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Andalucía

Agricultores andaluces alertan de productos sudafricanos con fitosanitarios prohibidos

El sector advierte que productos extranjeros podrían estar cruzando fronteras sin control sanitario

Agricultores andaluces alertan de productos sudafricanos con fitosanitarios prohibidos

Aguacate en Kenia. | James Wakibia (Zuma Press)

En medio de un ambiente de preocupación, productores agrarios en Andalucía han dado la voz de alarma respecto a una nueva ola de importaciones de fruta sudafricana. Lo que en un primer momento fue denunciado por agricultores valencianos, comienza a resonar ahora en Andalucía, donde los agricultores advierten que estas llegadas no solo representan una competencia desleal para los productores locales, sino que también ponen en riesgo la salud de los consumidores europeos debido a la presencia de residuos de sustancias fitosanitarias prohibidas en Europa.

La controversia se desató cuando el sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (Rasff) de la Comisión Europea interceptó en Francia un lote de aguacates sudafricanos con niveles de residuos de Procloraz que superaban hasta en 20 veces el límite máximo permitido en la Unión Europea. Esta sustancia, utilizada como fungicida en cultivos agrícolas, ha sido prohibida en la Unión Europea desde 2022 debido a sus riesgos para la salud humana. La detección en este lote de Procloraz en niveles tan elevados, sumada a otros residuos de fitosanitarios, ha provocado que el producto fuera retirado de los mercados europeos bajo una alerta catalogada como «grave».

Amenazas para la salud pública

Desde Asaja y otras organizaciones agrarias han venido denunciando reiteradamente los riesgos que implican las importaciones de productos agrícolas de Sudáfrica y otros países fuera de la UE, que no cumplen con las mismas normativas de seguridad y calidad alimentaria que los productores europeos.

A lo largo de los últimos meses, se han registrado diversas interceptaciones de frutas como naranjas y granadas sudafricanas afectadas por plagas y enfermedades de cuarentena, incluyendo el conocido trip. Estas plagas no solo representan un riesgo para los cultivos locales, sino que también se perciben como una amenaza económica para los agricultores andaluces y valencianos, cuya producción se ve perjudicada por la competencia de productos importados que no cumplen los mismos estándares.

Controles insuficientes en las fronteras

Los representantes del sector han criticado en reiteradas ocasiones el sistema de control de la Unión Europea, afirmando que las inspecciones de los productos procedentes de países terceros son escasas y apenas alcanzan una parte ínfima de las importaciones. Según aseguran agricultores consultados por THE OBJECTIVE, la entrada de productos con altos niveles de fitosanitarios prohibidos puede estar pasando desapercibida en muchos casos, debido a que los controles en frontera son insuficientes para la cantidad de mercancía que ingresa.

Las asociaciones instan a los consumidores europeos a prestar especial atención al origen de los productos que adquieren, subrayando que la producción europea garantiza no solo la seguridad alimentaria, sino también una trazabilidad y sostenibilidad que no siempre se cumple en las importaciones.

Tensión comercial

A raíz de las crecientes restricciones de la UE hacia los productos agrícolas sudafricanos, el Gobierno de Sudáfrica llevó recientemente el asunto ante la Organización Mundial del Comercio (OMC). En un intento por eludir las normas fitosanitarias de la UE, que regulan la entrada de cítricos para prevenir la propagación de plagas como la mancha negra, Sudáfrica ha solicitado que se revisen estas normativas, calificándolas de «desproporcionadas».

Según la versión de las autoridades sudafricanas, las restricciones de la UE limitan su capacidad para competir en igualdad de condiciones, al tiempo que perjudican su posición en el mercado europeo de cítricos, el cual representa una fuente clave de ingresos para sus agricultores.

Esta situación ha generado preocupación entre las organizaciones agrarias europeas, que consideran que la petición de Sudáfrica no solo es una amenaza para los agricultores locales, sino también una deslealtad hacia el propio sistema de protección fitosanitaria europeo.

Asaja ha instado a la Comisión Europea a mantenerse firme en su postura y rechazar cualquier intento de relajar las normas de seguridad en alimentos importados. La organización pide, además, que se tomen medidas aún más contundentes para evitar que plagas que pudiesen provocar una crisis en la agricultura local.

Apoyo a los agricultores y valencianos

Desde Andalucía, los productores y asociaciones agrarias han expresado su respaldo a las reivindicaciones promovidas desde Valencia, recordando que en la comunidad andaluza también se han visto afectados por las importaciones descontroladas de frutas de países con menores regulaciones. Los agricultores andaluces consideran que la Unión Europea debería tomar en serio la amenaza que estas importaciones suponen tanto para la economía local como para la salud de los consumidores. Al igual que sus homólogos valencianos, los andaluces piden un fortalecimiento de los controles y la aplicación de normas más estrictas sobre los productos importados que llegan a los mercados europeos.

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