The Objective
Comunidad Valenciana

El Puerto de Valencia acumula 50 toneladas de cocaína incautadas en cinco años

El escáner de contenedores realizó casi 10.000 inspecciones el pasado año y en 2025 lleva más de 5.600 controles

El Puerto de Valencia acumula 50 toneladas de cocaína incautadas en cinco años

Agentes de la Guardia Civil y policías nacionales muestran parte de la cocaína incautada en el Puerto de Valencia durante el estado de alarma. | Rober Solsona (Europa Press)

El Puerto de Valencia, el mayor recinto comercial del Mediterráneo español, se ha consolidado en los últimos años como un nodo estratégico del narcotráfico internacional. Entre 2020 y 2024 se han incautado en sus instalaciones un total de 49,9 toneladas de cocaína, una cifra que convierte a la infraestructura valenciana en uno de los principales puntos de entrada de la droga a Europa, a la altura de otros enclaves como Róterdam, Hamburgo o Amberes.

Las estadísticas oficiales reflejan una tendencia sostenida de grandes aprehensiones: 7,9 toneladas en 2020, 10,7 en 2021, 11,6 en 2022, 11,5 en 2023 y 8,2 en 2024. Aunque la cifra del último año supuso un descenso, fuentes de la Agencia Tributaria (AEAT) recuerdan que esta reducción está en línea con el cambio de tendencia en los principales puertos europeos, saturados tras varios ejercicios de récord. «El número de aprehensiones en 2024 ha sido incluso superior al de 2021 o 2022; la diferencia está en que no se repitió un alijo extraordinariamente grande como los de los años anteriores», puntualizan las fuentes consultadas de la AEAT.

La magnitud del problema se evidenció la pasada semana con la Operación Spiderman, que desarticuló el llamado «cártel del puerto». La Policía Nacional, en colaboración con la Guardia Civil y Vigilancia Aduanera, detuvo a más de 80 personas vinculadas con la trama, entre ellas estibadores, transportistas y empresarios. El dispositivo se ha saldado con la incautación de ocho alijos distintos que suman 4,5 toneladas de cocaína, además de armas, lingotes de oro, diamantes y decenas de vehículos de alta gama.

Los investigadores han destapado una sofisticada red que operaba desde hace años en los muelles valencianos y que ofrecía sus servicios logísticos a organizaciones criminales de América Latina. La mecánica consistía en el sistema denominado «gancho perdido»: introducir la droga en contenedores legales y recuperarla después en el puerto, antes de que pasara los controles aduaneros. Para ello contaban con rescatadores, grúas, chóferes y un complejo engranaje de corrupción interna.

El cuello de botella del escáner

El enorme flujo de cocaína ha puesto el foco sobre los mecanismos de control aduanero. El único escáner fijo operativo en el Puerto de Valencia fue instalado en 2006 dentro del programa internacional Container Security Initiative (CSI), impulsado por Estados Unidos tras los atentados del 11-S. Este equipo de inspección no intrusiva, que utiliza rayos infrarrojos, permite revisar un contenedor en apenas cinco minutos frente a las tres o cuatro horas que requería un vaciado manual.

Cuando entró en funcionamiento, en 2005, el puerto movía 2,5 millones de contenedores anuales. Hoy la cifra supera los cinco millones, pero el sistema de control sigue siendo exactamente el mismo. En sus primeros años llegó a cuadruplicar el número de inspecciones y alcanzó picos de 60 diarios. Ahora, la media es menor, una cifra muy limitada frente al volumen actual de tráfico.

Según fuentes de la AEAT, el escáner de contenedores del Puerto de Valencia realizó casi 10.000 inspecciones el pasado año, y en 2025 lleva más de 5.600, lo que equivale a una media de 21 contenedores diarios. «La revisión física de contenedores se realiza mediante el uso de diversos medios técnicos, solo uno de los cuales es el escáner de contenedores. Se dispone, además, de otros sistemas adicionales para el control de mercancías en general, y especialmente para el de estupefacientes, como son los de inspección de paquetería y bultos y una furgoneta con tecnología de rayos X de retrodispersión. Todos ellos son herramientas de control muy relevantes en la lucha contra el tráfico de estupefacientes, que complementan los controles intrusivos realizados mediante la apertura de puertas o descarga completa y revisión minuciosa de bultos de los contenedores por parte de la Aduana», explican.

La inversión pendiente

La inversión en escáneres y su mantenimiento corresponde a las Autoridades Portuarias, que disponen de contratos de mantenimiento a través de los cuales las averías son puestas en conocimiento de la empresa mantenedora, que se encarga de su reparación. Como todo bien de inversión, los escáneres tienen una vida útil estimada, debiendo planificarse su reposición. Lo verdaderamente importante es que el escáner esté en condiciones de prestar un servicio idóneo, ya que se trata de una de las herramientas estratégicas disponibles para el control del narcotráfico en el puerto. En este sentido, tan esencial resulta que la reinversión se realice en tiempo, como que el mantenimiento y las reparaciones sean ágiles. En el caso concreto del escáner de Valencia, «cuando el aparato ha requerido una reparación, se ha realizado con toda la agilidad posible, volviendo a funcionar de inmediato tras la reparación», aclaran desde la AEAT.

Fuentes de Aduanas insisten en que el dispositivo actual sigue siendo suficiente. «El hecho de que se haya duplicado el número de contenedores no significa que exista saturación. Escaneamos todo lo que consideramos necesario. El escáner es solo una herramienta más, que se combina con reconocimientos físicos, escáneres móviles e investigaciones previas», señalan.

Remarcan además que la mayoría de grandes incautaciones no proceden de inspecciones aleatorias, sino de investigaciones internacionales y alertas previas que permiten actuar sobre contenedores muy concretos. «El aparato no es un sustituto de la labor policial, sino un medio de confirmación. Dicho esto, como cualquier tecnología con vida útil prolongada, está previsto renovarlo y esa decisión corresponde a la Autoridad Portuaria», añaden.

Publicidad