El Gobierno destruye otra presa en Castilla y León mientras sufre un año hidrológico nefasto
La «presa grande» ubicada en Nava de la Asunción ha sido destruida por la CHD después de dar servicio durante mas de 100 años a los ciudadanos de la zona
A día de hoy, 10 de agosto de 2023, al menos 160 núcleos de población de Castilla y León están sufriendo y padeciendo restricciones de agua, las cuales están originadas por falta de caudal, contaminación o averías. Estamos viviendo un catastrófico año hidrológico en la Comunidad, las previsiones no son optimistas, y mientras, desde la CHD se han propuesto destruir presas y azudes por todo el territorio castellano y leonés.
Esta semana, según los datos recabados por THE OBJECTIVE, el agua embalsada en los distintos embalses en Castilla y León se encuentra con un total de 4.386 hm3, llegando a retener tan solo un 52,88% de la capacidad de agua embalsada, situándose 11 puntos por debajo de la media de los últimos 10 años.
Esta situación no ha impedido que la CHD, pese a la movilización de los vecinos de la pedanía de Nava de la Asunción, Moraleja de Coca, haya iniciado los trabajos de demolición del azud planificado en el río Voltoya, que ha supuesto para la zona de influencia durante los más de 100 años desde que se construyó, una garantía de agua para el riego y el consumo y de zona de baño y de ocio que ha sido disfrutada por los ciudadanos hasta hoy.
Demolición de la «Presa grande»
Han sido numerosas las acciones que se han llevado a cabo por parte del Ayuntamiento de Moraleja de Coca, pedanía de Nava de la Asunción, en la provincia de Segovia, con el objetivo de paralizar y hacer ver al Gobierno de España, concretamente a la CHD, la importancia que tienen estas presas para la población en sus municipios.
Se iniciaron acciones para evitar su derribo solicitando a la CHD la concesión administrativa de la presa Grande o de Mesa del rio Voltoya al encontrarse en su término municipal alegando que esta presa tiene una relevancia histórica al contar con más de un siglo desde su construcción por lo que se encuentra perfectamente integrada en su entorno por el ecosistema creado.
«El derribo causaría un daño medioambiental notablemente mayor a los potenciales beneficios», señalaban en las alegaciones, a la vez que insistían en que «este azud representa un sentimiento colectivo al haber sido zona de baño y de recreo compartidos por los vecinos de Moraleja y Nava de la Asunción. Razones por las que piden la concesión administrativa de la presa previa negociación de las condiciones con la propia CHD a los efectos de garantizar la conservación y mantenimiento de la infraestructura», siendo desestimadas e iniciando las obras de demolición de la presa en el día de ayer.
Destrucción de un microsistema
«Donde hay una fauna, flora diversa y exclusiva creada por la existencia de dicha presa y por los años transcurridos desde su formación, Igualmente, contiene un valor sentimental por lo era la presa en su momento» señalaron igualmente desde la asociación Terractua mediambientalista segovia, que buscó intermediar con la CHD.
La realidad es que ayer se iniciaron las obras de demolición y suma la destrucción de una infraestructura hidráulica que durante más de un siglo ha servido a la población como garantía hidrológica, como zona de ocio y de baño y lo que es peor, como un microsistema donde la fauna y la flora había creado un microsistema único destruido por una política que se tendrá que demostrar acertada o errática en un futuro cercano.