Un relator de la ONU que avala a Puigdemont no ve problemas con las «minorías» en Rusia
El experto en derechos lingüísticos que censura a España por el caso Pegasus calló cuando le preguntaron en Moscú por los derechos de las minorías en el país
El relator especial de la ONU, Fernand de Varennes, experto en asuntos sobre minorías nacionales y que exigió a España llevar una investigación por el presunto uso de los programas espía Pegasus y Candiru «para atacar a figuras públicas y activistas catalanes en España tras la campaña de independencia de 2017» -según reza el informe que publicaron el pasado diciembre- no se muestra preocupado por los derechos de las minorías en Rusia.
En una entrevista en 2018 con la revista de la Universidad de Moscú aseguró que, pese haber trabajado en sus inicios en investigaciones sobre Rusia, había sido invitado en el país «como experto a participar en varias conferencias y seminarios», no en calidad de experto de la ONU y, en consecuencia, «no podía comentar sobre ningún tema actual». La pregunta en cuestión era si se había «encontrado con cuestiones específicas de los derechos de las minorías en Rusia durante su investigación o su trabajo como relator especial».
Ante la insistencia del periodista sobre las «normas básicas de protección de las minorías que deben implementarse» en todos los países, «incluido Rusia», De Varennes volvía a echar balones fuera y centraba su respuesta en India: «Primero, sí, Rusia es un país multinacional, pero si miras, por ejemplo, India, que también es un país multinacional, tiene una gran cantidad de diversidad religiosa, lingüística y étnica: Rusia es un enano en comparación con India».
Y proseguía con la afirmación de que eran otros países quienes deberían esforzarse en la protección de las minorías: «Sin embargo, incluso la constitución de la India reconoce una gran cantidad de derechos y otras medidas para proteger a varias minorías, que son bastante interesantes y detalladas, van bastante lejos. Entonces, creo que es importante entender que la situación rusa es única, pero al mismo tiempo hay otros países que deberían hacer mucho en el campo de la protección de las minorías».
Doble rasero
Esta indulgencia del experto canadiense a la hora de juzgar el trato del Kremlin ante las minorías en Rusia no se retrotrae solo a un escenario previo a la guerra en Ucrania. En 2022 compartía en sus redes sociales un artículo en el que se afirmaba que «los pueblos sin Estado obtienen acceso a la documentación en Rusia».
En cambio, cuando se trata de juzgar a España exige «respetar los derechos fundamentales». Lo hizo recientemente en la causa Pegasus, que el independentismo ha intentado aprovechar a su favor para desacreditar a las instituciones españolas, pero también en 2017, antes del referéndum ilegal, cuando se pronunció a favor del mismo. Una votación que la Comisión de Venecia, órgano consultivo del Consejo de Europa, censuró por no cumplir con los estándares de los referéndums.
En defensa del ruso en Letonia
También ha llamado la atención de las asociaciones constitucionalistas catalanas que este experto en derechos lingüísticos critique a Letonia por no dejar a la minoría rusa estudiar en su lengua materna.
En cambio, cuando visitó España justo antes del inicio del juicio en el Tribunal Supremo a los líderes del procés, se desentendió de investigar la discriminación que sufren los castellanohablantes en Cataluña y el resto de comunidades bilingües. Como informó en ese momento el diario Abc, De Varennes cerró dos agendas, una institucional organizada al alimón con los Gobiernos central y autonómico, y otra con actores de la sociedad civil. No obstante, entre éstos, el relator canadiense recibió sólo a una entidad no nacionalista: la Asamblea por una Escuela Bilingüe en Cataluña (AEB).
En la misma línea, De Varennes fue galardonado en 2004 con el Premio Internacional Linguapax, que concede la organización gubernamental del mismo nombre y cuya dotación actual es de 6.000 euros. Esta entidad ha recibido 277.635,06 de euros en subvenciones de la Generalitat, según aparecen en el registro de subvenciones y ayudas de Cataluña (RAISC), y ha exhibido su militancia nacionalista. La conmemoración de su 30 aniversario en Barcelona estuvo presidida por grandes lazos amarillos, en reivindicación de los políticos encarcelados por su implicación en el procés.