Del huerto a la mesa, el proyecto urbano de Gardening Valladolid
Guzman Murillo, un joven vallisoletano, ha creado una empresa que une ocio y salud sin salir de la ciudad

Usuarios disfrutando de los huertos urbanos de Gardening Valladolid. | Gardening
De la pasión por el campo de Guzmán Murillo nace Gardening Valladolid, una empresa vallisoletana de huertos urbanos. Nieto de agricultores, el creador de esta compañía inició esta andadura en el huerto de su propia casa gracias a la afición que comparte con su padre. La pasión por la calidad, el disfrute de lo natural y la cercanía, son la clave de este proyecto.
La oportunidad se le presentó a Murillo en 2014 con la posibilidad de comprar un solar junto al Puente de la Hispanidad, donde los vecinos y amigos comenzaron a plantar verduras y hortalizas, con los sabores de siempre, los de la huerta. Así, de la mano de un padre y su hijo, que aquel entonces tan solo tenía 17 años, nace Gardening Valladolid. El gran paso tuvo lugar siete años después con el salto a la Cañada Real 357, su segunda sede. Un camino que no ha sido nada fácil, pero que, según ha confesado su creador, «merece la pena con tal de ver a la gente feliz». Precisamente esa es la filosofía de Guzmán y, por lo tanto, de su empresa: «No perder el objetivo, y sobre todo ser feliz».
Pero, en esta empresa que se encarga de llevar lo natural a la mesa y la felicidad como bandera, no todo ha sido un camino de rosas. Como confiesa el propio Guzmán a THE OBJECTIVE, «a pesar de lo que muchos puedan pensar, los inicios no fueron fáciles, ha habido malas rachas, años malos, y existe mucho trabajo detrás», sobre todo por la falta de ayudas y subvenciones a este proyecto. «Como empresario tienes que arriesgar, es difícil captar clientes y crecer años tras año, aunque lo más duro es uno mismo», añade el joven, mientras explica que el éxito de su empresa viene gracias a las recomendaciones de sus clientes, a quien él considera amigos, es decir, del ‘boca a boca’, que al final es la mejor publicidad. Además, recalca que «lo importante es no rendirse, ser uno mismo, tener un objetivo clave y contar con hasta un plan Z si es necesario para lograrlo».
El lema de Gardening Valladolid es «plantar, recoger, disfrutar». Y justo de esa manera explican su funcionamiento. La empresa se encarga de todo: ofrecen un modelo de gestión integral de residuo Zero, entregando los huertos labrados, saneados y abonados. Aporta además plantas con trazabilidad sanitaria y la instalación y vigilancia del riego por goteo, de los nutrientes y de la sanidad de toda la plantación. Como complemento a este servicio, proporcionan los utensilios y herramientas que sean necesarios. Actualmente, en estos huertos se pueden encontrar unas 85 variedades de plantas y semillas, donde el producto estrella es su enorme variedad de tomates. Aunque su producción es tan variada que incluye un género más exótico como berenjenas blancas, calabacines naranjas, tomates azules, kale, maíz o cacahuetes.
Este proyecto busca la desconexión para lograr la felicidad. Dentro de las parcelas se eliminan los prejuicios y las clases sociales, cualquiera puede acceder a un huerto, tenga la edad que tenga o sea cual sea su profesión. La variedad de usuarios hace de este proyecto algo único. Se trata de un espacio donde las personas conectan con ellas mismas y con los demás. Entre los muchos usuarios cuentan con médicos, abogados, arquitectos, biólogos, directivos, estudiantes, autónomos, familias, colegios y varios restaurantes de la ciudad. En Gardening no solo se cultiva, también se intercambian productos y experiencias. Eso sí, a pesar de las grandes cosechas, la idea de vender el producto no pasa por la cabeza de Guzmán.

Risueño y ambicioso, así se ha definido el joven empresario. Fruto de esta ambición se basa el importante crecimiento que ha experimentado esta empresa vallisoletana en los últimos años, estableciéndose como referente a nivel nacional. La gran diferencia este tipo de huertos con los municipales es que los de gestión pública se entregan un mes más tarde que los de Gardening, y que cada hortelano debe trabajar su parcela a mano, con horario y riego limitados.
Mezclando cautela y ambición, el joven empresario se plantea objetivos muy prometedores, todo ello con la idea de seguir creciendo. «Los huertos urbanos deberían estar en todas las ciudades de España, lo más céntricos posible, es un beneficio enorme tanto para la ciudad como para los ciudadanos», relata Murillo a este periódico. A pesar del enorme crecimiento, los precios siguen intactos y, por lo que confiesa su creador no van a cambiar, «tras once años seguimos manteniendo los precios. Buscamos que sea un ocio asequible para el cliente». Guzmán lo resume de forma clara: «Mi objetivo es seguir viviendo de esto, disfrutar del proceso y que los clientes sigan sintiendo que son ellos el motor y compartiendo mi felicidad».