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Interior maniobra para poner a una mujer al frente de la unidad de Anticorrupción de la UCO

La teniente coronel Laura Gómez Campo es la favorita para sustituir a Antonio Balas, que ascenderá en primavera

Interior maniobra para poner a una mujer al frente de la unidad de Anticorrupción de la UCO

El ministro Fernando Grande-Marlaska y la teniente coronel Laura Gómez Campo. | Ilustración de Alejandra Svriz

La Guardia Civil tendrá acento femenino. El Ministerio del Interior baraja el nombre de la teniente coronel Laura Gómez Campo para sustituir a Antonio Balas al frente del departamento de Delincuencia Económica de la Unidad Central Operativa (UCO). Un cuerpo de élite que, como avanzó este diario, podría dirigir María Dolores Gimeno tras el ascenso a general de Brigada de Rafael Vicente Yuste. El Gobierno busca relevar con dos mujeres a los responsables de las pesquisas que cercan al Gobierno, como el caso Koldo, la investigación sobre Begoña Gómez o el hermano de Pedro Sánchez.

Gómez Campo (San Sebastián, 49 años) hizo historia en 2022 al convertirse en la primera mujer que daba clases en la Academia de Guardias de la Guardia Civil en Baeza. Durante su carrera ha hecho informes periciales en el Equipo de Reconstrucción de Accidentes de Tráfico, asesorado al teniente general jefe del Mando de Apoyo y dirigido el área de Derechos Humanos, Igualdad y Diversidad. Y el año pasado se convirtió en la primera jefa de Estudios de la Academia de Oficiales de Aranjuez.

El departamento que lidera Fernando Grande-Marlaska tiene marcado en rojo el nombre de Gómez Campo para liderar el departamento de Delincuencia Económica de la UCO. En la decisión para cubrir el puesto, de libre designación, tendrá un gran peso la opinión de Mercedes González, que dirige la Guardia Civil desde septiembre del año pasado (en su segunda etapa). Las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE explican que la candidata está muy capacitada, pero temen que su designación busque frenar investigaciones relevantes, especialmente las que afectan al Gobierno.

Sustituta de Balas

Hija de un guardia civil destinado al País Vasco en los años de plomo (como se conoce al periodo más sanguinario de ETA), Gómez Campo se convirtió el 12 de octubre del año pasado en la primera mujer al mando de un batallón de la Guardia Civil en el desfile de la Fiesta Nacional. Obtuvo su primer gran encargo en 2022, cuando fue nombrada responsable del área de Derechos Humanos, Igualdad y Diversidad. Parte de su misión fue dar visibilidad a las mujeres en el cuerpo, que aún hoy solo representan el 11% del total de su plantilla casi cuatro décadas después de su incorporación.

Gómez Campo sustituiría a Balas, que va a ser ascendido la próxima primavera, por lo que tendrá que abandonar un cargo reservado para alguien con el grado de teniente coronel. Una situación parecida a la que ha sucedido con Yuste, a quien la pasada semana el Consejo de Ministros elevó a general de Brigada. Su cambio estaba previsto tras quedar en primer lugar en el curso de ascenso de Interior y el Ministerio de Defensa. No obstante, además de una decisión académica y profesional, es también política. Ahora solo queda que el departamento de Marlaska haga efectivo el relevo.

Con la sustitución de Yuste y la de Balas, el Gobierno aparta a los mandos que han logrado frenar cualquier intromisión en investigaciones sensibles. Una labor por la que el actual jefe del departamento de Delincuencia Económica de la UCO ha sufrido diversos intentos para desacreditarle. Como desveló El Confidencial, su nombre salió en una reunión entre Leire Díez, Javier Pérez Dolset y el empresario Alejandro Hamlyn.

La denominada fontanera del PSOE le ofreció favores de la Fiscalía a cambio de información relevante contra el teniente coronel encargado de las pesquisas de los casos que más quebraderos de cabeza han dado al Gobierno. El Juzgado de Instrucción número 9 de Madrid investiga a Díez y a Pérez Dolset por tráfico de influencias y cohecho. Como adelantó El Mundo, la primera también habría prometido rehabilitar al comandante de la Guardia Civil Rubén Villalba, investigado en el caso Koldo, por aportarle información sensible contra Balas.

Cambios en la Guardia Civil

El Gobierno también piensa en una mujer para sustituir a Yuste. María Dolores Gimeno, que en la actualidad ejerce como asesora de Marlaska, se convertiría en la primera mujer al frente de la UCO. Es una de las oficiales más brillantes de su promoción y pionera en el cuerpo. De hecho, fue la primera comandante en cursar el Estado Mayor. En 2018 ascendió a teniente coronel; un año más tarde, fue elegida por el ministro del Interior para liderar el Área de Mujeres e Igualdad de la Guardia Civil que se acababa de crear. Luego dirigió el Departamento de Análisis Criminal de la Unidad Técnica de Policía Judicial.

En Moncloa no ocultan su malestar con la Guardia Civil porque son «los últimos en conocer los informes de la UCO». Unas palabras que pronunciaron en el círculo de Sánchez cuando se hizo público el informe sobre Santos Cerdán. El documento motivó el ingreso en prisión preventiva del ex secretario de Organización del PSOE, que abandonó la cárcel el pasado 19 de noviembre tras 142 días. Como ya explicó este diario, tras estas designaciones subyace la voluntad de controlar las investigaciones, como ocurrió con la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional, órgano que consiguieron neutralizar.

En la cúpula de la Guardia Civil existe cierto temor por los relevos en la UCO. Especialmente, después de los intentos del Gobierno por desacreditar el trabajo de los investigadores, a quienes ha llegado a poner en la diana por supuestas filtraciones. También existe un gran descontento con el director adjunto operativo (DAO) de la Guardia Civil, Manuel Llamas, por alinearse con el Ejecutivo y colaborar en el objetivo de menoscabar y frustrar la labor investigadora de la UCO.

Prueba de ello fue cuando el DAO envió en un chat interno un mensaje de WhatsApp con una noticia de THE OBJECTIVE en la que se daba cuenta del hallazgo por parte de la UCO de dos discos duros que se encontraron en el registro domiciliario de Koldo García y que contenían información «sensible del número uno».

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