Batalla judicial por la construcción de un rascacielos catarí en el puerto de Málaga
Plataformas ciudadanas afirman que el proyecto no tiene cabida en una zona tan emblemática de la ciudad andaluza
Una gran torre-hotel de lujo con 38 plantas y 378 habitaciones en el Puerto de Málaga. Así es el goloso proyecto del grupo catarí Al Alfia envuelto en polémica desde hace casi ocho años. La inversión de unos 200 millones de euros ha contado con la negativa de miles de malagueños que consideran un despropósito ubicar el inmueble en una zona tan emblemática para la ciudad.
Defendamos Nuestro Horizonte es una plataforma ciudadana que cuenta en sus filas con arquitectos, urbanistas, profesionales de la cultura y de diversos sectores que nació en 2017 con el objetivo de preservar el valor histórico y medioambiental de Málaga. La organización ha mostrado su continuo rechazo a la construcción de este rascacielos en la explanada del dique de levante del puerto de Málaga.
«No queremos ese edificio en ese sitio. Nuestra posición no va en contra de la construcción del rascacielos –con independencia de que algunos miembros puedan estar en contra de ello–, ni estamos en contra de que en ese sitio se pueda hacer otra actividad portuaria o ciudadana», explica a THE OBJECTIVE Juan Antonio Triviño, miembro de Defendamos Nuestro Horizonte y extrabajador en el puerto de Málaga.
Según fuentes consultadas por THE OBJECTIVE, el Ayuntamiento ha recibido más de 1.300 alegaciones sobre este proyecto. Ha sido el proyecto de Urbanismo que más reacciones ha generado en la provincia andaluza.
Respaldo político y rechazo ciudadano
Lejos de una respuesta en contra, en noviembre, se aprobó en Málaga el Plan Especial del Puerto, dejando el camino despejado a la constructora. La modificación de las normas urbanísticas eran necesarias para levantar la limitación de 6.000 metros cuadrados que quedaban muy cortos para el megaproyecto.
Tras la luz verde, el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) publicó el proyecto el pasado febrero. A partir de entonces, se permite edificar hasta 45.000 metros cuadrados en la zona y la altura máxima de edificabilidad pasa de 13,5 metros a 150 metros.
Las reacciones judiciales no han tardado en llegar. La Real Academia de Bellas Artes de San Telmo ha presentado un recurso contencioso administrativo, mientras que la plataforma Defendamos Nuestro Horizonte se encuentra a punto de alcanzar su objetivo de 30.000 euros en su campaña de crowdfunding para iniciar el recurso contencioso administrativo.
Defendamos Nuestro Horizonte convocará en los próximos días una reunión en la que más de 30 organismos políticos, sindicales, vecinales y de consumo valorarán la posibilidad de realizar movilizaciones ciudadanas para concienciar y presionar a la clase política.
El papel protagonista del Gobierno
Una vez aprobado el proyecto por parte del Ayuntamiento, la Ley de Puertos establece un último razonamiento para poder realizar la construcción, lo que obliga al Consejo de Ministros a tomar partido sobre el polémico rascacielos.
En este caso, para continuar la ejecución de las obras, el órgano de decisión del Gobierno tendría que determinar que en esa construcción hay un interés general, justificarlo y levantar una prohibición de la Ley de Puertos que establece la imposibilidad de construcción de hoteles en la zona: «En el supuesto de que pase todos los trámites, el Consejo de Ministros tendría que demostrar ese interés general y la verdad es que un hotel de lujo de cinco estrellas poco interés general despierta», explica Juan Antonio Triviño.
El presidente de la Autoridad Portuaria de Málaga, Carlos Rubio, discrepa con esta postura y no ve motivos suficientes para que el Consejo de Ministros rechace el proyecto hotelero del grupo Al Alfia.
Dudas sobre empleabilidad
Uno de los principales argumentos del fondo catarí sobre los beneficios que traería a Málaga la construcción del rascacielos es la creación de trabajo en la zona. Según los inversores, entre los que se encuentra Ramón Calderón, expresidente del Real Madrid, Málaga abrazaría la inyección de miles de puestos de trabajo y de pingües ganancias económicas.
Ante el drama del desempleo que sufren muchas personas, parte de la población entiende que la inversión catarí podría ser atractiva. Sin embargo, la plataforma Defendamos Nuestro Horizonte opina que el efecto que provocaría el rascacielos sería justo el contrario al que se desea. El puerto, según ellos, debe dedicarse exclusivamente a la actividad portuaria, clave para la recuperación económica de la ciudad.
«Tenemos datos sobre la mesa que nos invitan a pensar que no estaríamos hablando sobre creación de empleo sino sobre destrucción del mismo. Estamos hablando que donde se quiere instalar es una zona operativa para el tráfico de cruceros que en este momento es un tráfico muy sensible y un tráfico fundamental en el puerto de Málaga», aclara Juan Antonio Triviño.
Emblemas de la ciudad
El rascacielos se situaría cerca de insignias relevantes en Málaga, como son la Alcazaba, Gibralfaro o la Catedral. Y la que más inquieta es la Farola. Este faro construido en 1817 es una de las mayores preocupaciones para los expertos. Según explican, si se pusiese en pie finalmente el hotel de lujo, el faro quedaría desprovisto de su histórico cometido en el mar, por lo que sería apagado este «emblema singular de mediterraneidad cultural».