cuyo suplicatorio se aprobó el pasado miércoles en el Congreso de los Diputados, elevando la causa ante el Tribunal Supremo por su condición de aforado.